Luna volcada

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Rebeca es una mujer hermosa e inteligente.
Tiene una relación con Mauro, un tipo que le grita cada vez que puede. Lo
ama, y aunque a veces se cansa de sus continuos desplantes, él siempre sabe
cómo hacerla sonreír. Cuando las discusiones suben de tono, su vecino Leo
siempre está disponible para consolarla. Leo es un tipo tranquilo y dulce, de
gesto amable y palabras acertadas. Rebeca nunca se ha sentido atraída por
hombres como él. Sin embargo, reúne todos los requisitos para considerarlo un
buen amigo. Su necesario confidente.
La situación con Mauro sigue siendo difícil, así que Rebeca ha decidido hacer
una pequeña prueba. Esta noche lo citó en un bar del centro para decirle que
quiere terminar con él, sólo para ver su reacción. Quizá su mentira lo obligue a
exteriorizar sus sentimientos, quizá por fin se quite su coraza y le declaré lo
mucho que la ama y necesita. Rebeca espera fervientemente que su mentira rinda
frutos.
*
Mauro es un tipo mujeriego y posesivo.
Su chaqueta de cuero y Rebeca tienen algo en común: ambas las puede
presumir. Francamente, no le preocupa la amistad que ella tiene con su vecino
Leo, un perdedor que obviamente está detrás de ella. No le molesta, incluso
agradece que le ahorre todas las conversaciones cursis y tediosas. Leo hace el
trabajo aburrido, así es más sencillo llevar a Rebeca a la cama, cuando al fin ha
descargado todas sus tensiones emocionales y su humor es adecuado para las
caricias.
Mauro se ha acostado ya con varias de las amigas de Rebeca. Una de ellas le
ha dicho que ésta piensa terminar con él. Esto ha desatado su ira, pues su orgullo
no tolera el abandono.
«¿Quieres dejarme, puta? Entonces déjame darte un último recuerdo… el peor
de todos».
Esta noche, Mauro tiene reservada una habitación de hotel. Ahí preparó
cuerdas e instrumentos sexuales. Tiene pensado divertirse humillando a Rebeca
hasta que el sol vuelva a salir. Esta noche hará con Rebeca todo lo que ella nunca accedió a hacer.
Sabe cómo persuadirla para abandonar el bar, sabe qué palabras acomodar en
sus oídos para retorcer su voluntad.
Lo que no sabe es que nunca llegará a su cita con ella.
*
Leo es un asesino incontrolable.
Una tarde, paseando por la acera, encontró a su próxima víctima. Recordó su
infancia tan sólo con verlo: él era exactamente como aquellos hombres que su
madre metía a casa.
Averiguó el nombre y dirección del sujeto. Su nombre era tan irritante como
los que escuchaba en la habitación de su madre: Mauro.
Rentó un departamento al lado de la novia de su objetivo y se las arregló para
volverse amigo de ella. La escucha atentamente, cada detalle de Mauro es
importante, cada elemento que pueda explotar. Para Leo es más emocionante
jugar con la mente de su víctima antes de hacerla pedazos.
Esta noche, Mauro no logrará atravesar la puerta del bar. La experiencia de Leo
es extensa, debido a eso conoce una gran variedad de métodos para paralizar a
un hombre.
Lo llevará a un lugar solitario y alejado donde puedan conocerse mejor…

CUENTOS PARA MONSTRUOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora