Delicadeza y dolor
que van de la mano
cuando se espera,
o tal vez no.
Sensaciones
en forma de lluvia,
tormenta,
y finalmente granizo.
Bolitas de hielo
que queman
y además
dejan huella.
Cuando se frena
es entonces
cuando todo fluye,
pero no de color morado.
Una duda constante,
imparable,
impreguntable,
silenciada.