Mentiras

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A veces sentía náuseas sobre sí mismo.

El odiaba las mentiras, le causaban molestias estomacales y migraña. Había basado su vida en la justicia y la verdad estás las impartía con vehemencia, usando los medios necesarios para traer justicia, pero él no era tan justo, ni bueno, el engaño a una ciudad, al gobierno, a la economía y a la justicia. Sintió náuseas pero no se arrepentía de sus decisiones.

Las leyes de Gotham se conocían por ser arcaicas e inflexibles.

Al quedar huérfano, él y su herencia estuvieron inciertos hasta que se manifestó su casta. Fueron 5 años donde los inversionistas acechaban esperando que fuera Beta u Omega, para arrancarle todo y arrojarlo al mejor postor.

Un omega debe ser presentado a sociedad cuando se presenté el primer celo.

El omega debe ser comprometido lo más pronto posible, de ser posible durante su presentación a sociedad o durante las fiestas de cortejo.

Un omega que no cuente con un alfa líder en su manada, debe comprometerse al presentarse su primer celo. Al cumplir los 16 será puesto a disposición del gobierno para asignación de un alfa. Un omega no hereda, no tiene bienes ni derechos, siempre se debe al alfa de su manada. Un omega que tenga un alfa líder en su manada, debe ser comprometido antes de los 18 y contraer matrimonio a los 25 años, como plazo máximo. De no ser así, pasara a disposición del gobierno para asignación de un alfa.

La decisión no la tomó sólo, no hubiera podido. Alfred y la Dra. Thompkins, lo salvaron de muchas formas posibles.

Nunca contrajo matrimonio ni dio lugar al romance. Se colocó como el multimillonario, filántropo, playboy y enigmático Alfa. El soltero más cotizado, el príncipe de Gotham. El caballero de la noche. Batman.

Miró por la ventana ignorando al maestro de Historia Sociopolítica de Gotham. No necesitaba recordatorio de lo que él sabía muy bien, sus costumbres retrógradas y enfermas.

Siendo Bruce Alfa Wayne, había hecho cambios a favor de los omegas en temas de violencia y derechos individuales; ya había leyes que los defendían y penaban la violencia, casi al mismo nivel de metrópolis, pero la sociedad seguía manteniendo esas costumbres ortodoxas demasiado arraigadas a sus miembros.

Ahora era Bruce Omega Wayne y el mundo se iba a enterar.

Las clases había concluido con el recordatorio de la fiesta de bienvenida a los de primer año que se uniría a la fiesta de cortejo semestral que se realizaba entre escuelas de prestigio. Dándole un nuevo dolor de cabeza.

Tomó sus libros y salió del salón, su próxima asignatura era en el laboratorio, debía trasladarse a otro edificio. Todo indicaba que sería un día normal y aburrido de preparatoria, hasta que bajo al primer piso.

Había sido muy ingenuo al pensar que Linterna no haría algo ridículo o lo suficientemente atrevido para llamar la atención de toda la Academia.

Se equívoco.

Al terminar de bajar el último escalón, vio a Hal secuestrando a un sonrojado Barry, escabulléndose de un sorprendido y molestó Clark entre los alumnos que cambiaban de salón.

Suspiró. Debía intervenir antes de que Clark se vea involucrado con esos dos.

Sintió un cambio en sus latidos del corazón, una irregularidad en su flujo sanguíneo que se acumuló en su rostro, se recordó respirar y controlarse emocionalmente.

El reencuentro esperado había llegado.

No conforme a sus planes, desgraciadamente.

Llegó lo más rápido que su elegancia le permitía y se colocó a su costado.

No tan cercaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora