Acción y Reacción/Consecuencias (La gran crisis #2)

Edén, parte I: el éxodo

Capítulo 52 – Edén, parte I: el éxodo

Tal y como habían dicho que lo harían después de velar a sus amigos caídos, los héroes que aún se alojaban en la ciudadela de la dimensión de ritual tomaron una hora reloj de su tiempo para tomar sus pertenencias, hora reloj en la que muchos se preguntaban qué harían una vez que llegaran a Edén, o qué sería Edén, o si Edén era un lugar aunque sea mínimamente similar a como se lo describía en la biblia.

Cuando abordaron las naves, estos pensamientos se volvieron aún más presentes en todos y cada uno de los que ahora emprendían éxodo hacia Edén. Sin embargo, al ver que las naves contaban con camas, también pensaron que sería buena idea dormir, ya que no sabía con qué se iban a encontrar cuando llegaran.

Aunque no todos dormirían esa noche por diversos motivos. Judai, por su parte, había perdido a casi todos sus amigos, y cada vez que intentaba cerrar los ojos para dormirse, sus pensamientos regresaban a sus rostros sin vida, y a los rostros de quienes, involuntariamente o no, les habían arrebatado la vida.

Y entonces pensó en Yusei, en cómo estaría, o si aún estaba vivo; sabían que uno de los signers había muerto, ya que la salvaguardas de protección dejó de funcionar justo en el peor momento, pero aún no sabía de cuál de los dos signers ausentes se trataba, ni siquiera Crow, Luca y Lua podían saberlo, y eso le carcomía la cabeza. Decidiendo quedarse despierto, se puso a inspeccionar junto a Yubel su deck; tenía el presentimiento de que pronto se volverían a encontrar con el otro bando y quería estar listo para cuando llegara el momento.

Otras personas que no podían dormir eran las chicas brazalete que aún quedaban del lado de Eva, que en vez de dormir, parecían estar teniendo el mayor de los conflictos que jamás hubieran tenido. El discurso de Ruri sobre que los vínculos aún existían no le había sentado bien a todas, y ahora que estaban solas, Rin sabía que podía recriminárselo sin hacer un show innecesario en un contexto erróneo:

Rin: ¡Serena nos traicionó, Ruri! Se unió a gente que fue capaz de lastimar a otras personas, a la gente que mató a nuestros amigos, a nuestros aliados. ¡Por el amor de las cartas, tu pertenecías a una resistencia de gente en XYZ! ¿Cómo siquiera puedes pensar que los vínculos con el enemigo aún existen?

Ruri: ¡Serena no se hubiera unido a la orden sin ninguna razón, si no tuvieran siquiera un buen motivo para hacer lo que hacen! Sólo intento ayudar, enfrentarnos entre todos y no escucharnos no sirve de nada – Justo cuando parecía que Rin iba a golpear a la chica brazalete de XYZ a puño cerrado, Yuzu la detuvo, pero sin dejar de ver a la aludida de forma hostil

Yuzu: que puedan tener buenos motivos no cambia lo que pasó hace unas horas, Ruri. No cambia que Yuya, Serena y Yusaku usaron sus habilidades para engañarnos por mucho que tuvieran la salvaguardas de protección, y tampoco cambia el hecho de que todos nuestros aliados muertos no sean en parte responsabilidad suya, y lo sabes.

Ruri: lo entiendo, pero no creo que consigamos nada si continuamos con la misma fórmula, ¿acaso ustedes no se preguntan cuál es el objetivo de Lilith del cual aún no nos enteramos? ¿Acaso ustedes no se preguntan por qué vamos hacia Edén?

Rin: ¡eso no tiene nada que ver con que Serena nos haya traicionado, Ruri! Tienes que despertar, no puedes simplemente perdonar a la gente tan fácil, no cuando pasó esto. Esas personas ya no son nuestros amigos, difícilmente puedan hacerme cambiar de opinión y no soy la única: Judai perdió a casi todos sus amigos y a los que no, le traicionaron, como Edo. Seto perdió a la persona a la que más amaba en el mundo y ni siquiera sabemos qué onda con Yusei y Jack, sabemos que uno de ellos murió pero no sabemos quién y sin importar eso, el otro debe estar devastado, culpándose por dentro y lleno de ira porque sin importar lo que haya pasado, ellos aún se querían de alguna forma. Esos vínculos y esos futuros fueron cortados porque ellos decidieron traicionarnos, supéralo y estate preparada por si nos volvemos a encontrar – Dijo para posteriormente sentarse en su cama de la nave, Ruri bajó la cabeza mirando al suelo. Hubo un silencio sepulcral que comió la habitación como un parásito hasta que alguien se atrevió a romperlo