𝖈𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝖋𝖔𝖚𝖗𝖙𝖊𝖊𝖓.

440 24 6
                                    

Narra Scarlett

—cuentame tu día— hablo Alessio con la mirada en el camino

—aburrido, casi me duermo en la clase de español, lo único bueno fue que el maestro de artes no fue y tuvimos hora libre, dejamos el salón hecho un desastre— dije y reí al recordar todo lo que hicimos

—uuhh, hubiera ido— exclamó y reí, él sonrió

—si, te lo perdiste— dije con una pequeña sonrisa

—pero, creo que falte por una buena y justificable razón— comentó y sonrió de lado, justo se puso en rojo el semáforo, me volteó a ver —tu dijiste que si faltaba me tratarías mejor y me dejarías acostarme en tus piernas— agregó y reí

—¿Te vas a creer todo lo que te diga?— pregunté y vi como su rostro cambió, estaba "triste" —Alessio, aunque te pongas a llorar no te voy a tratar mejor, o te dejaré acostarte en mis piernas— agregué y el rodeó los ojos y volvió a poner su atención al camino

—no entiendo, ¿Qué te hice? ¿Te trato mal? ¿Te digo algo malo? Dime qué hice, quiero que me trates bonito, soy un niño dulce— dijo y reí

—no me gusta que las personas de la escuela piensen que somos novios, entiende— exclamé mirándolo, él sonrió

—¿En serio creen eso? Genial— comentó y le pegué levemente en su hombro
—hey, era broma— agrego y reímos

—no digas eso ni en broma, yo no andaría contigo ni ebria— hable mientras miraba por la ventana

—auch, eso dolió— exclamó Alessio y reí

—¿Ya casi llegamos?— pregunté volteandolo a ver

—de hecho, ya llegamos— dicho eso nos bajamos del auto y entramos al supermercado

—¿Qué vamos a comprar?— pregunté mirándolo

—vasos de plástico, comida, jugos, más comida, y ya— contestó con simplicidad

—¿Jugos?— pregunté confundida

—para preparas bebidas, duh— contestó con un tono de obviedad.

Agarramos un carrito y empezamos a meter comida chatarra, sabritas, refrescos, etc. Luego fuimos al área de plásticos

—agarra esos casos de colores, se ven geniales— exclamó Alessio con una sonrisa, fui por los vasos y los eche al carrito

Así sucesivamente agarramos lo que necesitamos y fuimos a la caja

—¿Y el alcohol?— pregunté mirándolo

—eso lo haré yo, tranquila— contestó y me acarició el cabello.

Alessio pagó las cosas y fuimos al auto a poner las bolsas, luego nos subimos y nos fuimos del supermercado

—ahora, iremos a una tienda de decoraciones para fiestas— hablo alegremente

—esta bien— dije y en el camino estuve viendo cosas en mi celular.

Al llegar bajamos y entramos a la tienda

—uuuh, mira eso— exclamó Alessio y me agarró de la mano para ir a ver lo que quería, eran sombreros de colores —son lindos, los quiero— agregó y echó más de 30 sombreros al pequeño carrito que habíamos agarrado

—¿Por qué tantos?— pregunté mirándolo confundida

—porque son geniales, y la gente los va a amar— contestó con un sonrisa, parecía un niño pequeño —mira, vamos para allá, hay más cosas— agrego y me jalo de la mano para ir —agarra las servilletas de colores y yo voy a agarrar estos vasitos de colores— dijo y asentí

𝘼𝙥𝙤𝙘𝙖𝙡𝙮𝙥𝙨𝙚 ; [𝘈𝘭𝘦𝘴𝘴𝘪𝘰 𝘚𝘤𝘢𝘭𝘻𝘰𝘵𝘵𝘰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora