Capitulo 12

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MIA O'CONNER

Tratamos de recuperar un poco el aliento. Estábamos los cuatros lastimados y habíamos hecho mucho esfuerzo, más del necesario, y lo teníamos que seguir haciendo. Teníamos que salir de ahí. Nos turnábamos para cargar, todavía, al cuerpo inconsciente de Noah.

Mientras mi hermano y yo lo cargábamos, Dylan y Maia armados trataban de fijarse de que no nos vean. Ya habíamos llamado para que nos vengan a buscar, pero mientras tanta teníamos que alejarnos lo más posible del lugar.

Mis ganas de tirarme al piso de rodillas y rendirme eran muchas. Creo que sería la primera vez que la idea de rendirme en alguna situación se me cruza por la cabeza. Pero no lo hago, por lo chicos. Por mi culpa habíamos terminado así. No podía solo rendirme y ya. Ellos eran lo que me ayudaban a seguir de pie.

👠🔪👠

Abro los ojos y pestañeo varias veces hasta acostumbrarme a la luz que me apuntaba. Me intento parar de la cama en la que estaba acostada pero el dolor y el mareo vinieron a mí.

—Tranquila—escucho una voz suave y siento como pone sus manos en mis hombros—. Estuviste sedada.

—Mi hermano—es lo único que logro modular.

—Él está bien. Al igual que todos los demás—me contesta sabiendo lo que estaba por preguntar.

Me enfoco en la mujer de unos treinta años aproximadamente. Cabello un poco abajo de los hombros y rubio. Llevaba un guardapolvo blanco y en sus manos tenía guantes.

—¿Dónde estamos?

Este lugar no era ni parecido a el territorio de torturas. Estaba en una habitación con paredes blancas y estaba en una especie de cama. Al lado mío había un mueble con gasas llenas de sangre y demás cosas.

—Una de las guaridas de Dylan, es la más segura. Estamos los más confiables acá, no tienen de qué preocuparse—me dice con una sonrisa.

¿Guarida de Dylan? ¿Por qué tenía guaridas con gente en New York? ¿Y por qué nunca mencionó nada?

Tocan la puerta y la chica al lado mío dice un simple "pase". Entra Liam dándome una sonrisa, que pude notar que era de cansancio.

—No creo que tendrías que estar acá—le dice la chica—. Estoy muy segura que le dijeron que repose.

Liam se acerca rengueando hasta la cama y se sienta.

—Si, pero quería verla—con sus dedos me da caricias en la palma de mi mano.

—Liam, ¿no? ¿Su hermano?

Él asiente. Ella nos mira y niega divertida.

—Está bien, pero sólo si por lo menos hacen el reposo juntos. Mientras menos reposo hagan, más tiempo van a tardar en recuperarse—se saca los guantes y los tira en un tacho qué hay en la esquina—. Después te vengo a ver, Mia—dice abriendo la puerta.

—Gracias...—digo dejando los agradecimientos en el aire.

—Lydia. Soy Lydia.

—Gracias, Lydia.

Sonríe y se va dejándonos solos.

—Córrete un poco, peque. Me está matando el dolor de espalda—me dice asiendo señas para que me corra.

Trato de correrme de a poco hasta dejarle un lugar. Se tira y suelta un suspiro.

—¿Sabes algo de Noah?

—Me dijeron que estaba bien, que fue el que más sufrió de los cuatros pero que por suerte se encuentra bien. A los segundos de que lo atendieron se estaba despertando—me informa.

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