𝟎𝟎𝟔

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—¡Me duele el culo!—lloriqueó Doyoung mientras golpeaba los brazos del policía.

— ¡Usted es un idiota!

—¡Qué iba a saber yo que le dolería al despertar!—Seo trataba de cubrirse como podía de los suaves —pero no tan suaves— golpes del pelinegro

—¡Tonto! ¡Me hubiera sentado en sus piernas!

—¡No, qué vergüenza!

—¡De seguro y le termina gustando que me siente en sus piernas, y que haga otras cosas más, sólo que nunca me da la oportunidad!—Doyoung siguió quejándose, pero paró de golpear al policía para cruzarse de brazos.

Parecían pareja peleando por cosas tontas como éstas.

—Mire, no puedo estar discutiendo éstas idioteces con usted así que...

—¡Es que no hay ningún hombre que diga las cosas como realmente son, todos son cobardes! ¿Ahora vas a ir a buscar tu nido y huevos?  —interrumpió Doyoung.

—Mire, yo...

—¿YoungHo? ¿Qué haces ahí dentro?—preguntó un hombre bajo de pelo castaño que traía el mismo uniforme que Seo.

Y como la bestia que era, Youngho se espantó y empujó a Doyoung lejos, haciendo que éste se golpeara en una esquina de la celda.

—¡Seo, mira lo que haces! Deberías tener más cuidado y dejar de ver dibujitos en la televisión. —le regañó aquél muchacho mientras se acercaba a Kim y cuidadosamente lo levantaba y sacudía. —¿Acaso has pensado que se iba a camuflar?

—Taeil hyung, lo siento.—murmuró Youngho cabizbajo.— me asusté, creí que era Nakamoto.

—Ese amargado nunca pasa por aquí, se la pasa durmiendo en su oficina, ya deberías saberlo.—Taeil acomodó los cabellos del pelinegro y sonrió. — volvió a ser bonito.

Doyoung revoloteó sus pestañas y esbozó una sonrisa, haciendo que al oficial Taeil se le escapara un "tierno" de los labios.

—Pf, esa cosa, tierno, claro.—murmuró Seo mientras hacía rodar sus ojos.— si tan sólo hyung supiera lo salvaje que es esa cosa con casco negro.

—¿Ésa bestialidad no te hizo nada malo, pequeño?—habló el mayor de todos, refiriéndose como la "bestialidad" a Youngho.

¿Desde cuándo Moon Taeil es amable con un preso?

—Dejó mi trasero adolorido.—respondió Doyoung haciendo un puchero y Taeil lentamente dirigió su mirada a Youngho. De esas que están llenas de sorpresa, enojo y asco a la vez.

—¡A mí me duelen los brazos y no me estoy quejando!—gritó el castaño.

—¿¡Qué es lo que hiciste Youngho!?—preguntó Taeil mientras se llevaba una mano al pecho.—¡Creí que eras un niño bueno!

—¿Qué? ¿¡En qué piensas!? ¡Sólo dormíamos!—respondió Seo.

Y entre todo ese griterío estaba Doyoung, harto de escuchar tantas estupideces y malentendidos.

—¿Pueden dejar de discutir de una buena vez?—se quejó Doyoung, y se abrazó al brazo del oficial Taeil fingiendo inocencia pura. Quizá al menos consiga comida buena.

—Deberías irte, hyung.—le comentó Youngho a su mayor.—Los demás tontos deben andar buscándote y no sería del todo bueno que me vieran dentro de la celda... y no creo poder salir.—jaló a Doyoung con tal de que se soltase de su compañero y se quedara quieto a su lado.

—Sí, tan sólo espera que recuerde lo que debía decirte. —Taeil se quedó pensativo unos largos segundos hasta que prosiguió;—¡Ah!, Yuta quiere que lleves a Doyoung a la oficina, dice que es para que lo acompañe a comer porque extraña a su pareja y quizá se largue a llorar.

—¿Pero es que ese es estúpido o qué?—preguntó el castaño.

—¡Yo quiero comer con Youngho!—Exclamó Doyoung con una amplia sonrisa mientras intentaba abrazar a su policía, pero no le resultaba ya que Seo lo apartaba cada segundo.

—Sí, es un estúpido, pero ese estúpido puede quitarte la placa si es que no obedeces.—respondió Taeil.

—Está bien... sólo... dile que espere un segundo y lo llevo con él. ¿No te parece algo raro que esté pidiéndome a Kim?—interrogó Youngho.

—Soy suyo.—se metió el pelinegro.

—Teniéndo en cuenta que el pequeño no cometió algo tan, tan grave que merezca años aquí, es normal.—el mayor se encogió de brazos y comenzó a alejarse, dejándolos solos a Youngho y Doyoung nuevamente.

Hubo unos segundos de silencio hasta que Kim decidió hablar;

—¿Me... Me llevará con el hombre gruñón y amargo?—dijo Doyoung mientras se acercaba al oficial Youngho que se encontraba pensativo.

¿Debería? Algo le dice que no hay una buena razón para llevarlo.

—Debo hacerlo.—respondió Seo a la vez que agarraba con fuerza el brazo de Kim y se lo llevaba a la oficina del jefe Nakomoto.

La puerta de la oficina de Yuta ya se encontraba abierta, parecía que en serio hubiera estado esperando a Doyoung.

Entonces dejó al pelirrojo frente a ésta luego de haber dado suaves golpes en la madera.

Escuchó como su mayor llamaba a Doyoung para que entrase y a penas oyó que cerraron la puerta fué a sentarse en un banquito cerca de la oficina.

Esperaría a Doyoung ahí sentado lo que fuera necesario para luego llevárselo a la celda.

𝕤𝕖𝕠 𝕡𝕠𝕝𝕚𝕔𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora