El sueño de Alejandra parte 2

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-¿Apoco ya me conocías?

-No recuerdo cuándo tuve ese sueño.

-¿Desde hace cuanto me conoces?

-Yo te envié los correos encriptados.

-Oye, pero el método de desencriptación me lo pasó...

-Lo hicimos personas distintas para que no hubiera sospecha.

-Interesante, bueno, cuéntame, reconociste algún otro rostro aparte del mío.

-Sí, el de Elon Musk se mantuvo por bastante tiempo, desde que salimos del café hasta que el pintor terminó nuestra caricatura.

-¿Qué rostro tenía al llegar a su departamento?.

-Tenía el rostro de un compañero de la uni.

-¿Algún otro rostro que recuerdes?

-Los recuerdo todos, solo que a ninguno conoces.

-Bueno, basta de eufemismos, ¿A todos los dueños de esos rostros te los querías tirar?

-Sí.

-Gracias por tu sinceridad.

-¿Por qué tanto interés?

-No trates de usar la misma arma que yo usé, mejor sígueme contando lo que pasaba en tu sueño.

Después de haber tenido ese susto...

-¡Hey!

-Lo digo con todo cariño corazón.

-Entonces te odio con todo mi corazón.

-Yo también...

No tenía interés en averiguar por qué cambiaba tanto de rostro, no se me ocurrió preguntar nada, eso es típico de mí en mis sueños, pasa algo raro y lo ignoro por completo. A la mañana siguiente, yo tenía que estar en la uni a eso de las 10 de la mañana, así que me fuí a mi depa, no sin antes haberle tomado el número a éste tío.

Al llegar a la uni, el tío me mensajeó diciendo que me estaría esperando fuera de la uni; ansiaba que se llegara la hora de salida. Así que sin pensarlo dos veces, al terminár la última cátedra, salí corriendo del aula hasta fuera de la uni. No lo encontraba por ningún sitio, le mandé un mensaje diciendo que ya había salido, a lo que me respondió que lo esperara un momento, porque se había encontrado con un amigo y fueron a relajarse un rato por ahí.

Justo después de haber leído el mensaje, ocurrió un terremoto fuertísimo, que aparte había durado como unos 2 minutos, o quizá más, en mi angustia no lo noté, ni siquiera en El Salvador había sentido algo tan fuerte como eso; fué todo un espectáculo, pude ver como el edificio de Economía fué literalmente tragado por la tierra, en un edificio alto que estaba como a 3 cuadras, los pisos de más arriba se movían tanto que parecía que iban a despegarse del resto del edificio.

Habían personas lanzándose de las ventanas de los pisos de más arriba, como si fuera el atentado 9/11, la situación era bastante seria, lo bueno es que yo estaba en un lugar libre de muros, todo lo que me pudiera caer encima estaba muy lejos de mí, era un día de esos que el sol de mediodía es bastante pobre, sumado que estaba nublado, así que alcancé a ver las luces de los terremotos, sinceramente no había visto espectáculo igual en mi vida, me gustó en especial porque es uno de esos fenómenos naturales sin patrón; ya basta de encontrar el número de oro en cada lugar que miramos, o que pi nos siga donde quiera que vayamos, esto era un fenómeno muy aleatorio, y esta era una de esas pocas veces que ocurría durante un terremoto.

La primera de las luces no la alcancé a ver, pero supe que hubo una antes de la primera que yo miré gracias al registro de la cámara 360 que tenía el parque más cercano, el cual minutos después del terremoto fué transmitido en el noticiero local.

Pero cuando pude empezar a ver el show de luces, me sorprendí, había luces azules, blancas y una amarilla ocurriendo en distintos puntos del cielo, fué simplemente impresionante.

Mirando el noticiero local en un televisor portátil que andaba uno de los que estaban cerca de mí dí con la ubicación de mi amado, los pocos trucos que me había enseñado mi amigo Eduardo habían funcionado, y con la red saturada, que es aún más interesante.

Él estaba a 10 cuadras en una biblioteca privada. Caminé hasta ahí por 15 largos minutos, oía sirenas de bomberos, algunas personas enloquecidas de la impresión, escombros por doquier, gente llorando, gente desmayada, llantos de bebés; todo a mi alrededor era dolor, asombro o incertidumbre; a excepción de un grupo de jóvenes, que veían como su amigo borracho pensaba que el terremoto seguía y le costaba estar en pié.

Después de los primeros 10 minutos, por alguna razón todos se callaron, algunos rezaban, otros hacían pactos de silencio, otros simplemente no podían hablar y yo no tenía nada que decir, así que mejor me callaba; es la primera vez que se sentía tanto silencio en la ciudad de Barcelona.

Por fín llegué a la bilioteca, estaba totalmente destruída, mi amado no estaba por ningún lado; me llevé la sorpresa de mi vida cuando los rescatistas levantaron un pedazo pesado de escombro, y era él... con tu rostro Ahmed.

No Es SuficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora