Twelve.

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Jackson escoltó a Mark lejos del muro de ventanas y se dirigió a un rincón aislado donde Mark podía tener su colapso en relativa privacidad.

— No sé si puedo hacer esto. –susurró Mark.

— Todo va a salir bien. Yo estoy aquí, Matt está aquí, y tenemos agentes alrededor de nosotros. No sabes quiénes son, pero yo sí. Estás seguro. –él frotó sus manos arriba y debajo de los brazos de Mark en un intento de tranquilizarlo. No estaba funcionando. Mark seguía temblando. Jackson no podía culparlo por eso.

Cuando Jackson vio a Jay entrar en la casa club, tuvo que luchar contra su instinto para proteger a Mark a toda costa. Si no lo hubiera hecho, le habría dicho una gran “vete a la mierda” al caso en el que había pasado el último año de su vida y huido donde sabía que Mark estaría a salvo.

Aunque Jackson planeaba hacer todo lo posible para proteger a Mark, él no era uno de los superhéroes de Mark. Él no llevaba una S roja en su pecho, y no tenía un cinturón de la utilidad con los artilugios para cada ocasión. Todo lo que tenía era un arma, años de entrenamiento, y el más fuerte deseo que alguna vez hubiera poseído exigiendo que Mark fuera mantenido a salvo.

Esperaba que eso fuera suficiente.

— ¿Y si algo sale mal? –preguntó Mark. Su voz era baja y lejana.

Jackson dejó salir su miedo con un soplo de aire. Tomó las mejillas de Mark en sus manos y sus miradas se encontraron. Los ojos de Mark estaban grandes y llenos de terror. En este momento, Jackson haría cualquier cosa para borrar ese torror, y enojó a Jackson que él hubiera tenido algo que ver en llevar tal temor a la vida de Mark.

— Tenemos un plan, ¿recuerdas?

Mark asintió distraídamente. Él había ido en piloto automático. Era algo que Jackson había visto muchas veces antes en otros testigos que él y Matthew habían colocado en situaciones similares. Le hizo sentir a Jackson como el peor ser humano que jamás haya vivido.

— ¿Y si te ve primero? –preguntó Mark, mordiéndose el labio inferior– Él te quiere muerto más que a mí.

¿Era la imaginación de Jackson, o Mark estaba más aterrorizado por Jackson que por su propia seguridad?

— Mark. –susurró Jackson– Mírame.

Cuando los ojos marrones de Mark finalmente se asentaron en los suyos, Jackson rodeó a Mark con los brazos y lo acercó. Apretó a Mark contra su pecho y apoyó su cabeza sobre la de Mark. El aroma de lavanda, cítricos y menta de su shampoo llenó inmediatamente las fosas nasales de Jackson. Hizo estremecerse su corazón y una sensación de hormigueo se extendió desde los brazos que sostenían a Mark todo el camino hasta el cuerpo de Jackson.

— ¿Estás asustado también? –preguntó Mark desde donde descansaba contra Jackson. Él hundió su cabeza más profundamente en el abrazo de Jackson– Tu corazón late a mil por hora.

Jackson estaba más que asustado. Sentía como si estuviera colgando del borde de un acantilado mientras Mark se deslizaba entre sus dedos.

— Sí. –admitió.

Mark se apartó del abrazo y se quedó boquiabierto.

— ¿De verdad?

Sonrió ante la sonrisita burlona que iluminó el rostro de Mark.

— Por supuesto. El miedo te mantiene alerta. –dijo con un golpecito juguetón en la nariz de Mark.

Mark asintió como si comprendiera completamente.

— De acuerdo, entonces. –dijo, llenando sus pulmones de aire y dando un paso atrás– ¿Vamos a hacer esto?

La respuesta de Jackson habría sido un demonios no, pero ésas eran sus emociones hablando. Tenía que confiar en los hechos y lo que su entrenamiento le dijo que era cierto.

^___^ ## ★ FAKE BOYFRiENDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora