𝘼𝙥𝙤𝙘𝙖𝙡𝙮𝙥𝙨𝙚 ; [𝘈𝘭𝘦𝘴𝘴𝘪𝘰 𝘚𝘤𝘢𝘭𝘻𝘰𝘵𝘵𝘰]

𝖈𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝖘𝖎𝖝𝖙𝖊𝖊𝖓.

Narra Scarlett

brrr, brrr, brrr, brrr...

Con los ojos entre cerrados, agarre mi celular y contesté la llamada

—¿Hola?—  pregunté  adormilada

—¿Apenas te despertaste?— preguntó la voz al otro lado del celular, rápidamente supe que era Dasha

—ehh, si— contesté

—tienes suerte de que mis papás no están en casa y soy buena hermana, sino, estarías castigada— exclamó y suspiré

—¿No viniste por mi?— pregunté

—tu amigo me llamo y me dijo que te quedarías a dormir porque te quedaste dormida en su casa— contestó

—ah... Bueno, ¿Vendrás por mí?— pregunté  mientras bostezaba

—no voy a poder ir por ti, tengo que ir a mi escuela por unos papeles, que tú amigo te acompañe— contestó algo apurada

—ummm, está bien, adiós— me despedí y colgué

Al momento de colgar sentí como algo se movió es la cama, voltee a mi izquierda y vi a Alessio, ¿¡Sin camisa!?

—hey, despierta, oye— dije mientras lo movía

—¿Mmm?— exclamó aún dormido

—despierta, anda— exclamé y le pegue con una almohada

—hey, que agresiva— dijo mientras se recargaba en el respaldo de la cama

—¿Por qué no tienes camisa?— le pregunté

—me la quite, duh— contestó con obviedad y volteé los ojos, en eso sentí un dolor de cabeza

—ah, mierda— exclamé mientras me agarraba la cabeza

—¿Te duele?— preguntó Alessio y asentí —ummm, deja te hago un té— dijo, se levantó de la cama y salió de la habitación

yo me volví a acostar y cerré los ojos. No sé cuánto tiempo pasó pero escuché la puerta abrirse

—gracias— dije cuando me entrego el té

—¿Vendrán por ti?— preguntó mientras se sentaba a mi lado

—no, mi hermana tiene que ir a su escuela por unos papeles, me iré sola— conteste

—si quieres yo te puedo acompañar— me dijo con una sonrisa

—no, así esta bien— dije luego de tomar un trago del té

—anda, no quiero que te vayas sola— dijo

—no quiero ser una molestia, más de lo que ya lo estoy siendo— dije un poco tímida

—ay, no digas eso, no eres una molestia— dijo mientras me miraba con una sonrisa

—ummm, está bien— accedí y sentí un dolor de cabeza más fuerte —¿Puedes cerrar las cortinas de tu ventana? Es que me molesta la luz— dije y rápidamente se levantó a cerrar las cortinas