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Estábamos en mi habitación... Había pasado una hora en la que no hablamos nada. Kimura estaba mirando videos en su celular.

-Kimura, quiero que me digas qué demonios te pasa, me estoy cansando de esto.
-No me pasa nada.

Me subí a la cama y me senté junto a él, se sentó como si estuviera huyendo. Tomé sus mejillas con ambas manos y le di un beso, él me empujó.

-¿Qué hice mal?
-¡Nada!
-¿Entonces por qué parece que me odias?
-Es tu impresión, no es verdad.
-Entonces dame un beso... Si no pasa nada puedes besarme.
-No.

Tomé su celular y lo dejé sobre la mesa de noche. Tomé sus manos con fuerza y lo acerqué a mí. Besé su mejilla, él me alejó. Me subí a sus piernas y lo abracé con fuerza.

-Ya no puedo seguir así, me duele el pecho cuando te comportas de esta forma. ¿Puedes decirme qué te pasa?
-No me pasa nada, solo déjame, estos días no estoy de humor.
-En serio quieres hacerme sentir mal.
-Nunca querré algo así, porque te amo...
-¿Crees que esto es amar a alguien? Puede que yo no sea el más experto en el amor, pero estoy seguro de que tu actitud es mala.
-No puedo respirar si me abrazas así...
-En serio ya no sé qué hacer para que vuelvas a ser el mismo... Creí que al salir contigo podría abrazarte, pero parece que antes era más fácil tocarte.

Lo solté, acaricié sus mejillas y lo besé... No entiendo su forma de actuar... Separé nuestros labios un poco.

-Te amo. -Dije.

¿¡Qué!? Me quité de encima suyo rápidamente, estaba asustado por lo que acababa de decirle... ¿¡Por qué lo dije!? Ay no, me senté en la orilla de la cama dándole la espalda a Kimura.

-Nakano, ¿Lo dices en serio?

Me quedé en silencio, hasta para mí fue una sorpresa, no lo dije a propósito, sólo me salió... Ay dios. Kimura no dijo nada más.

-Voy al baño. -Buena forma de excusarse.

Antes de que me levantara Nakano me abrazó por encima de los hombros desde atrás, apoyó su cabeza en mi hombro izquierdo. Tomé sus manos que colgaban en mi pecho.

-¿Me perdonas? Estaba un poco enojado.
-¿Un poco?
-Bueno, muy enojado.
-¿Por qué?
-Porque cuando me sentí celoso debiste decirme lo que me dijiste hace un rato.
-¿¡Era por eso!?
-Sí... Es que es doloroso, sólo dices "gustar" y me hace sentir que sólo te gusto, para mí gustarte no es suficiente.
-¿Me hiciste sufrir tanto sólo por unas palabras? ¿Acaso no son suficientes mis acciones?
-A veces no.

Besó mi cuello, me giré, él me besó... Estaba de rodillas mientras me abrazaba, es raro verlo desde abajo. Por cierto, normalmente soy yo el que hace esas cosas, pero esta vez él es quien me besa.

-¿Eres bipolar? -Bromeé.
-Es tu culpa.
-Bésame... Muero por besarte.
-Pero si ya lo hicimos.
-No es suficiente para mí, estuviste raro por más de una semana, te extrañé mucho.
-Yo igual.
-¿Entonces eres masoquista? ¿Por qué fuiste así si me extrañabas?
-¡Estaba enojado!
-Bueno, bueno.

Tomé su cintura, él aún actúa nervioso si lo toco. Tomé sus manos y las besé, me divierte ver cómo se vuelve roja toda su cara cada vez que hago algo así.

-Eres muy lindo.

Puse sus manos sobre mis hombros, tomé sus mejillas y lo besé, metí mi lengua en su boca, él me abrazó lentamente mientras se sentaba en la cama.

-Dejaré que seas tú quien me bese, así no me sentiré como que te estoy obligando.
-N-no, es vergonzoso.
-¿No quieres besar al chico del que estás enamorado? Qué raro...
-S-si quiero.
-Hazlo.

Besó mis labios con inseguridad, cuando se alejó no pude evitar sonreír.

-Eres muy lindo...

¿Amor? ¿Qué es eso? [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora