Capitulo 9

599 32 1
                                    

MIA O'CONNER

Eran las ocho de la mañana, horario perfecto para escaparme sin que me vea Liam.

Dylan y Noah, cada uno se encontraba en su casa, al igual que Maia.

Tengo que salir y tratar de seguir a Adrik, saber sus recorridos diarios y demás, para planear algo perfecto. Sabía que si le avisaba a Liam no me iba a dejar ir ya que seria peligroso que me vean transitando por las calles, pero nada que una producción no pueda arreglar.

Me puse unas calzas negras junto con un buzo gris, una peluca pelinegra para ocultar mi cabello rubio y con ayuda de maquillaje cambie algunos rasgos de mi cara.

Me es complicado saber por donde empezar. No se donde vive, antes sabia que en el instituto San Nicolas, pero los años pasaron. Podria ser que siga con el tema del FBI y la policía, el problema es que seria muy arriesgado ir por esas zonas. Se me ocurrio por empezar en una cafetería la cual él iba mucho, era su favorita.

No sé como mierda me acuerdo de eso pero me lo acuerdo.

Había ido en un auto que le había pedido a mi gente. Me encontraba en el estacionamiento, frente a la puerta entrada, esperando a que llegue.

A la hora llego. Entró en la cafetería y salió a los minutos con un café y una bolsa marrón en la mano. Veo que entra a un auto negro. Agarro mi celular y voy a notas de voz lo más rápido posible. Mientras arranco el auto para después seguirlo, voy grabando el modelo, color y patente. Lo sigo, tratando de memorizar las calles y tratando de mantenerme algo alejada para que no note que lo estoy haciendo. Va frenando y veo que su parada es la estación de policías.

—Mierda—digo en susurro.

Aunque él frenó, yo pase de largo. Supongo que la idea de seguirlo por hoy termino. No podia esperarlo, eso quería decir quedarme cerca del perímetro y no era buena idea. Mañana seguire. Retomo el camino hasta el edificio del territorio de torturas y entro por la parte trasera, no sin antes fijarme de que nadie me haya seguido. Por suerte, mi hermano seguía en el quinto sueño así que guarde la peluca y me desmaquille.

👠🔪👠

—No, Liam.

—Dije que volviamos solo por unos días, ya pasaron cuatro—me dijo preparando todo—. Nos vamos.

—Te vas, yo no me pienso ir hasta mi venganza.

Solo me quedaron dos mañanas más para poder seguir a Adrik. Pude saber algunos lugares a los que suele ir, pero me falta más investigación.

—Te venís conmigo Mia, no jodas.

—Sos mi hermano mayor, si, pero no sos nadie para mandarme. Yo me quedo, vos hace lo que quieras.

—No voy a dicutir de nuevo sobre esto. ¿Te queres quedar?, bien. Yo me voy, no pienso quedarme a ver como te matan—dice agarrando su bolso y yendose.

—Listo—digo y me doy vuelta.

Respiro rapido y cierro mis manos en forma de puño, tratando de descargar mis emociones asi y no de otra manera, ya sea destruyendome o destruyendo mi alrededor.

—¿Por qué haces todo esto?—escucho su voz.

—Porque lo amaba, Liam. Lo amaba demasiado—me volteo y suelto las palabras con una mezcla de odio y tristeza—. Y a pesar de todo, en vez de quedarse conmigo me metió en la carcel. Fue como una puñalada por la espalda. Llore y llore cada noche por él. Vos me veías indestructible en el día, pero cuando caía la noche me derrumbaba—me es imposible controlar las lagrimas.

Él que me daba la espalda, ahora se volteo.

—Ya lo sabía. Sabía que sufrías por la noche y eso me hacía mierda a mi también.

—¿Por qué no me das tu apoyo en esto?

—Yo a Anderson lo odio, con solo saber que te destruyo me dan ganas de enterrarlo vivo.

—¿Y entonces?

—Ya es hora de superarlo, Mia. Te seguis aferrando al pasado, a él y pones como excusa esa estupida venganza.

—Necesito cortar con este tema—paso mis manos por mi cara—. ¿Sabes lo fuerte que fue encontrármelo devuelta?, volver a verlo, a escucharlo. Saber que por su culpa todo el país sabe quien soy y me están buscando. No poder estar libremente caminando por mi ciudad. No poder ver a mis amigos.

Se queda callado, mirandome con los ojos vidriosos y con un par de lagrimas en los cachetes.

—No puedo pasar la página, simplemente no puedo y nunca lo voy a poder hacer—digo.

Tira su bolso y corre hacia mí. Hundo mi cabeza en su pecho.

—Necesito que me apoyes, necesito que confies en mí.

—Tengo miedo—escucho su voz debil—. No quiero que te pase nada.

—No va a pasarme nada, te lo prometo.

—Voy a llamar para avisarle a los del jet que nos quedamos—me avisa, separandonos.

—Gracias, hermanito.

Me da un beso en la frente.

—¿Tenes pensado que vas a hacer?—me pregunta mientras ve su celular.

—Alguna que otra tortura, pero creo que voy a irme por el camino más corto.

—¿Lo vas a matar al instante?

—Si, seria más rapido y no daria tantas vueltas—me encojo de hombros—. Pero me gusta la idea del sufrimiento.

—No cambias nunca—me da una sonrisa ladina.

—No es mi culpa que me encante todo el tema de la tortura.

Niega y se muerde el labio divertido.

—¿Y dónde lo harías?

—Puedo capturarlo y traerlo acá. O cuando lo encuentre en un lugar donde esté solo, ahí, meterle un tiro en el entrecejo y nadie se enteraría de nada.

—Para eso tenes que saber sus recorridos, para poder capturarlo o para saber donde va. Así seguirlo hasta el lugar donde se quede solo.

—Si , eso estoy haciendo.

Me mira con las cejas levantadas y yo sonrío.

—¿Cómo que eso estoy haciendo?

—Hace tres mañanas lo estoy siguiendo. Sé donde vive, suele ir mucho a una cafetería y después de ahí se va a la estación de policías.

—Ok, para—dice levantando un mano—. Además de ir a seguirlo sin avisarme sobre nada, ¿estuviste cerca de una estación de policías?

—No me acerque mucho, sabía el riesgo que corría.

—¿Solo eso tenes?

—Si. No pude hacer mucho porque tampoco quería que supieras y me des un sermón como siempre.

—Me hubieses contado, si te llegaba a pasar algo, yo ni enterado iba a estar.

—Ya lo estas, ¿no?—le digo—. Hay que avisarle a los chicos que nos quedamos y de paso contarles.

—Llama a Dylan y Noah para que vengan. Maia no.

—¿Por?—pregunto confundida.

—La van a seguir hasta acá.

—Ok, a ella solo la llamo y le cuento todo.

—Voy a cancelar el vuelo—me avisa con su celular en la oreja y se aleja.

Yo agarro mi celular y al primero que marco es a Noah. Después de avisarle le marco a Dylan y ahora llamo a Maia.

Narco Babie—dice contestando.

—Convencí a mi hermano, voy a matar a Adrik.

Perfecto. Mientras estuve encerrada en mi departamento pense algunas ideas, te paso la lista por mensaje.

—Ok, dale.

Barbie Prófuga ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora