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Mientras seguíamos en la cafetería una chica se acercó a la mesa con una gran sonrisa.

-Ella es mi prima, me dijo que estaba cerca, entonces le dije que viniera. ¿Está bien si se sienta aquí? - Preguntó Yokoyama.
-No pasa nada. -Respondió Kimura.

La chica se sentó junto a mí, me miró y sonrió, hice una inclinación con mi cabeza por cortesía.

-Soy Takashi Ai... Mucho gusto.
-Kimura Seiji.
-Nakano Yoshio, mucho gusto.
-¿De qué año eres? -Se dirigió a mí.
-Último año.
-Yo igual... ¿Estás en algún club? No, lo dejé este año, me cansaba mucho.
-¿En qué club estabas?
-En fútbol.
-Yo voy al de tenis.
-Oh, genial. ¿Hace cuánto?
-Desde la primaria, me encanta el tenis.

Ahora la conversación era solo nuestra... Takashi y yo hablamos durante quince minutos sobre deportes y el colegio.

Kimura se levantó de la mesa, tomó el brazo de Shoji, Shoji se levantó sin entender qué pasaba.

-Parece que estás ocupado, así que Shoji y Reina van a acompañarme a la biblioteca.

No supe qué decir... Pero si estoy aquí por él, lo estaba esperando. Tiró de Shoji y salieron de la cafetería, Yokoyama tomó sus cosas y las de Shoji, nos miró.

-Lo siento, mi amigo y mi novio me van a odiar si no voy... Ai, te llamaré en un rato. Nos vemos, Nakano.
-Pero...

¿¡Qué demonios les pasa a todos!? Takashi y yo pagamos la cuenta y salimos de la cafetería, caminamos hasta la parada juntos.

-¿Puedo tener tu número? Así un día vamos a jugar algún deporte o a comer pasteles.
-Claro.

Me dio su celular, guardé mi número, ella tomó su celular y se subió al bus.

Caminé a casa de Shoji, ahí seguro iban a estar, ya wue se fueron en dirección opuesta a la biblioteca.

Toqué la puerta, abrió Yokoyama, pasé a la sala. Kimura estaba acostado en un sillón leyendo un libro.

-¿Qué les pasa a ustedes? Me dejaron sólo. No digo que Takashi sea nadie, pero no somos cercanos.
-Yo sólo me dejé llevar por este chico mudo. -Respondió Shoji despreocupado.
-Ya te dije, no podía dejarlos ir solos, son mi mejor amigo y mi novio.
-¿Kimura? -Sólo faltaba la razón suya.
-Ya lo dije, estabas ocupado, así que no quise molestar.
-¿No dijiste que iríamos a mi casa?
-Si, pero ya no me apetece.

Kimura... Qué raro que actúe así. Tomé su mochila, me acerqué y tomé su brazo.

-Vamos, tenemos algo pendiente.

Él me alejó, tomó su mochila de mis manos y se levantó. Nunca creí que yo haría tales cosas como perseguir a un chico sólo por que está enojado.

¿Amor? ¿Qué es eso? [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora