Capítulo 12

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Los faroles de las calles se iban iluminando uno a uno. Los trabajadores llegaban agotados a sus casas luego de un arduo día de trabajo, sus familias recibiéndoles con una hermosa sonrisa. Pero las horas de esfuerzo que puso Joy en buscar a su amigo no la habían llevado a nada.

Ya se había resignado a la realidad. Esperaba que lo llegaran a encontrar mañana, o tal vez ya estaba en casa.


Lo que más le molestaba era que nada hacía sentido. Bon no se escaparía de la nada así como así, debía de tener una razón para ello, y eso era lo que más le preocupaba.


Antes de que alcanzara a sacar el celular de su bolsillo, sus ojos se toparon con el nostálgico parque con el cual tuvo tantos sueños y pesadillas: era el lugar donde podrían haber tocado en su primera Batalla de las Bandas.


Sin embargo, la melancolía no le duró mucho, ya que logró divisar un rizado cabello azulado, y la esperanza la llenó de una energía que ni ella sabía de dónde había sacado.

Ese tenía que ser Bon.


Al principio se echó a correr, con miles de frases para decirle cuando se diera vuelta. ¿En qué estabas pensando, escapándote así? ¿Desde cuándo que evitarnos ha sido tu manera de resolver tus problemas? ¿Acaso no sabes lo mucho que nos importas?

Pero antes de que llegara a abrir la boca, un pequeño sollozo escapó de la boca del chico. Y luego lágrimas, y más llanto, más emociones deseando querer salir de su mente.


Y luego, tos.

Bon no paraba de toser, lo que hizo preocupar aún más a la joven.


Antes de que pudiera alcanzarlo, la respiración del mayor se calmó, otorgándole la oportunidad de limpiarse el rostro, y dejar algo en un frasco de vidrio que no llegó a ver.

A su lado también se encontraba el cuaderno de canciones del cual Joy le había estado preguntando el fin de semana. Pero había algo raro en sus hojas. Parecía que estaban manchados de algún líquido transparente y de... ¿sangre...?


El joven volteó su cuerpo al escuchar el crujir de hojas detrás de él, encontrándose con su amiga mirándolo de manera nerviosa.

Rápidamente miró hacia otro lado para secarse las lágrimas que le quedaban por limpiar y colocó su mano para indicarle que se sentara junto a ella, no sin antes tomar el jarro y esconderlo lo más posible debajo de la chaqueta que se encontraba tirada a su lado.


Millones de preguntas pasaban por la mente de la joven, desde las más obvias hasta las que temía de saber su respuesta, pero sus labios solo lograron soltar una débil frase.

—Te ves horrible.


Sinceramente, ninguno de los dos podía creer lo que había escuchado.


Bon no pudo evitar soltar una corta risa, un tanto irónica por la situación en la que se encontraban.

—También me da gusto verte, Joy.


Pero la joven no podía tomarlo en broma.

Era la verdad. Cuando vio su cara de cerca, pudo notar mejor las ojeras que se le formaban bajo sus ojos, hinchados y rojos de tanto llorar. Parecía como si no se hubiese peinado en días, con una tez mucho más pálida, como si estuviera enfermo, y no podía evitar sentir ese metálico olor de sangre emanando desde el chico.

La Danza de los Pensamientos (BxB Hanahaki AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora