Capítulo 13

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Tras varias horas en casa de su amiga, Shiki decidió que era hora de volver a su propia casa, ya había jugado y ahora quería descansar. Una vez en la puerta se giro para ver  a una Shiro asustada, sonrió y le dijo. - Espero verte en clase, pequeña Shiro. - Parecía un anhelo pero los integrantes de esa casa sabían perfectamente que no lo era, Shiro asintió y el vampiro se marcho cerrando la puerta de forma suave.
-Jonh... Necesito que me hagas un favor. - Hitomi comenzó ha hablar y el nombrado asintió sin dudar. - Llévate a Shiro, contigo estará segura. - Jonh miró a su sobrina y negó con la cabeza.
-Ella estará bien aquí, Shiki no quiere hacerle daño, y si me la llevo me encontrará y será peor el remedio que la enfermedad. - Hitomi cayó de rodillas al suelo y empezó a sollozar. - Por cierto Shiro, ¿Qué ha querido decir con eso de verte en clase? Yo pensaba que ibas a la diurna. - Shiro cogió aire, tras negar con la cabeza.
-Hice las pruebas para poder entrar en la nocturna, es y era mi sueño pero da igual... Mamá me quiere sacar de allí. - Dijo con el ánimo por los suelos, estaba a punto de llorar pero recordó lo que le dijo a Shiki y trago en seco. - Mamá, se que no quieres que vaya a clase pero mañana iré, sino... Podría ser peligroso.-Hitomi aún sollozando asintió mientras volvía a pensar como podría alejar a su hija de ese Demonio. - Bueno será mejor que me vaya a dormir, mañana en la noche tengo clase. Buenas noches... - Tras esas palabras Shiro se dirigió a su habitación dejando solos a los dos adultos.
-Hitomi... ¿Qué sabes de ese vampiro? - Esta se le quedó mirando fijamente, y acto seguido comenzó a dolerle la cabeza, tanto que se tuvo que apretar la cabeza para intentar apaciguar dicho dolor. A los pocos segundos se calmo, pero aún le costaba respirar de forma regular y no soltaba su cabeza. - ¿Estas bien? - Hitomi asintió de forma lenta y se apoyo en la pared para poder ponerse en pie. - Hitomi, debes contestarme, yo lo único que se es que es muy peligroso... - Hitomi se giro, tenía lágrimas en los ojos que al pestañear resbalaron por sus mejillas. - Lo siento, hablamos en otro momento, hasta otro día. - Hitomi no dijo nada solo volvió a caminar hacia su habitación.
Jonh salió de la casa y a los segundos de salir de la parcela noto como alguien lo observaba, no sabía quien ni desde donde pero estaba seguro que alguien o algo lo estaba vigilando, sujeto su espada con fuerza de la empuñadura.-Vaya, vaya... Al parecer el cazador tiene dudas...-Una voz resonaba al rededor sin desvelar su ubicación exacta. - El hermanito mayor quiere proteger a su hermanita y a su sobrina... Pero no sabe cómo. - acto seguido se empezó a reír como un verdadero loco. - ¿Quieres saber cómo protegerlas de mí? - Jonh no hacia ni decía nada solo lo buscaba con la mirada. - Es fácil, no puedes, es imposible. Incluso aunque vengan todos los cazadores a intentar detenerme no serviría de nada. - Tras esas palabras se dejó ver, Shiki se encontraba en una rama de un árbol sentado con su espalda apoyada en el tronco mientras sonreía.- Pero como bien has dicho, si te llevas a Shiro será peor el remedio que la enfermedad.- Tras esas palabras se dejó caer al suelo con un silencio felino, su mirada era fría y calculadora. - Antes tenías más miedo... Me gustaba más tu mirada, pero por el momento me conformo con esta, no contestaste a mi pregunta cazador... ¿Guardaras mi secreto, verdad? - Jonh se enderezo un poco sin soltar su arma. - Me tomo tu silencio como un si, si no cumples tu palabra llorará lágrimas de sangre te lo aseguro, Jonh. - Al terminar de hablar simplemente se giro y desapareció cómo si se tratará de niebla
Solo cuando pasaron varios minutos fue cuando Jonh se atrevió a moverse de su posición, pues así se aseguraría de que ese ser habría desaparecido y el estaba seguro.
A la noche siguiente Shiro a pesar de estar aterrada por lo sucedido la noche de su cumpleaños decidió asistir a clases rezando por que Shiki no asistiera esa noche. - Buenas noches, Shiro. - Sus ruegos no fueron escuchados pues justo detrás de ella se encontraba el dueño de sus pesadillas.
-Buenas noches, Shiki. - Contestó de forma cortante tenía miedo y así lo demostraba, deseando que Shiki dejara de hablarle.
-Te voy ha hacer una pregunta y quiero que contestes, sino me podría enfadar. - Shiro perdió todo el color de su piel y sus ojos se pusieron húmedos cuando la mirada sádica de su "amigo" chocó con la propia.- ¿Qué sucedió cuando me fui de tu casa? - Shiro abrió mucho los ojos dejando resbalar algunas lágrimas de miedo.
-No... Sucedió nada... Mi tío se marcho al rato... - Shiki la miraba muy serio sabia que mentía por una simple razón intento desviar varias veces la mirada, muy despacio se acerco a su oído y le susurro algo que hizo a Shiro perder todo el color de su rostro y ahora si llorando de terror.
Al terminar de susurrarle en el oído se alejo un poco de ella para admirar ese rostro lleno de terror mientras el solo podía sonreír. - Vamos toca ir a clase de ciencias.- Y tras esas palabras comenzó a caminar dejando a una Shiro completamente inmóvil que no se atrevía a moverse solo podía pensar en que realmente había sido un error volver a la escuela nocturna... A los minutos pudo reaccionar y corrió a la sala de ciencias donde encontró a un muy sonriente Shiki con una silla a su lado vacía, dio leves toques indicando que quería que ella se sentará a su lado, sin poder evitar temblar se sentó más tensa de lo normal y agachado la cabeza haciendo que su cabello le taparla el rostro y evitar que sus ojos vieran el rostro sádico que su compañero tenía en esos momentos. - Que mona estas cuando tienes miedo... Pequeña Shiro.- Dijo para acto seguido apartar un poco de pelo y poder observar mejor ese rostro que tanto miedo reflejaba.- Y eso que solo te he susurrando en el oído la verdad... Tu madre debería habértelo avisado, no me gusta que me mientan y si lo haces, procura que no te pille por que sino llorarás lágrimas de sangre hasta que yo me canse. Y eso mi pequeña amiga lo vas a verificar. - Tras esas palabras Shiki sonrió de nuevo y volvió a fijar su mirada en el maestro dejando a una muy petrificada Shiro. El maestro dio varias indicaciones para el experimento que debían hacer pero Shiro no se movía así que el proceso de disección  lo tuvo que hacer enteramente todo él, pero no pareció importarle pues lo hizo con una sonrisa en su rostro y en tiempo récord permitiendo así que el y su compañera pudieran salir unos minutos antes, Shiki volvió a sonreír mientras cogía su mochila y a su compañera del brazo la cual no se atrevió ni a oponer resistencia, este caminaba hacia un lugar en concreto y este era la azotea del instituto desde la cual se podía ver el centro diurno totalmente inactivo.

-No... No me hagas daño... Es verdad lo que te dije, no sucedió nada... - Shiki no hablaba solo la miraba con una sonrisa pero en sus ojos se podía ver enfado que se iba convirtiendo en ira.
-¿Nunca te dijo tu mamá que no se miente a seres más fuertes que tu? - Shiki no se movía solo observaba como Shiro se alejaba de él. Hasta que tocó el borde de la azotea. - No tengo el don de la paciencia, ya deberías saberlo... - Ahora Shiki se separó de la puerta no sin antes cerrarla con llave la cual se guardo en el bolsillo.
-Por favor... Quiero volver a casa... Mi madre estará preocupada... - Shiki volvió a sonreír mientras avanzaba, pero no decía ni media palabra.
-No deseo hacerte daño... Pero sino respondes, me voy a meter dentro de tu cabecita y voy a jugar un rato ahí dentro.-Ya estaba muy cerca de Shiro cuando terminó dio unos leves toques en la zona nombrada para después cogerla del cuello no con mucha fuerza pero si la suficiente como para asustarla. - Y te puedo asegurar... Que no te va ha gustar demasiado. - Y tras esas palabras la soltó bruscamente, Shiro tenía tanto miedo que cayó de rodillas delante de él, Shiki solo la miraba desde arriba con sus ojos llenos de sadismo. A los pocos segundos comenzó a sonar la campana pero Shiki no se movía de su lugar y Shiro no se atrevía a moverse un centímetro. - Voy a cambiar mi pregunta haber si así me contestas y después podrás volver a tu casa. - Dijo con la voz fría, como si fuera un asesino en serie. - ¿De qué hablaron tu tío y tu madre después de yo marcharme? - En ese momento Shiro reaccionó sus ojos reflejaban miedo, no sabía si contarle o inventarse cualquier cosa. - Te lo advierto, no me intentes mentir... - Dijo mientras se ponía en cuclillas. - Por qué sino... Lo que te susurre antes lo cumpliré. - Dijo con una sádica sonrisa. - Te lo recordaré una vez más... Si me mientes, jugaré contigo hasta que dejes de tener lágrimas y empieces a llorar sangre. - Sonrió de forma sádica y sus ojos se volvieron tan rojos como la sangre.
-Mi madre... Ella le dijo a mi tío... Que me... Me llevará con el...-Shiki la observaba, serio en sus ojos  no se reflejaba nada bueno solo sadismo y sed. - Pero... El se negó... Dijo que no me harías daño... Y que si me llevaba con el... Sería peor el remedio... Que la enfermedad... - Shiro miraba al suelo no se atrevía a mirarlo a la cara por si este lo tomaba como un atrevimiento. - Deja... Que me vaya a casa... Por favor... - Varias lágrimas manchar in el suelo y cuando levanto el rostro Shiki ya no se encontraba allí y la puerta se encontraba abierta, Shiro solamente corrió y corrió hasta llegar a su hogar, cuando entró tiro la mochila a algún rincón y busco a su madre la cual encontró tirada en el suelo mientras sollozaba, no se atrevía a moverse y Shiro buscaba algo con que defenderse del posible agresor pero no hayo nada... Se quedó estática cuando escucho la risa del agresor, ahora sí que tenía miedo.
-Hitomi...Hitomi...-La voz de Shiki, aunque parecía totalmente distinta, era más fría de lo normal más sádica y más terrorífica.-Por regla general ya estarías muerta, ya que me has intentado dejar sin amiga pero... Haré una excepción, solo por esta vez. - a medida que iba hablando su voz volvía a ser normal, seguía asustando y seguía siendo sádica pero era la misma de siempre. - Puedes pasar Shiro, después de todo es tu casa y tu madre necesita ayuda para levantarse. - Dijo desde el sillón en el cual estaba sentado, con terror Shiro entró y ayudo a su madre a levantarse, se sorprendió al ver que no tenía ni un rasguño, y fue cuando miró a Shiki el cual solo podía sonreír. - Tranquila, no he jugado con los venenos solo un poco con su mente, nada más. - Shiro miró aterrorizada a ese ser que la miraba fijamente sin sus ojos reflejar nada. - Ahora ya sabes lo que sucedera si me vuelves a mentir. - Y tras esas frías palabras se levantó y con pasos seguros se marcho cerrando de un portazo de esa casa dejando a madre e hija sollozando.
La semana paso y la madre de Shiro no se atrevió a pisar el centro nocturno para notificar el traslado de su hija ya que temía que Shiki la viera o escuchara, así que decidió llamar a dicho centro y tramitar todo por teléfono, tras terminar de hablar y finalizar todo el procedimiento de cambio de centro la madre respiro tranquila pues esa noche de viernes sería la última en la que su hija asistiera a ese centro y por fin se libraría de Shiki y estarían a salvo...

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