Deseos que valen mil linternas. (Hualian omegaverse)

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Nota: Se que existen algunas reglas en este género, pero en mi Omegaverse los Betas pueden quedar embarazados ya sea hombre o mujer, pero los casos son extremos y muy raros, pero no imposibles. Hua Cheng es Alfa y Xie Lian Beta.

Ahora si disfruten la historia.
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Xie Lian suspiró mientras se observaba en el espejo del baño.

Sus ojos estaban rojos al igual que su nariz luego de que silenciosas lágrimas cayeran por sus mejillas, paso una mano inconscientemente por su vientre, mientras que su rostro reflejaba una tristeza creciente.

La prueba de embarazo que estaba sobre el mueble había resultado negativa, otra vez.

Una sonrisa apareció en sus labios, pero no fue aquella a la que estaba acostumbrado, sino que parecía ser que estaba tratando de ocultar su tristeza para darse ánimos a si mismo.

-Gege -escuchó la voz de su amado llamándolo.

Rápidamente ocultó la prueba en uno de los cajones y se lavó su rostro para quitar todo rastro de lágrimas, se arregló su ropa y cabello para poder salir del baño.

Hua Cheng estaba sentado en la orilla de la cama que compartían su rostro lucía cansado y bajo sus ojos estaban unos círculos oscuros que cada día se hacían más marcadas, había estado tomando turnos dobles en el hospital y parecía que las horas no alcanzaban.

-¿San Lang? -murmuró Xie Lian suavemente colocando una mano sobre el hombro de aquel hombre que amaba mientras le dedicaba una sonrisa.

-Gege -sonrió Hua Cheng, atrayendo a su esposo para poder abrazarlo de la cintura.

Hua Cheng suspiró al sentir la calidez que aquella piel le otorgaba, estar en los brazos de la persona que más amaba le hacía recuperar las fuerzas.

-Gege hueles delicioso -le dijo sonriendo mientras ocultaba su nariz sobre su ropa.

A pesar de no expulsar feromonas, Hua Cheng amaba el perfume que Xie Lian desprendía gracias a las fragancias.

-¿Cómo estuvo tu día?

-Ahora bien que te tengo entre mis brazos

-San Lang no digas esas cosas -dijo avergonzado mientras sus mejillas se tornaban rojizas.

-Pero estaría mintiendo y no me gusta hacerlo frente a ti

Hua Cheng alzó la mirada atrapando inmediatamente la de Xie Lian, pero su ceño se frunció cuando notó aquel débil brillo en ellos y como se podía leer la palabra tristeza.

-¿Gege, ocurre algo? -preguntó- ¿Que ha pasado?

Xie Lian no contestó, sólo se dedicó a acariciar el cabello de su amado.

Hace un año Hua Cheng le había comentado aquel deseo de poder tener un hijo con él, sabían que los embarazos en un Beta eran extraños pero no imposibles, por esa razón Xie Lian había aceptado. Le encantaba la idea de poder tener un bebé de la persona que más amaba.

Pero luego de muchos intentos fallidos muy en el fondo de su corazón comenzaba a desilusionarse, pero no quería perder la esperanza aunque se veía que ese deseo estaría muy lejos, pero tal vez algún se cumpliera su deseo.

Sintió como los delgados dedos de Hua Cheng limpiaban las lágrimas que inadvertidamente comenzaron a salir.

-No me gusta verte triste -susurró Hua Cheng, aunque su esposo no lo dijera sabía que lo tenía triste.