24

843 75 17
                                    

Llegamos a su casa, no había nadie, nos sentamos en la sala, él parecía ansioso por decirme algo.

-Y... ¿A dónde fueron?
-Ah, sobre eso... Fuimos al centro.
-¿Para qué? No me lo dijiste...
-Pensé que no tardaríamos tanto.
-No lo digo por eso.
-Es que no tuve tiempo, Shoji me invitó justo cuando te fuiste, salimos y luego estuvimos ocupados.
-Bueno... ¿A qué fueron?
-A comprar... Kimura, hoy... Bueno, yo... ¿Qué fecha es mejor? Ambos somos chicos y no sé...
-También lo pensé... Pensé que está bien ambas, además me gusta mucho los fechas especiales.

Suspiré con alivio, él se quedó viéndome, sonreí, evitó mi mirada.

-En serio lo siento, no te lo dije porque era un secreto. Shoji me llevó a comprar chocolates y estuvimos indecisos porque Yokoyama llora por todo y no sabíamos si... -Empezó a reírse y me miró. 
-Me enojé mucho, lo siento. Fui a buscarte a tu salón y dijeron que no habías ido, pero yo sabía que sí.
-Lo siento, creí que no te darías cuenta.
-Eh... Por cierto, mi prima me enseñó a hacer chocolates.

Fingió que no era para tanto,  pero sus manos estaban moviéndose mucho.

-¿Entonces? -Quería escucharlo todo, como es debido.

Me miró como si ya hubiera sido claro. Asentí con mi cabeza, él se levantó y fue a la cocina. 

En seguida volvió y se sentó a mi lado, me entregó una caja pequeña, era negra.

-Gracias.
-Ni siquiera la has mirado.

Tomé su barbilla y le di un beso, se sonrojó, tomó mi cuello y me devolvió el beso.

-También traje algo...

Saqué de mi mochila la bolsa en la que se encontraban los chocolates, en una bolsa de papel y en otra bolsa más pequeña los brazaletes.

Tomé su mano izquierda, me miró confundido, saqué los brazaletes con mi otra mano y le puse el de color azul.

-¿S-son de pareja? -Dijo asombrado.
-Sí, no sabía qué darte, así que...
-Gracias.

Me puse el brazalete en la mano derecha, tomé los chocolates y se los di, él los abrió y los miró, luego me sonrió.

-Eres muy tierno...
-Claro que no.

Abrí la caja que me dió, todos eran chocolates diferentes, unos blancos con chispas, otros negros con almendras...

-Por cierto... También compré brazaletes, pero tenía vergüenza de dártelo.
-¿En serio?
-Sí... Si no quieres usarlo está bien, son muy evidentes, puede que no quieras usarlo.

Tomé un chocolate y me lo comí mientras lo escuchaba... ¿En serio cree eso? ¿Cree que no voy a usar su regalo? Me reí.

-Eres lindo, pero tienes pensamientos locos.
-Ya sé... Debí comprar unos menos evidentes.
-Me gustas mucho.
-Eh... También me gustas mucho... -Respondió.

Tomé su mejilla y lo besé, lo abracé con fuerza... Cuando se comporta así me hace querer hacer tantas cosas que me avergüenza incluso pensarlas.

¿Amor? ¿Qué es eso? [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora