32. Llave a la felicidad

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El silencio de la casa de Alice era la clara señal de que no había peligro para cuando la chica y su tía cruzaban por el espejo; Sarah por un momento abriría la puerta de la habitación llamando por su hermano y cuñada solamente para terminar de confirmar que aún no llegaban de comprar la cena.

-Menos mal, hubiera sido conflictivo explicarles-Mencionaba la mujer mientras estiraba sus brazos por encima de su cabeza para relajar sus músculos-Y para nuestra buena suerte los rasguños y la ropa rasgada desapareció, literalmente, por arte de magia, ¿no crees Alice?

Al hacer este cuestionamiento, Sarah giraba con una sonrisa en sus labios, sonrisa que se borraría de inmediato al ver como su sobrina se encontraba mirando su reflejo en el espejo por el cual habían cruzado. Tanto su gesto como por la manera que recargaba su mano en el cristal demostraba, Alice demostraba su tristeza por abandonar nuevamente aquellas tierras y a su amado Jareth; un suspiro pesado se escaparía de sus labios para darse vuelta y caminar hasta su cama dejándose caer boca abajo en la misma.

-Cielo...-Decía Sarah mientras se sentaba junto al cuerpo tendido de la chica mientras acariciaba su larga cabellera-Yo, quisiera pedirte que me perdone por todo lo que hice.

La chica giraba su rostro para ver entre sus mechones a su tía, solo le bastaba hacer un leve quejido para darle a entender a Sarah que no entendía a qué punto exactamente debía disculparse.

-Básicamente quiero que me perdones de todo... De obligarte a abandonar tus libros que tanto amabas, después de todo yo te metí a ese mundo, pero en especial...-La mujer de manera maternal retiraba los mechones del rostro de su sobrina para mirar esos hermosos ojos celestes que Alice se esforzaba por mantenerlos secos de lágrimas-Por haber intentado alejarte de Jareth... No creí posible que él se enamorara de ti de esa manera, y que tú le correspondieras.

Alice se empujaría con sus manos para terminar sentada sobre sus piernas y frotarse sus ojos, una pequeña sonrisa tenue aparecía en sus labios a la par que afirmaba con su cabeza, concediéndole el perdón a su querida tía, quien sin pensarlo mucho la abrazaría para formalizar esa reconciliación.

-¿Qué voy a hacer tía? Quiero estar con Jareth, realmente lo amo, pero... Tampoco quiero abandonar a mis padres y saber que si me voy tú serás la única que me recuerde, eso es un castigo que no mereces.

-Y Jareth también recibiría un castigo si te quedas, porque él te recordara cada vez que el sol ilumine sus tierras-Al decir esto, Sarah rompería el abrazo y acomodaba un mechón detrás del oído de su sobrina, quien mantenía un gesto afligido-Es para ti muy difícil tomar esta decisión en tan poco tiempo, porque hay personas que amas en ambos lados pero... Debes tomar tu decisión pensando en donde vas a ser totalmente feliz.

-Pero tía yo...

-Mi querida niña, estuve ahí cuando naciste, mientras crecías y cuando te mudaste me mantuve contigo a través de llamadas-El rostro de Alice sería enmarcado con las manos de Sarah, que frotaba un poco las mejillas de su sobrina con sus pulgares-Sabes que te cuido como si fueras mía... Mientras tu estés feliz no importa tu decisión, yo seguiré contigo.

Una sonrisa tierna y cálida aparecería en los labios de Alice para volver abrazar a Sarah, quien la presionaría un poco con fuerzas como cuando era pequeña. Ambas al separarse, se secarían algunas lágrimas que habían logrado salir de sus ojos, pero aquella sonrisa ya no se borraría por el resto de lo que quedaba del día.

-¡Alice, Sarah! ¡Trajimos pizza!-Gritaba Toby desde la planta baja cuando abría la puerta.

-Llegamos a tiempo-Decía con tono burlón Sarah al levantarse y arreglarse las ropas-Bueno, actuemos como si nada hubiera pasado.

Labyrinth: Fragmentos [FanFic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora