Capítulo 8

87 5 0
                                    

Tras dejar a Jeff en medio del bosque me diriji de nuevo hacia mi castillo donde se encontraba Shiro, seguramente llorando, la espada seguía clavada en el suelo no me molestaba así que simplemente la dejé ahí.
-¿Como has podido hacerlo...?- Yo solo la miraba me fascinaba como intentaba no ponerse a llorar como una niña pequeña, por el contrario aguantaba sus ganas mientras apretaba sus manos en forma de puños, como si se estuviera aguantando toda su ira, me divertía. - Eres un asesino. - Y tras acabar la frase intento salir de la estancia pero las puertas fueron cerradas para evitar su escape.-Dijiste que me dejarías irme. - Dijo mirando hacia la puerta. ¿También eres un mentiroso? - Me pregunto, yo no decía nada solo la escuchaba mientras notaba como se le quebraba la voz, sus rodillas cedieron y cuando estas tocaron el suelo comenzó a llorar mientras cubría su rostro para evitar que sus lágrimas llegarán al suelo.
-¿Has terminado ya? - Pregunté pero no obtuve ninguna respuesta solo escuchaba como Shiro lloraba. - Primero que todo, no soy un mentiroso ya te lo dije antes pero se ve que has olvidado tu lección... - Su llanto se detuvo en seco y se puso a temblar, su respiración se volvió más forzada. - Te dije que te podías marchar, es cierto pero de donde estabas nunca dije de mi castillo. - El llanto volvió a sonar y eso me hizo sonreír como el demonio que era. - Y segundo: Claro que soy un asesino, pero eso ya lo sabías. - Cuando termine de hablar me acerque más a mi amiga que temblaba mientras lloraba y me puse delante de ella. - Pero no te preocupes a ti nunca te haré daño, como mucho te haré llorar pero nada más. - Al terminar de hablar sujete su rostro para que sus ojos vidriosos se juntarán con los míos sin ninguna emoción. - Por cierto hoy es domingo así que te llevaré a tu casa, seguro que tu madre te está esperando. Y tu padre a mi. - Con esas palabras su llanto se detuvo pero la culpabilidad la golpeaba se le notaba en el rostro.
-Si no lo hubiera llamado... El no habría venido hasta aquí... - Comenzó a decir muy  suave.
- Es posible... Y seguiría vivo. Esperándote en casa, pero ahora eso no va a pasar, recuerda esta muerto. - Su llanto volvió a aparecer pero esta vez más corto se levantó se seco sus lágrimas y me miró a los ojos con decisión. - ¿Quieres decirme algo? - Dije con diversión su corazón tenía miedo pero sus ojos no me dejaban verlo.
-Esta es la última vez que me verás llorar, te lo aseguro. - Sonreí mientras relamía mi labio inferior y hacia mis colmillos crecer pero no demasiado.
- Yo no estaría tan seguro de eso, pequeña Shiro. - notaba como su cuerpo temblaba ante esas palabras.
Me miró con enfado y deje que se marchara a por sus cosas, después de todo era cierto tenía que llevarla a su casa era lo prometido. Al paso de unos minutos ella ya estaba lista y en la puerta, no podía marcharse sola por una sencilla razón, no tenía ni idea de donde se encontraba. - Shiro siento lo de tu teléfono, pero era parte de mi juego. Y no, realmente no me arrepiento de nada. - Shiro no decía nada solo caminaba detrás de mí, no sé atrevía a caminar a mi lado.
--Habla 3° persona--
Shiro solo seguía a ese ser que ahora tanto temía no por ser un vampiro, sino por que lo había visto matar a sangre fría y sino hubiera suplicando marcharse... Estaba segura de que hubiera visto a su hermano morir desde primera fila. Tras caminar cerca de media hora Shiki se detuvo en seco haciendo a Shiro chocar con espalda.
- Ya hemos llegado a tu casa. - Shiro iba a caminar, quería caminar pero sus pies no se movían, su cuerpo no le obedecía - Solo por curiosidad... ¿Cómo les vas a decir que tu hermano está muerto? - Tras decir esas crueles palabras sin sentir nada se giro para ver a Shiro mirando al suelo, el sabía que estaba luchando por no llorar así que simplemente sonrió y volvió a su paso. - Vamos, muero de curiosidad por saberlo - Dos segundos después de pronunciar sus palabras se comenzó a reír como un loco psicópata.
Shiro seguía sin decir nada, parecía la sombra de Shiki solo obedecía y caminaba hacia su casa, tenía ganas de correr hacia su casa cerrar la puerta y olvidarse de lo ocurrido ese fin de semana, pero sabía que tardaría en olvidarlo
Cuando llegaron a la entrada de su casa Shiki la miro sonriente y se hizo a un lado para dejar que pasara primero. - Yo no tengo las llaves de tu casa así que abre. - Dijo sin perder la sonrisa, Shiro se puso a buscar en sus bolsillos y ahí estaban sus llaves con un llavero de un gato azul. Al abrir la puerta visualizo a su madre que le sonreía y su padre de igual manera pero cuando estos pudieron visualizarlo detrás de su hija perdieron sus sonrisas de inmediato. - Vete de aquí, Monstruo. - Shiki miró al padre de Shiro que se puso a temblar al recordar lo que le pasó a su hermano.- Tranquila Shiro, no puede entrar sino es invitado. - Shiki no decía nada pues tenía razón sin invitación no podía entrar a esa casa.
