🔪Capítulo 5 🔪

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"La cabeza, es una máquina de hacer monstruos."

Aria.

La mañana siguiente, solo pude maldecir a quien inventó el alcohol, no pude conciliar el sueño luego de todo lo ocurrido, así que mi humor era un asco total.

La cabeza me dolía y sentía el estómago arder, ya que termine expulsando todo lo que tenía dentro.

Pase toda la noche dando vueltas a la dichosa nota, imaginando quien podría ser la persona que la colocó allí junto a mi móvil, pero honestamente, desconfiaba de todos.

Para mi todos eran sospechosos, así debía ser.

Definitivamente colocaría un candado en mi ventana, pero sería luego de volver de clases.

-Buenos días - Lleve las manos a mi cabeza cuando escuché la voz cantarina de mi amiga, todo me molestaba.

-Cállate, eres más chillona que un gato recién nacido.-hablé de malas.

-Lo siento, lo siento.-Joss reía al aparato en sus manos, mientras tomaba su café.

Ya conocía esa sonrisa estúpida en las chicas y solo habían dos razones posibles, o estaba viendo memes o hablando con alguien y me inclinaba más por la segunda.

-¿Qué es tan gracioso si se puede saber?- Inquirí suspicaz.

-Oh, Aria...-llevo sus manos al pecho dramáticamente. -Creo que conocí al amor de mi vida.

Rodé los ojos de inmediato, ella lo dijo con tal seguridad, como si al fin Julieta había encontrado a su Romeo ideal, fue tan serio su rostro que no pude evitar soltar una carcajada en su cara, estaba ahogandome de tanto reír, me dolían las mejillas y el abdomen, abrí mis ojos que se achinaron ante tal acto y la cara de Joss era un poema.

-¿Y cuantos amores de la vida tienes? Porque ya van....-comencé a contar con los dedos la cantidad de veces que había repetido lo mismo. -5 en este mes.

-Eres una maldita.- Se quejó arrojándome el cubierto con el que le colocaba azúcar a su café.

-Y tú una zorra, pero gracias -sonreí mostrando mis dientes blancos.

-Esta vez es diferente, sentí una conexión con él, fue algo... no lo sé, fue extraño como si toda mi vida estuviese esperando por él.

No es que dudara de sus palabras, o bueno si era eso, el caso es que simplemente no quería que le rompieran el corazón si todo se iba al carajo, además, solo pensaba pasar el tiempo suficiente en Redville.

-Creo que la hora de tu medicamento ha pasado. -bromeé-Seguro por eso estas desvariando -toque su frente midiendo su temperatura y ella sólo me soltó un manotazo haciendo morritos.

-Ya ya... ¿Al menos sabes su nombre o algo?-Contesté dejando la burla de lado.

-Su nombre es Dereck -Respondió con orgullo.-

(...)

El dichoso Dereck fue el lunes por nosotras para llevarnos al instituto, seguía un poco renuente ante la idea loca que tenia Joss de salir con un chico a quien apenas conoce, pero la verdad es que no tenía pinta de ser un mal sujeto así que decidí estudiar su comportamiento.

Aunque las apariencias engañan.

Llegamos y todos se encontraban en el parque frente al insti, aun era temprano por lo que las personas aprovechaban para cotillear.

Mi vecina llego hasta nosotros con el periódico en la mano y decidí ojearlo.

-¿Como están?-pregunto y le di un asentimiento de cabeza- Todo bien.

Obsesiones Peligrosas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora