Tengo miedo de desaparecer, fue así durante mucho tiempo, seguía tomando malas decisiones, aun cuando solo puede tratar de matarme y averiguarlo en un instante, seguía huyendo, tropezando y cayendo, pero cuando toque fondo encontré este lugar.
Jin B...
◖El hablar hace que la otra persona permanezca allí, pero de esta manera específica que tiene el efecto de desarmarla. Las palabras ejercen su magia —durante un tiempo—, fijando al destinatario e impidiéndole cualquier respuesta real, el tipo de respuesta que pu- diera suponer un riesgo para el sujeto maníaco, excluyéndolo o castigándolo.◗
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sonido de una alarma... O quizá el timbre de algún teléfono... ¿Oh? Eso tenía que ser...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Descolgué mi celular e hice un gutural como aviso de que estaba escuchando a quien fuera que estuviese del otro lado de la línea. -(MC)-san, buenos días ¿Estabas dormida?- la voz nerviosa y adormilada de Ren sonaba adorable, acomodé bien el teléfono para poder escuchar bien
-Hmm...-. Escuché una risa contenida del otro lado del teléfono.
-Supongo que eso es un sí- esta era de esas veces que pese a no verle, sabía que estaba sonriendo y sobre todo, sabía que estaba sonrojado. –Ren, siempre me has parecido un niño jugando a estar enamorado.
-¿Qué pasa?- Me escuchaba adormilada y cansada, no trataba de simularlo si quiera
-¡Ah! Cierto, Madre llamó, dijo que no has llegado a trabajar y no respondes sus llamadas. Usualmente toma por alto esto, pero tu... psicólogo... psiquiatra... el Señor Kurokimi- se notaba que estaba leyendo todo desde su cuaderno de notas, siempre lo hacía cuando le pedían dar algún mensaje y no tener que olvidar ningún punto a mencionar –No, no. El Señor Kurokami, si, eso. El Señor Kurokami ha llamado, pidió que te dejaran salir antes. Al parecer te estuvo llamando para recordarte que tienes cita con él pero no descolgaste las llamadas-. Mis ojos se abrieron de par en par
-¡Mierda, Ren! Debiste llamar antes ¿Cómo es que me he quedado dormida? ¡¿Qué hora es?!
-Ammm... las 12 y cuarto-. Suspiré de alivio
-Aún tengo tiempo, bueno ¡Gracias Ren! ¡Te veré mañana!-. Pude escuchar como trataba de decir algo tras la línea pero ya había colgado.
Hoy no era de mi interés ir a trabajar estoy segura de que Hirada-san entendería, quería ver a Tsuya-kun, lo necesitaba. Tenía que contarle de mis trabajos, del regalo de Daiki, del héroe que he hecho mi amigo y sobre todo, tenía que hablar de lo bien que he estado y cuánto había extrañado hablar con él. Sentía una irremediable necesidad de hablar con él, de que me dijera lo útil que soy y sobre todo, quería hablar con él y que fuese testigo de cada una de mis palabras.