Shiro se giro algo más calmada y aliviada, en su casa estaría a salvo. - Bueno... Eso es cierto, no puedo entrar sino me invitáis, pero... - Dijo poniendo sus ojos rojos y haciendo sus colmillos crecer. - ¿Qué pasaría si vuestra casa dejara de tener una entrada? - Dijo sujetando el marcó de la puerta principal. - Quiero decir, que sin puerta de entrada... Dejarías de estar seguros de mi y de otros como yo, sin embargo si me permitís la entrada solo yo podré entrar. - Decía mientras soltaba el marcó muy despacio para dejar ver sus dedos marcados en ello. - Oh lo puedo hacer mucho más sencillo, me meto en tu cabeza, te obligó a dejarme entrar y acto seguido te torturo. - El cazador no sabía como reaccionar, sabía que era peligroso pero no tanto. - ¿Qué decides? - Pregunto sin perder de vista a su objetivo.
- Lárgate de aquí demonio. - Y tras esas palabras cerro la puerta de un portazo.
- Mmm... Que mal para ti y los tuyos, cazador. - La luna estaba tan brillante como las estrellas y era por eso que Shiro era capaz de ver a ese depredador bajo su ventana mientras miraba a la luna con sus ojos rojos. No hacía nada parecía que estaba esperando a que pasara algo pero ninguno de los que estaban en esa casa sabían el que... Shiki de vez en cuando miraba hacia donde se encontraba Shiro para encontrarse una mirada llena de dudas e intriga. Al cabo de unas horas está decidió abrir la ventana para poder saciar sus dudas a lo que Shiki sonrió con algo de malicia
-Parece que la pequeña Shiro tiene dudas... - Decía aún sin moverse de donde estaba. - Pero parece que teme a las respuestas que pueda dar... - Al terminar de hablar se acerco a un árbol y de un solo salto llegó hasta la rama más próxima a la ventana para sentarse justo delante de Shiro que volvió a temblar. - Oh, ¿Vas a llorar? - Decía mientras sonreía y la miraba fijamente con esos ojos vacíos de sentimientos, Shiro no paraba de temblar y notaba sus ojos humedecerse. - Puedes estar tranquila no puedo entrar, aún. - Decía mientras movía sus pies.
-¿Porque quieres entrar? - Preguntaba con temor a lo que Shiki sonrió.
- Por qué quiero hacerlo, por nada más. Recuerda que quieras o no soy tu amigo y se supone que los amigos dejan entrar a sus casas. - Shiro temblaba, sabía que había truco pero no lo encontraba. - Por ejemplo... Tu ya has estado en mi casa, en contra de tu voluntad cierto, pero lo has estado. - Shiki reía mientras la luna seguía brillando, sus ojos volvieron a ponerse rojos y sus colmillos crecieron un poco más. - Por el momento debo irme, pero tranquila nos volveremos a ver en clase. - Y tras esas palabras salto de la rama y desapareció de la vista de Shiro, solo entonces esta respiro con algo de tranquilidad.
Antes de marcharse Shiki vio una silueta sentada en el porche de la casa, no tenía miedo es más parecía estar tranquila, este muy despacio se acerco pero no del todo. - Creía que te habías ido. - Era la madre de Shiro, Shiki no decía nada solo escuchaba sabía que le diría algo más. O más bien le preguntaría algo. - ¿Cómo escapaste?, Vi como te capturaron y como te tapaban los ojos. - Fue entonces cuando se sujetó el brazo derecho con el izquierdo, para así evitar temblar.
- Bueno primero que todo, no me escape solo te hice ver lo que querías que pasara, la verdad es que mate a todos delante de ti, mientras tu simplemente sonreías con satisfacción pensando que no me volverías a ver... - Shiki comenzó a reír levemente y se relamió el labio con hambre al recordar cuanta sangre bebió esa noche. - Y al parecer te lo creíste, fuiste una mala amiga Hitomi, me entregaste a los cazadores, me traicionaste. - a esta se le escaparon varias lágrimas. Y a Shiki una risa que parecía la de un loco. - Me iba a vengar, quería vengarme de ti, te quería descuartizar mientras te oía gritar pero... Decidí esperar a que tuvieras una hija y 16 años después aquí estamos de nuevo. - El padre de Shiro salió tras escuchar esas palabras, llevaba una espada plateada y Shiki la miraba con diversión. - El último que me amenazó con una espada, acabo siendo mi juguete y se rompió. - Se alejo muy despacio pero sin miedo, estaba invitando a ese cazador a salir de su sitio de confort y seguridad pero al ver que no se movía, sonrió de nuevo y se marcho. - Hasta pronto familia de cazadores. - y tras esas palabras desapareció para irse de caza, en esa noche que estaba tan iluminada por la luna.

juegos Sádicos {FINALIZADO} 😁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora