Omega

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Celo · Día 1

La tierra se hizo pequeña bajo sus pies.

Y por primera vez su control desapareció, su instinto le nublo la vista y la gravedad se difumino.

Con sigilo siguió el rastro del aroma caminando hasta la perdición de su lado humano.

Dio un paso que marcó su huella en el piso, rompiendo el cemento aun cuando comenzó a flotar, fingiendo que caminaba llegó al encuentro de su destino.

Batman estaba recargado con la frente y los brazos contra la pared, retenía el aire en jadeos lentos que trataban de retrasar fallidamente su celo.

Su aroma era tan sutil que un humano no lo hubiera detectado. Batman lo sabía, su traje fue diseñado para aquello. Pero él no era humano. Era Superman y ante el celo entrante de su omega su cuerpo entró en modo de caza, lo buscaría, lo haría suyo una y otra y otra vez, hasta que no hubiera duda bajo el universo de era suyo, suyo, suyo y de nadie más.

Vio al omega temblar y sus rodillas flaquear al sentirse abrumado, porque el aire se volvió denso, pesado y caliente.

Su alfa había desatado su aroma, marcando cada centímetro a la redonda con su fuerte presencia. Su alfa estaba ahí.

Inclinó su cabeza mirándolo de lado sin despegar su frente de la pared, sintiendo como su cuerpo comenzó a temblar. Lo vio dar un paso, volviendo el aroma más fuerte. Su corazón aumentó el ritmo y su mente comenzó a luchar por el control, porque su omega quería dejarse ir tras la fuerza del alfa vestido de azul y rojo.

Otro paso más y ya no pudo resistir, cuando sus rodillas estaban por impactar el piso fue sostenido y cargado, sintiéndose mareado, perdió la consciencia y le dio paso a su ser natural, al omega que sólo estaría dispuesto para él.

Superman lo observó con detalle, el traje oscuro y la máscara lo cubrían a la perfección disimulando la sumisión de su cuerpo con oscuridad y misterio.

El kryptoniano tomó lo que era suyo entre sus brazos, y se marchó a su nido, la fortaleza de la soledad, donde anidaría con su omega.

Al llegar a su lugar seguro, el alfa le retiró la máscara permitiéndose mirar el rostro pálido, teñido de rojo y los ojos noche llenos de lujuria. Sonrió sabiéndose dueño de él.

Con sus propias fuerzas el omega se levantó y le quitó la capa, ansioso y deseoso se arrancó la propia.

-Clark-

Con su cuerpo ardiendo se intentó quitar su traje, fallando por los temblores que la excitación le producía. El alfa sonrió enternecido y lleno de orgullo arrancó destrozando el traje de miles de dólares. Borracho de pasión disfrutó cuando la piel le fue expuesta.

-Clark- Bruce con el traje semi-destrozado lo jaló hacía sus labios exigiendo entre jadeos ser besado, consiguió alcanzar los labios de su alfa y al contacto con su saliva su cuerpo comenzó a rogar su tacto.

Intentó y falló mandar sobre los movimientos del alfa. Quiso mandar en el beso, lo quiso empujar a la cama y falló una y otra vez. Sintiéndose abrumado su omega recordó que este era su alfa, no cualquier alfa. Su alfa era más en todos los sentidos, no sería dominado.

-Alfa-

Un sonido gutural lo hizo temblar de pies a cabeza. Clark lo miró y sonrió. Su alfa le sonrió, levantándolo lo coloco de rodillas sobre la cama y sin abandonar los labios terminó por desnudarlo. Sabiéndose dueño del omega, el pecho le latió en orgullo al sentirse deseado.

Nunca lo lastimaría. Nunca lo heriría.

Pero lo tomó de forma agresiva de ambas muñecas y las elevo, buscado detener los fervientes movimientos del omega en un intento por desnudarlo.

No tan cercaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora