Domingo Cotidiano

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La luz del amanecer se asomaba entre las rendijas de la ventana, mientras ella terminaba de servir sus famosos huevos rancheros

- Buenos días Má - Clark aterrizó en la silla junto a Conner y su Pá justo después de darle un beso matutino a su Má

- Oh cariño el desayuno de Jon se va a enfriar si no llega -

Martha sonreía tiernamente mientras veía a su adorable hijo atragantarse con el desayuno

- Má, todavía está de misión - Martha Kent azotó su cuchara contra la mesa, sobresaltando a los tres hombres que la miraban atónitos

- Muy bien, una noche está bien, lo entiendo - Clark y Conner se miraron brevemente ante la presencia amenazadora - pero ese es mi pequeño nieto y lleva 2 noches fuera de casa -

Clark sentía un nudo en la garganta ante el miedo que había olvidado produce su Má enojada, miró a Conner con intención de huir

- Eres un padre muy despreocupado Clark - Jonathan lo miró serio

- No, él... está bien - Clark continuó comiendo su desayuno bajo la mirada de su Má que lo amenazaba con seguirlo reprendiendo

- Clark, soy tu madre y sé que estás mintiendo - sentenció con una mirada militar, Clark miró a su Pá en busca de ayuda

- Lo siento Clark, pero estamos preocupados por Jon - Jonathan Kent dejó su desayuno mirando a Clark y a Conner

Conner se sentía incómodo, él y Clark habían evitado el tema desde la noche del sábado por no morir asesinados por los Kent, no por que estuvieran de acuerdo

- Má, Pá - Clark los miró serio y se levantó de la silla dejando sus utensilios sobre la mesa - Conner - asintió con la cabeza viendo como su hijo se ponía de pie

- Metrópolis nos necesita -

Una serie de pétalos cayeron sobre la mesa, al ser movidos por el aire causado del impacto de la velocidad de Clark y Conner al salir huyendo de la granja.

- Así no lo criamos - Martha miraba a Jonathan enfurecida y contrariada - Realmente espero que Jon este bien -

- Clark no dejaría que nada le pasara a Jon - Jonathan miró su desayuno, quitando pétalos de su plato - lo criamos bien Martha -

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La mansión estaba en silencio. Eran las 9 de la madrugada del domingo cuando el teléfono sonó

- Residencia Wayne, habla Alfred Pennyworth -

Alfred levantó la bocina del teléfono, escuchando atentamente

- No, no se encuentra por el momento - tras la bocina la voz continuó hablando - claro, el señor Wayne se comunicará con usted, que tenga un buen día -

Alfred colgó el teléfono con toda la elegancia posible y soltó un poco el aire, considerando que era demasiado temprano para hacer perder la compostura al Alfa de la familia Wayne, sobre todo porque la noche anterior este regreso bastante alterado.

Comenzó a caminar tomando la iniciativa de primero llevar un poco de agua a los invitados.

Bajando por las escaleras hasta la Baticueva sintió un poco de inquietud, no quería darle nombre a esa emoción negativa, pero él esperaba llamar a la Dra. Leslie Thompkins para alguien más cercano.

- debo recordarles que me dan miedo las agujas.... y la gente con guantes - Barry miraba fijamente a Bruce, mordiéndose el labio inferior ligeramente avergonzado por la situación.

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