No tan cerca

Regalo

De
.
Navidad
.
.

-¡No te lleves las galletas Jason!-

Gritó Dick desde las escaleras donde se equilibraba a tres metros sobre el suelo, poniendo la estrellita al árbol de navidad

-Regreso para la cena- gritó con una galleta entre los dientes cerrando la puerta causando que la escalera se desequilibrara, pero todo era sencillo para Dick, quien tras dos vueltas en el aire aterrizo de pie sobre suelo de madera

-96 puntos de calificación a Grayson- pronunció Kori sonriéndole y aplaudiendo -Alfred dice que necesita ayuda para bajar los regalos e insistió que no es adecuado para el bebé que cargue pesado- sonrió enternecida acariciando su vientre de 6 meses

La sonrisa de Dick se amplió y beso los labios de la tamariana- No lo contradigas, menos en Navidad- sonrió para pasar y desaparecer en el pasillo

El aroma en la mansión era dulzón, a chocolate y galletas de jengibre, obviamente hechos a mano por Alfred y su ayudante estrella, Damián que insistió en aprender a hornear

-Casi están los roles, cinco minutos más y deberá sacarlos para bañarlos con una pisca de canela en polvo- indicó mirando a Damián ansioso frente al horno decorando unas galletas

Sonrió brevemente, satisfecho de su trabajo. Galletas con el símbolo de cada uno de los miembros de su clan. Unos pasos cercas y casi inaudibles lo hicieron alzar la vista para encontrarse a su padre vestido de forma cálida y hogareña.

La sonrisa sobresalía entre el suéter gris oscuro con destellos blancos

-Se ven bien- le felicitó con una pequeña sonrisa, causándole un rubor casi imperceptible

-Padre- sonrió acomodando las galletas en un frasco abierto, desdoblando sus mangas se acomodó el suéter negro

-Los Kent están llegando- Alfred miró de soslayo a los dos Wayne, sintiéndose cálido por primera vez. Sintió que había cumplido la promesa de sus padres y la suya a su amigo Thomas Wayne, de ver por la felicidad de Bruce, quien últimamente tenía un permanente rubor en las mejillas con el frío

El timbre sonó, sacudiéndose las manos retiró el mandil de su cintura -es hora de recibir a los invitados señor Wayne-

Bruce asintió, acarició el hombro de Damián y caminaron juntos hasta la recepción, mirando a Alfred abrir la puerta permitiendo la entrada a dos ancianos muy entusiastas

-¡Feliz Navidad querido Bruce!-

-Feliz Navidad Martha, Jonathan- recibió un abrazo entusiasta y cálido, seguido de una apretón de manos y un abrazo más breve pero igual de cálido

-Feliz Navidad Damián- aunque ya se estaba acostumbrando, seguía tensándose cada vez que la Sra. Kent osaba pasar su espacio vital para abrazarlo y darle un beso en la frente, ignorando toda advertencia de peligro que destilaba el Al'Ghul

-Feliz Navidad Sra. Kent, Sr. Kent- un ligero rubor cubrió las mejillas y desapareció en instantáneo

-Lo siento Bruce, pero ¿Dónde está mi pequeño nieto?- apretó ligeramente las manos sobre sus brazos para contener la emoción

-Durmiendo su siesta de la tarde- sonrió- pero ya debe despertar, así que agradecería su ayuda-

La mujer beta dio pequeños brincos sobre sus pies para empezar a subir escaleras arriba en busca de su nieto más pequeño

Bruce sonrió feliz, amaba con fervor a su nueva familia que no dejaban ningún segundo para demostrar el amor hacía sus hijos adoptivos y a sus hijos de sangre.