Sienten de repente que eres su otra pieza (como alma gemela):
Kun:
El sueño que siempre había tratado de cumplir, no lo pudo lograr. Lo que quería hacer toda su vida y dedicarse, después de tanto, no pudo llegar a la meta que quería, era realmente triste saber que al chico que siempre se esforzaba por todo no lograba nada que quería, no era justo. Pero dicen que todo pasa por algo, en uno de esos días que regresaba a su casa por la medianoche, vio a una chica que estaba caminando bastante rápido entrando al mismo edificio de él, mantuvo siempre sus distancias que tocaron hasta estar en el mismo elevador. Tu sonrisa un poco tímida al saber como había respetado tu espacio lo había dejado como si hubiese sido el sol de un día lluvioso.
—"¿Entonces eres mi nueva vecina?"
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Ten:
Su corazón estaba roto, había terminado ya hace varias semanas atrás con su novia, que pensaba que bueno era con la persona que se iba a casar, eso fue lo que pensó. Pero realmente no pasó, últimamente lo veías al chico cuando ibas camino de la casa por la universidad, era la parada de autobús en donde te bajabas y el subía. Eso hasta que un lluvioso día, bajaste del autobús sintiendo como las gotas caían por todo tu cabello y rostro maldiciéndote por no llevar paraguas, era satisfactorio sentir las gotas de agua, pero no cuando estabas enferma. Ibas a correr para poder a llegar a tu casa hasta que paraste de sentir las gotas y viste como tenías un paraguas encima tuyo, el tailandés tenía una mirada curiosa, le habías parecido como un gatito bebé, adorable... ¿A eso se le llamaba amor a mi primera vista? Porque hasta se le había olvidado que había llorado los últimos días por una chica.
—"Me lo devuelves mañana cuando nos veamos otra vez aquí."
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Winwin:
Habían sido amigos desde hace bastante tiempo y no era sorpresa que fuera algunas veces muy unidos, siempre lo tratabas con cariño aunque él no se dejaba, eran como una borra y su lápiz, juntos para arriba y para abajo. Todo había empezado a cambiar cuando poco a poco mostraba su molestia al sentir como tocabas sus orejas o apretujabas sus mejillas, la mayoría de las veces le molestaba porque pensaba que lo tratabas como un niño, hasta que te dijo que pararas de hacerlo. Lo dejaste de hacer para no hacerlo sentir incómodo, no querías perder su tan apreciada amistad, así que dejaste de ser cariñosa con él, solo lo empezaste a tratar como a tus otros amigos chicos. Nunca había sentido un desespero tan grande como de volver a algo, necesitaba sentir como lo molestabas de nuevo, necesitaba sentir como otra vez eran un lápiz y borrador. Porque sentía que solo eras la única persona que podía entenderlo como si fuera su mitad.
