Tiempo perdido
y en el alma hundido,
en la pena de seguir
creyendo en algún mito.
Sin manera de pensar,
ni formas de llegar,
siento la cabeza
en mis pies.
No quiero nada más,
que no ser nada más,
nunca más,
y para nada más.
Quiero ser de dos maneras,
libre,
o no ser,
y ya está.
Pues la última ganará,
cuando llegue el día
en el que nadie
quiera vivir más.