Capítulo 7: Legolas

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Delya sonrió ampliamente y corriendo hacia Legolas, le abrazó. Llevaba casi tanto tiempo sin verle como a su hermano y ciertamente le había echado de menos. El elfo la abrazó también pues él había echado tanto de menos a la muchacha como ella a él. Se separó un poco de ella y la observó con detenimiento.

-Salvo por altura casi no has cambiado.- dijo alegre.
-Pues no te miento cuando te digo que mi hermano, cuando llegué a él ni me reconoció.- rió la joven.
-Estoy seguro de que seguía pensando que aún eras la niña pequeña que dejamos en Rivendell hace diez años

Delya sonrió y negó con la cabeza. Legolas la hizo girar para verla bien. Para el diez años no había sido nada y sin embargo la encontraba tan cambiada pero igual que siempre.

-Ademas, ahora soy más fuerte y, aunque sigo siendo igual de sensible para ciertas cosas, se manejar una espada como es debido.
-¿Sigues utilizando el arco?
-¿Lo dudas acaso?- ella rió y el lo hizo también.
-Sabía que llegarías lejos.- la abrazó de nuevo.
-Sin embargo tu no has cambiado nada.- dijo ella entre los brazos de él.

Ambos se separaron y caminaron hasta un lugar más apartado donde pudieran hablar tranquilamente. De pusieron a contarse todo y a ponerse al día de ambos. Legolas disfrutaba oyéndola hablar pues la apreciaba de veras y la consideraba una gran amiga.

-Oye, he oído que tu hermano ha venido contigo ¿Sabes donde está?
-Puede que en su habitación. Aunque conociéndole estará dando una vuelta, buscándote desesperado.- rió.
-Creo que luego iré a verle. Ahora me interesa más seguir conociendo todo de ti. También quiero que conozcas a alguien. En fin, es alguien especial digamos
-¿Alguien especial?- Delya la miró sorprendida
-Sí y me parece importante que la conozcas

Ella asintió. Sabía a lo que se refería con alguien especial. Y aunque no le convencía mucho, solo quería la felicidad del elfo y sonrió. Era consciente de que cuando se enamoró de él apenas era una niña que le había visto pocas veces a pesar de pasar de tener una amistad con su hermano. No estaba muy convencida de que estuviera realmente enamorada de él o eso se decía ella misma. Cuando se terminaron de poner al día Legolas se levantó y la abrazó por última vez para ir a buscar a su hermano. Delya se fue a conocer el lugar, esta vez en serio. Era estéticamente parecido a Rivendell pero había ciertas diferencias que solo se apreciaban si se fijaba la vista. Eran ciertos detalles que lo hacían único. Y mientras caminaba por aquel lugar se topó con Thranduil que ya había terminado con Rita. Ella, que se sentía intimidada por él, intentó pasar desapercibida pero no tuvo en cuenta que era un elfo y que tenía un oído increíble que podía escuchar cualquier cosa. El rey se giró para observarla.

-Acércate.- le dijo a la chica.

Ella se acercó, tímidamente y se paró frente a él. Hizo una pequeña reverencia y le miró a los ojos.

-Sé que eres la hermana de Aragorn puesto que el mismo lo dijo cuando llegasteis. Y también sé que conociste a mi hijo... Legolas
-Oh... ignoraba que fuera vuestro hijo...
-Lo sé. Y antes os vi hablando y aunque no lo creas os estuve escuchando. Me sorprende que os tengáis tanta confianza puesto que, por lo que tengo entendido, cuando eras pequeña os visteis muy poco. Y tu eras apenas casi una adolescente.
-Bueno, es raro, no lo niego. Pero le tengo mucho aprecio y le considero parte de mi familia. Estuvo ahí cuando... mis padres murieron. Que él estuviera ahí fue lo que hizo que nos uniéramos en amistad.
-Mientras sólo sea amistad, no me negaré.
-Mi señor, no se a que os referís.- dijo ella, evitando el tema.
-¿Acaso crees que no me he dado cuenta? Me subestimas

Delya se puso roja. No sabía, o no era consciente, de que se le notaba tanto. Y no sabía si los demás lo habían notado o era solo Thranduil quien lo había notado. No le dijo nada puesto que sentía que ese tema no le incumbían. Pero él estaba empeñado en darle vueltas a ese tema.

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