Capítulo 22

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Punto de vista de Serena Mclane

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Punto de vista de Serena Mclane.

A medida que las palabras salen de mis temblorosos labios, Damien de repente se pone rígido y sus labios se tensan en una delgada línea, más sus manos en mi cintura no se aflojan.

—¿Estás segura? —prácticamente escupe las palabras mientras da un paso atrás, soltándome a la vez.

—¿Cómo era él? —pregunta. —Um, —hago una pausa mientras veo su expresión endurecida y una mirada ligeramente salvaje en sus ojos.

—Tenía cabello castaño y ojos verdes y también tenía un acento italiano, creo. No sé, es que no soy buena con los acentos. —suelto nerviosamente diciendo todo a la vez.

—Mierda.

Mis ojos se abren y mis oídos se agudizan, mi mente le resta valor a la grave situación. Sacudiendo mentalmente la cabeza y reprendiéndome un poco, pregunto apresuradamente.

—¿Qué pasa?

Los ojos de Damien se dirigen hacia mí y me agarra una vez más. Echo un vistazo detrás de mí y luego detrás de él para ver qué demonios quiere. Mi mente negándose a deshacerse de la imagen de él presionado tan cerca de mí.

Basta, me digo a mi misma.

Damien toma mi mano y, mirando hacia abajo, lo veo alcanzar mi bolso.

—¿Qué-?

Damien me interrumpe mientras me lo quita y rápidamente lo desabrocha, —¿Quién demonios te dio el derecho de hacer eso? —lo regaño, poniendo descaradamente mis manos sobre mis caderas.

—Puedes gritarme todo lo que quieras más tarde, pero ahora no, Serena. —Damien gruñe mientras abre mi bolso y simplemente lo voltea. Mi boca se abre cuando todo el contenido de mi bolso se derrama.

Mi cara sonrojándose particularmente cuando se cae un tampón. Para mi total mortificación, lo toma y lo arroja sobre su hombro junto con un juego de llaves de la casa.

—Damien. —murmuro, mi voz apenas escuchándose por el ruido de él arrojando cosas. Apreto mis dientes especialmente cuando lanza mi pequeño espejo compacto y mi lápiz labial.

—¿Sabes lo caro que es? —murmuro molesta. Damien, como siempre, me ignora, pero se da vuelta y me observa con atención.

—Oh, no. A mí no me vas a tirar por todas partes así. —suelto con los ojos muy abiertos mientras trato de escapar de él, pero él es demasiado rápido y me rodea con un brazo mientras trato de esquivarlo.

Me ahogo ligeramente con mi propia saliva cuando sus manos comienzan a deslizarse por mi cuerpo.

—¿Por qué-? ¿Quién-? ¿Qué-? —balbuceo mientras él me da la vuelta, dándome palmaditas por todas partes. Me retuerzo y luego gruño cuando Damien me empuja contra la pared para evitar que me mueva.

Damien || Traducida al españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora