neuf.

1.2K 169 28
                                    

Después de que los hospitalizados salieran victoriosos del infierno se pusieron manos a la obra. Consiguieron los perfiles de las 3 personas con las que experimentarían, cada uno con vidas tristes y antecedentes de vidas felices, claro, eso antes.

El primer sujeto era Yoon Jeonghan y debían moverse rápido.

Yoon Jeonghan era un chico de 25 años, una persona dotada de una infinita belleza capaz de cautivar hasta a el alma más amarga. Era un ángel y como gran persona que era se juntó con otro ángel, en este caso una chica de nombre Kim Jisoo. Con ella fue feliz y pareciera que todo marchaba bien, incluso planeaban casarse, formar una familia juntos a pesar de que fueran jóvenes. Fue así como la chica logró quedar embarazada, el rubio desbordaba de felicidad al ver que el futuro que formarían sería perfecto tal y como lo soñó después de tanto tiempo.

Pero así como la vida es bella también puede ser cruel. Jisoo decidió que no podía amarlo, que no podía seguir teniendo esa familia que habían planeado desde que se conocieron y formaron el lazo que juraron duraría para la eternidad. Al parecer Jisoo rompió esa promesa y ahora Jeonghan estaba solo en el pórtico de la casa esperando a que su prometida no se fuese y lo dejara con una inocente niña de 2 años quien no entendía por qué mami de pronto salía con una gran maleta que llevaba arrastrando, no entendía nada de lo que estaba haciendo y lo único que pudo hacer fue abrazar la pierna de su padre y regufiarse en ella.

Después de eso Jeonghan no dejaba de vacilar sobre el asunto de que ahora estaba solo, pensaba una y otra vez en que ahora estaba solo y no había mucho que le pudiese consolar. Se encerraba en su cuarto por días enteros y de vez en cuando la pequeña niña entraba al cuarto para preguntarle qué le había pasado a mamá. Jeonghan nunca respondía, simplemente la abrazaba cubriendola con las cobijas y acariciando su suave pelo, conteniendo las lágrimas pues le dolía que todo eso estuviera pasandole a él quien nunca había hecho ningún mal y ahora le castigaban de esa forma. No era justo.

"Papi... ¿Quiere jugar un rato?" la pequeña entró sigilosamente al cuarto encontrándose a su padre como siempre había estado después de que mami se fuera de viaje. "¡Papi, levantese de la cama por favor!" Jeonghan al escuchar esa dulce voz se dió cuenta que no podía seguir así.

Ese día Jeonghan se paró de la cama con las pocas fuerzas que le quedaban, formó una sonrisa al ver que la niña le regalaba una de esas dulces risas, se dirigió hasta ella poniéndose a su altura y tomándola de sus pequeñas manitas.

"Oh Yaeji, claro que iremos a jugar." planteó y de inmediato la niña lo jaló con las fuerzas que tenía, Jeonghan se paró difícilmente. Quizás era tiempo de dejar la tristeza de lado y comenzar a ocuparse de lo que valía la pena y un ejemplo claro era esa pequeña niña que ansiaba jugar con su padre.

Desde ahí Jeonghan logró salir de la depresión, comenzó a trabajar para poder salir adelante con su hija a pesar de todo. De nuevo la felicidad volvía a su corazón y se sentía completo gracias a la sonrisa eterna que esa niña le brindaba. El tiempo que pasaba con ella no se comparaba con ningún otro instante, sólo necesitaba de esa niña para poder seguir sobreviviendo.
De nuevo era feliz.

Pero parecía ser que no todo sería exactamente feliz para Jeonghan todo el tiempo.
Su hija cayó enferma, miró como se le dificultaba respirar. Días antes la niña había estado vomitando todo lo que comía y le llevó al médico diciéndole que era una simple infección. No imaginó que ahora la niña no podría respirar además de estar constantemente quejándose de dolores.
Jeonghan corrió hacia el hospital con todas las fuerzas que su cuerpo le pudo dar, llegó después de la constante lucha de correr con una niña en brazos, le estaba doliendo demasiado esta escena.

