--> Nota del escritor: Esta capítulo como los siguientes 2, ocurren al mismo tiempo pero en diferentes zonas <--
El tick tack resonaba en las paredes, era el único sonido que hacía eco en aquella habitación. La reina de copas, Mizumi, caminaría de manera lenta observando sus alrededores de manera detallada; cada engranaje, cada manecilla, algunos relojes que colgaban de techos y paredes, era como si estuviera justamente dentro de un enorme reloj.
Los pasos seguros de la reina de copas la acercarían hasta una enorme vitrina que parecía tener en su interior dos relojes, a simple vista se observarían iguales, pero conforme se acercaba se podía notar que eran diferentes en varios aspectos; para empezar, uno de los relojes solamente poseía las 12 hrs del mundo humano, mientras que el otro, tenía las ya conocidas 13 hrs.
-¿Qué es esto?-Cuestionaba la mujer al intentar colocar su mano en la vitrina, con intenciones de abrir el mismo.
-¡Fuera manos!-Gritaba una pequeña pero dulce voz detrás de la reina de copas, quien se giraba exaltada pues estaba segura de estar sola en aquel lugar-¿Qué nunca te enseñaron a no tocar lo que no es tuyo?
-¿Disculpa?-Solo atinaba a cuestionar la mujer al ver como una pequeña niña pasaba a un lado de ella para colocarse en medio de ella y la vitrina, con un gesto molesto en su rostro.
-Esos relojes no deben ser tocados por manos ajenas-Al decir estas palabras, la pequeña miraría sobre su hombro notando como la vitrina se alzaría alejándose así tanto de su distancia como el de la reina.
Mizumi no daba crédito a lo que veía, pues si bien a simpe vista quera una niña común y corriente, había detalles en ella que llamaban mucho la atención. Sus ojos color cobre sería uno de esos puntos, así como que en el interior de sus iris parecería que serían pequeños engranajes. Tanto su rostro como partes de su cuerpo lucirían metales unidos con tornillos, dándole un aspecto ligeramente robótico a la pequeña.
-¿Quién eres?-Lograba formular después de salir de sus pensamientos Mizumi al notar como la niña le devolvería la mirada.
-Represento el lazo que hay entre Jareth y Alice-Contestaría casi de inmediato la pequeña con una sonrisa en sus labios mientras se balanceaba de un lado a otro a modo de juego.
-¿¡QUÉ!?-Decía Mizumi retrocediendo un par de pasos asustada, pues a pesar de sus largos años viviendo en aquel mundo, jamás había visto algo así-¿Eres algo así como, su hija?
La pequeña al escuchar estas palabras lanzaría una carcajada, se reiría a tal punto que se sujetaba su estomago al caer sentada, reacción que al principio sorprendería a la reina de copas, pero en pocos segundos la irritaban, pues era claro que la niña se estaba burlando de ella.
-Por los dioses, no soy su hija-Terminaba en decir la niña al secarse algunas lagrimas producto del ataque de risa que había sufrido-Ese tipo de lazo no lo represento yo, solamente represento el lazo mágico.
Involuntariamente, un suspiro saldría de los labios de Mizumi, algo dentro de ella se aliviaba de que no se trataba de algo tan íntimo como un descendiente. Al reincorporarse observaba como la pequeña se levantaba sacudiendo sus ropas para caminar hacía una palanca no muy lejos de ahí.
-Si representas el lazo mágico, significa que sabes lo que esta pasando con Jareth-Mencionaba Mizumi cruzándose de brazos.
-Por supuesto, después de todo provengo originalmente de él-Estas palabras serían acompañados del momento en que la niña sujetaba una palanca, la cual empujaba sin ningún problema a pesar de su tamaño.
-Pero... ¿Por qué tienes ese aspecto de niña? ¿Y si sabes lo que esta pasando por qué no has alertado a Alice?
-Wow, una pregunta a la vez su majestad, no puedo concentrarme en mi trabajo y en su interrogatorio-Contestaría la niña al elevar la mirada y observar como la vitrina que anteriormente se había alejado, sacaba de su interior los relojes a los cuales la reina de copas intento acercarse anteriormente-La primera respuesta sería... Bueno, básicamente acabo de nace en el interior de Alice, por eso este aspecto.
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Labyrinth: Fragmentos [FanFic]
FanfictionHa pasado mucho tiempo desde la aventura en el laberinto, pero un rey intranquilo observa una nueva visitante aventurándose en sus tierras. La hija de 20 años de Toby, Alice, al igual que su tía y gracias a ella, despertaría un enorme amor por las h...