Capitulo 4

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Un desastre peor que el otro.
¡Carajo!

★★★

Alex.

—Por dios, se me olvidaba que me metí con los dos. Lo siento. — dice y tengo una sospecha de quién es.

—¡Joder ni siquiera lo disfrute. —le digo y el nos apunta con una pistola. Berreta para ser específicos.— ¿Porque carajos avanzaste Adam? — le pregunto.

—Bueno... — lo interrumpe Alba.

—No puedo creer que mis hermanos se hayan revolcado con el. ¿Que es lo que quieres?  ¿Dinero?   ¿Sexo?  Tengo dos hermanos y ya sabes cuál te conviene.  Bueno entonces, ¿Que quieres? —le pregunta Alba.

—No, nada de eso. Quiero que maten a alguien.— dice.

—¡Gracias!  ¡Sabes, si lo haces bien!  ¿A quien? — le digo alegre pues ya hacía una semana no mataba gente.

—¿Lo disfrutaste? —me pregunta.

—Pues he tenido mejores. ¿Tú?— Volteo a ver a Adam.

—Pues debí ser el mejor. Fui el primero. —dice y si yo estuviera bebiendo algo lo escupiría.

—Bueno, ya sabemos que ustedes quieren sexo. ¿No quieren un trío?— nos dice Alba al joven, Adam y a mí. El joven asiente, Adam y yo nos volteamos a ver; sería raro pero se que si lo haríamos.—Bueno no quiero saber. ¿A quien quieres matar?

—Se llama Jean Jones. Por lo que se es su vecino, ¿Cierto? —Alba y yo asentimos con la cabeza—. Entonces sería fácil, háganlo como un secuestro o que se yo.

—Exacto, tú no sabes nada. No vengas a decirnos cómo matar a la gente—dice Adam—, nosotros sabemos cómo y con que hacerlo, ¿Me entiendes?

—Esta bien.

—¿Ya nos podemos ir?—dice Alba— Aquí me da mala espina.

—Si, los acompaño —dice el joven con una sonrisa—. Y no hace falta que se nieguen por qué yo se que están perdidos.

—Esta bien, vamos—dice Alba empezando a caminar.

—Es para el otro lado pequeña— dice el joven.

El camino fue muy silencioso en ocasiones encontraba a el joven mirándome y se daba cuenta Adam, pensé que estaba celoso pero después lo volteé a ver y estaba preocupado lo comprendo yo también lo conocía. 

El nos había dicho que estábamos en el centro donde siempre después de las 8 de la noche nadie salía a menos de que fuera sumamente necesario. 

También nos dijo que Jean trabaja en una pequeña empresa en ascenso de abogados y que siempre venía hacia acá a las 9 de la noche y se quedaba en un pequeño departamento en el centro, se había ofrecido a llevarnos pero nos negamos ya estábamos muy cansados.

 Al estar a una calle que parecía avenida por lo larga el nos había dicho que era nuestra casa y si yo reconocía.

—No los acompañare hasta su casa porque corro peligro de que me vean o que ustedes y sus padres me maten—dice el—. Así que más adelante está su casa.

Los Clark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora