Tengo miedo de desaparecer, fue así durante mucho tiempo, seguía tomando malas decisiones, aun cuando solo puede tratar de matarme y averiguarlo en un instante, seguía huyendo, tropezando y cayendo, pero cuando toque fondo encontré este lugar.
Jin B...
◖Eres una chica desafortunada, al tratar de suprimir tu propio poder terminaste matando tu sentido de identidad ¿no es así?◗
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¡Vaya día tan cansado! Y pensar que habría sido peor de haber ido con los Hirada. Miraba feliz los faros que iluminaban las calles, el amor puede ser patético y cansino, pero aquellos que se incomoden al ver una pareja enamorada ¡espero que nunca tengan que convivir con una persona maniaca! No hay amor más desesperante que el que se pude tener alguien a sí mismo pues no es capaz de ver sus debilidades y le lava el cerebro a los demás con sus sobreestimadas virtudes. Acomodaba y reacomodaba mi mochila ¡Nunca pensaría que el papel podría pesar tanto! Me enfocaba en hacer una lista mental analizando una y otra vez lo que haría con el dinero para poder gastarlo sin despertar tantas sospechas. Pensando el lapso que puede haber entre las compras y cada cuando me debía permitir una compra a gran escala. No importaba cuanto lo repasaba, los regaños de Tsuya resonaban en mis oídos aclarándome una y otra vez que el ser imprudente con los gastos podría costarme mi propia vida o peor, la de él.
Unos pasos detrás de mí me interrumpieron, de forma molesta aceleré el paso, frunciendo el ceño y esperando que aquellos pasos no persiguieran a los míos, estaba demasiado cansada como para lidiar con algo así.
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-Supongo que no me conoces y eres nuevo por el área ¡Pero no es buena idea ir tras mí habiendo tantas víctimas potenciales! Kurokami-san se va a encargar de que desaparezcas si algo malo me pasa- no había mirado si quiera detrás de mí y sin detenerme logré sacar a Amnesia de mi mochila y colocarla sobre mi rostro, más que nada buscaba intimidar, mi condición física era nula en esos momentos y mi espalda cargando más peso me podría venir en mi contra-¡Realmente eres insistente!- mantenía la calma, solamente necesitaba unos cuantos pasos para encontrarme con la estación de metro más cercana.
Los pasos se aceleraban pero yo mantuve mi ritmo inicial, comenzaba a maldecirme a mi misma por no traer un arma pero sentía que aquello era lo que hacía la situación más interesante. Cuando acordé pude ver a un niño a mi izquierda, portando un maletín y con un traje que me hacía plantear la idea de un pequeño polluelo tratando de hacerse pasar por pingüino.