Pronto, el chico llegó y los doctores al verlo corrieron a su rescate para trasladarlo a urgencias y llevarse a su hija en una camilla dónde se la llevaron inmediatamente. Miró dolido como hacían a la niña dueña de una mascarilla de oxígeno para tratar de estabilizarla. No pudo contener las lágrimas y esa noche lloró como nunca lo había hecho. Lloró con una ligera esperanza de que aquello fuera sólo un sueño y todo estuviera bien. No podía aceptar el hecho de que aquellas horribles cosas le estuvieran pasando a ¿Se lo merecía? No, no sé lo merecía para nada por lo que tenía esa gran esperanza de que todo estuviese bien.

De pronto un doctor se acercó. Jeonghan sonrió levemente esperando que fueran noticias buenas lo que le trayeran. Su rostro se tornó preocupado al ver que el doctor se miraba triste, consternado y demás emociones.

"Hicimos todo lo que pudimos... Lo siento"

Desde ese día Jeonghan perdió toda esperanza, ya no podía ser feliz, nunca más lo sería.

Jeonghan comenzó a encerrarse en su cuarto, no había absolutamente nadie que lo pudiera sacar de allí. Sólo quería hundirse en su tristeza sin saber nada del mundo. Ya nada tenía sentido, no había nada que lo pudiese levantar de ese horrible estado en el que se encontraba. Nada.
Había días en los que incluso no comía, ni siquiera a ello le encontraba sentido, era inútil y estaba seguro que esta vez no saldría de la depresión que estaba sintiendo, no tenía apetito para nada y lloraba todas las noches, las lágrimas amargas era de lo único que se alimentaba.

Aunque Jeonghan se sentía mal un día decidió pararse de su cama debido al hambre y se percató que no había nada para comer, la nevera estaba vacía e incluso se empezaba a formar moho en las paredes de la misma. Decidió salir después de semanas sin hacerlo, tomó su abrigo y ni siquiera se preocupó en cambiarse sus prendas. Salió en piyama sin importarle absolutamente nada.

Al salir sintió como la fría brisa tocaba su rostro, una sensación que ya había olvidado por completo. Pero aquello no fue suficiente para que Jeonghan sonriera pues seguía sintiéndose vacío. Siguió caminando para llegar al pequeño supermercado de la colonia. Daba pasos después de tanto tiempo sin salir ni siquiera de su cuarto. Llegó a su destino y de inmediato se dirigió hacia el pasillo donde vendían todas las comidas instantáneas pues aún no se sentía con las ganas necesarias para cocinar. Después de tomar algunos artículos se dirigió a la caja para pagar por ello. La cajera le regaló una sonrisa y él lo único que pudo hacer fue regalarle el mismo gesto sólo que con una sonrisa forzada.

Después de aquello Jeonghan salió con bolsas en ambas manos. Admiró como estaba a punto de anochecer así que sin más comenzó a caminar para dirigirse a su casa lo más pronto posible antes de que anocheciera.

En eso el rubio se dió cuenta que personas con capas rojas se dirigían hasta él. Entró en pánico al percatarse que esas personas se acercaban más y más. Comenzó a correr sin control alguno esperando huir. Incluso las bolsas cayeron de sus manos pero todo ese esfuerzo fue en vano pues de pronto sintió cómo le sometieron y cubrieron su cabeza con una tela desconocida. Percibió un olor putefracto que le despojó de la realidad en cuestión de segundos.

Jeonghan de pronto se había desvanecido.





n.a// estoy publicando esto en clase de mate, es medio aburrida y la maestra se pone de mamona soooo

¿Vieron hit the road? Yo lo ví en cuanto salió y terminé hecha lágrimas no sé si vaya a aguantar los siguientes episodios sin estallar en lágrimas.

Los siguientes capítulos se vienen más interesantes ah, ya los estoy escribiendo y ando encantada 😔✊

Que tengan un bonito día bbs

𝘛𝘌𝘌𝘕𝘛𝘖𝘜𝘔. [svt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora