Donde las flores crecen y se marchitan parte 5

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-Bien, todo mundo a trabajar, luego tendremos tiempo de destapar la champán -pronuncia Alejandra.

-¿A qué te refieres con rendir cuentas? -pregunta Sofía.

-Reunión.

-Ah, eso.

Todos se van a la sala de reuniones de la directiva, Carolina ya los estaba esperando ahí, corre a abrazar a Ahmed.

-Me alegro que estés vivo -dice mientras besaba sus mejías repetidamente.

-Un poco de vergüenza no les vendría mal eh -dice Alejandra que venía un poco más adelante de Ahmed.

-Lo siento -responde Carolina.

Se vuelven a reunir muchos miembros en la sala aparte de la directiva, Sofía se queda hasta el fondo de la habitación.

-Sofía, tienes que estar ahí arriba.

-Gracias, dejaré que los expertos hablen.

-Arriba, es una orden -pronuncia Alejandra.

Sofía se sube a la tarima, con la voz un poco temblorosa le susurra a Ahmed.

-Tengo miedo.

-Tranquila, es solo la directiva, Alejandra te protegerá, es tu amiga de hace tiempos.

-No es eso, es que... me cuesta hablar en público.

Esto decían mientras Carolina explicaba la veracidad de los datos del viaje de prueba recopilados por la grabadora de datos y su perfecta coordinación con la grabadora de voz. 

-¿Ves ese joven de por allá?

-Sí.

-¿Se parece mucho a mí verdad?

-Bastante.

-¿Ves ese otro joven de allá?

-Sí.

-Se parece a mí.

-No.

-Comono mira, tiene dos ojos, una nariz.

-No manches.

-¿Ves a Alejandra?

-Sí.

-Ella es como mi hermana, por pura biología se tiene que parecer a mí.

-Eso es cierto.

-A lo que voy es que tienes razones de sobra para pensar que me estás hablando a mí.

-Me parece la idea, hecho.

Carolina seguía explicando la viabilidad del empuje por curvatura y cuando era el turno de Ahmed de relatar la experiencia de viaje, Sofía se le adelantó.

Expusieron todo el viaje con lujo de detalle, experiencia, comportamiento de María, fuerzas G, controles nuevos por conocer, tiempo que tardaría la misión de Sofía, velocidades que podrían alcanzar estas naves, optimizaciones, centro de realidad virtual y otros asuntos, fué otra de esas reuniones intensas que los mandó a todos a la cama directamente.

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El día en que Sofía partía se había llegado, los días anteriores Ahmed y su equipo habían fabricado una réplica de la nave que llevaría a Sofía y a sus compañeros de viaje a Trappist 1D.

-Buenos días.

-Sofía otra vez tú tan temprano.

-¿Así te despides de mí?

-¿De qué hablas?

-Tío, me voy como en dos horas.

Se había acordado que partirían a las 7:00 AM, Ahmed lo olvidó por completo, todavía medio dormido cogió un poco de ropa, y se apuró a ir a la pista.

-Parece que alguien llegó tarde -dice Alejandra.

-Hola Ale, ¿dónde está Sofía?

-Ella y el resto del equipo ya están en la nave.

-Oye, ¿no se supone que tú te levantas a las 10:30?

-Quería despedirme de mi gran amiga, así que hice este sacrificio.

-Carajo, ¿cómo lo pude olvidar?

-¿La amabas?

-Lo siguiente.

-Wow.

-¿Qué pasa?

-Eso es nuevo hasta para mí.

-No estoy totalmente despierto, no hagas caso a lo que digo. ¿Puedo ver a Sofía por última vez?

-Creo que no será posible.

-Bueno, por lo menos podré ver partir nuestra primera misión interestelar.

-Sí, de hecho, aunque no podemos cantar victoria antes de tiempo, todavía no llegan.

-Tienes razón.

Ambos contemplan la partida de la nave, en la sala de control aéreo, Boby autoriza a la misión Petirrojo a despegar.

Aproximadamente 2 horas después que habían salido de la atmósfera titánica las comunicaciones con Boby habían dejado de ser eficientes.

Todos habían regresado a sus labores; Ahmed y Alejandra a dormir.

-Oye, ¿aprovecharás que estás despierto para visitar a Carolina?

-Esta vez no, ella y yo estamos bastante cansados, la quiero dejar dormir y yo me quiero recuperar un poco.

-Vale, entonces te acompaño hasta el campamento.

-Tía, todo será muy distinto sin Sofía.

-Ni que lo digas, lo bueno es que dejó escritos los pasos que ella planeaba seguir para las distintas optimizaciones que quería hacernos.

-¿Quién las ejecutará?

-No sabemos, no hay muchos expertos en eso por acá.

Sin notarlo habían llegado ya a sus cuartos.

-Bueno, dulces sueños.

-Gracias, igual.

Alejandra cierra la puerta y Ahmed camina hacia su cuarto.

Casi terminaba de acostarse nuevamente cuando Alejandra lo llama.

-Tío, ven a verme...

No Es SuficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora