Tengo miedo de desaparecer, fue así durante mucho tiempo, seguía tomando malas decisiones, aun cuando solo puede tratar de matarme y averiguarlo en un instante, seguía huyendo, tropezando y cayendo, pero cuando toque fondo encontré este lugar.
Jin B...
◖Esa era la bestia que podía hacer que su estado de ánimo cayera en picado o remontara el vuelo parece ser una personificación del interés◗
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Dime, Daiki ¿Cómo se llama este sentimiento? Como si de pronto la vista se nublara y que los colores se comenzaran a opacar; de pronto el ramen no tiene ese sabor que esperé y las manos y pies me pesaron al momento de intentar moverme. No tienes que responder esta pregunta retórica, sé lo que está pasando, más quiero negar que es así. En serio siempre te ha gustado llevarme al límite, es como si el mundo comenzara a tragarme y los problemas decidieran pesar en mi espalda ¿Es congruente? No sé si han sido tus palabras o tu manera de expresarlas, mucho menos si es tu culpa del todo, es como si un vaso hubiese recibido la última gota antes de desmoronarse.
-¿No piensas terminar los fideos? A este paso se enfriarán- ¿Cómo puedes pasar de la ira a la compasión tan sólo con un breve silencio? Por algún motivo tuve que meditar la respuesta unos minutos, le había escuchado, pero no sentía necesidad de responder -¿pasa algo?
-No... creo que he perdido el apetito- quisiera pensar que por un momento comprendió lo que pasaba, que se disculparía y que me ayudaría a resolver todo de nuevo. Suspiró y se levantó de la mesa
-¿Has tomando tus medicamentos? Puedo ir a buscarlos si quieres- esa no era la respuesta que esperé por su parte, maldito Daiki, deja tu complejo de hermano mayor de lado y ve a vender tus inexistentes dulces.
-No es necesario
-¿Ah?
-No creo que sirvan de algo
-¿Quieres que llame a Kurokami?- negué con la cabeza, en serio quería estar sola, pero a la vez anhelaba una muestra de afecto por parte de cualquiera –En serio es difícil tratar contigo, déjame prepararte un té por lo menos
-No es como si fuera tu obligación- no podía responder, como si algo obstruyera mi garganta sin dejar que las palabras fluyeran como era debido -¿Verde está bien?- me limité a asentir.
En estos momentos, me siento como una niña que tiene al mundo en su contra, como si el resto de la sociedad fueran los villanos que van tras mí. ¿Cómo me lo había explicado Tsuya-kun?
Sentía el cuerpo frío ¿Qué clase de enfermedad te hace sentir invencible y al siguiente minuto como un ser vulnerable? Recostada, con los edredones cubriéndome totalmente y un té verde enfriándose en mi mesa de noche, no estaba segura de si lo tomaría pero me sentiría culpable de no hacerlo. Daiki mencionó que lo llamara siempre que necesitara algo, inclusive me dejó algunos caramelos en la alacena y helado en el congelador, dijo que le habían sobrado de compras anteriores pero era una ilusión un tanto denigrante el intentar pensar que los había comprado solamente para mí.
No sabes si el tiempo transcurre rápido o lento, mucho menos cuando todo está en una oscuridad absoluta, la depresión es ese hueco que sin saber cómo te ha absorbido del todo. Adormecida y con la taza con el té a medias decidí dormir.
