Cuando Ahmed terminó su turno, se fué directo a la habitación de Alejandra.
-¿Cómo estás?
-¿Estás colado por Carolina?
Alejandra le había cogido por sorpresa, Ahmed se quedó en blanco, no sabía que responder, se sentó en la cama a la par de Alejandra y meditó una y otra vez lo que iba a responder.
-Ahmed, ¿Estás colado por Carolina?
-...
-Creo que tu silencio dice más que suficiente.
-Tía, tenemos un acuerdo que no creas que se me ha olvidado.
-Un acuerdo no será suficiente.
-Para mí lo es... es cierto, llevo unos pocos meses conociéndote y muchos dirían que no es tiempo suficiente para confiar en tí, pero creo que sí lo puedo hacer, por eso no te preocupes.
-¿Y yo por qué debería confiar en tí?
-Porque en lo que llevamos de conocernos no te he fallado.
-Tío, que aburrido eres.
-¿De qué hablas?
-No me diste batalla, quería molestarte un rato.
El pulso de Ahmed bajó de golpe y se sintió más relajado.
-Tía me vas a terminar matando.
-Eso quería cuando casi revelas que tu y yo... frente a Carolina.
-Lo noté y lo siento.
Alejandra besa a Ahmed por unos segundos.
-Tío, no tienes por qué hacer caso a todo lo que yo digo.
-Ok, lo siento por eso también.
-Tío, a Lucía se le hacía muy fácil convivir contigo.
-Creo que es lo menos que tú mereces después de haber estado con un tío con una relación abierta.
-Ok, ahora sí que me estas cabreando un poco, eh.
-¿Crees que me importa?
-Te debería importar, porque tus palabras me pueden poner candado.
-Mis palabras también tienen la llave, linda.
-Esa llave hoy no funciona.
-Tendré que usar la llave física entonces.
-Eres un...
-¿Un desgraciado ibas a decir? tranquila, eso ya lo sabía.
-Aparte de desgraciado, cínico.
-¿Qué bueno que el cinismo no se mira a simple vista?
-¿Y eso qué, no te quita lo cínico?
-Pero al despertar lo que verás será esta linda carita en lugar del cinismo.
-Peor aún, esa linda carita me recordará lo cínico que eres.
-Oye, esto de darte batalla cansa.
-¿Por qué?
-No te aburres tan fácil.
-Más bien no te dejaré ganar.
-Sabes, quedé de verme con Carolina hoy después del turno.
-¿Me avisas o me pides permiso?
-Te aviso, para que no me esperes despierta.
-Vale, a qué horas te irás.
-En cinco minutos.
-Ok, que la pases super.
Fué muy fácil pensó Ahmed.
-Adiós.
-¿Adiós?, a ver ¿cómo está eso?
-Ah sí, disculpa. -Ahmed ya estaba casi saliendo del cuarto de Alejandra y se regresa a darle un beso.
-Saluda a Carolina de mi parte.
Ahmed ahora camina rumbo al campamento 10, mientras caminaba se preguntaba cómo era posible que Alejandra hubiese accedido tán facilemente a dejarlo ir a visitar a Carolina, le dió bastante vueltas al asunto hasta que logró reunir unos cuantos recuerdos que le daban la respuesta, cuando se habían sentado a la mesa con Carolina y en el cuarto se había comportado mucho más bromista o exageradamente más cariñosa, cuando Alejandra se agachó a recoger su plato en el comedor, tenía unos puntos más oscuros en su pantalón azul, solo entonces Ahmed comprendió que quedarse con Alejandra sería una mala idea.
-Carolina, llegué al campamento, ahora creo que te necesito para entrar.
-Ya llego por ahí.
Carolina llega a la entrada del campamento.
-Hola.
Coloca su reloj en el lector de la puerta y toca algunos botones indicando que tenía visita y entonces pasan juntos.
-Al llegar al cuarto y cerrar la puerta, entonces Carolina abraza a Ahmed.
-Ahora sí, saludo oficial, no quería que me vieran así por allá.
-Ya me extrañaba que no te estabas comportando igual, pensaba que tú también...
-¿Que yo también qué?, dilo, ahora Alejandra no está aquí para juzgarte.
-Espera, ¿te diste cuenta de eso?
-Mi visión periférica no me falla aún, ajá, ¿que yo también qué?
-Que andabas en tus días.
Carolina comienza a reir y casi no puede pronunciar lo que le quería preguntar a Ahmed.
-Tío, jajajajaja, en serio, ¿le tienes miedo a eso? ¿Te desmayas por ver sangre o qué?
-Acabo de estar con Alejandra y te aseguro que da miedo.
-Esa tía da miedo solo con verla, dudo que algún valiente la quiera poner en su lista de parejas.
-Cuando agarras confianza con ella, más bien quedas hastiado de tanta coquetería.
-Hoy no se miraba tan coqueta.
-Exacto, por eso da miedo especialmente hoy.
-Oye, se me hace que estás colado por ella.
-¿Por qué lo dices?
-Ya te lo he dicho antes, parece que le pones especial atención a ella.
-Claro, no es como que le pueda poner atención a alguien más, si ahora la única tan cercana a mí como un familiar ha sido ella.
-¿Y yo estoy pintada acaso?
-Ella tiene más tiempo.
-¿Y yo estoy pintada acaso?
-Osea, no puedes comparar la atención que te pongo a tí con la que le pongo a ella porque ella ha sido mi única familia desde hace varios meses.
-¿Y yo estoy pintada acaso?
-Tía, puedes estar segura que no.
-Demuéstralo...
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No Es Suficiente
Science-FictionPara todos aquellos que sienten que la sociedad les ha dado la espalda en muchos aspectos y en especial, a los que aman los descubrimientos y los grandes logros. ¿Y si aquí termina todo? ¿Y si estamos condenados a quedarnos atrapados en una nave que...