Ya en la escuela, Senna me explicaba con entonaciones como hablar sin parecer tan exaltado o brusco.
—Mañana creo que es día de mascotas—dije mientras leía un panfleto pegado en un muro de los pasillos.
Senna se paró para mirarlo igual, se hizo el pensativo.
—¿Debería traer a mi hermana?—se preguntó a sí mismo mientras tenía una mano en su mentón.
Al parecer lo decía en serio.
—¿Cuantos años tiene tu hermanita?—pregunté, quizás se pueda llevar bien con mis hermanitos.
—Veintidós—me miró con expresión neutra, como siempre.
¿Veintidós? pensé que tenía una hermana pequeña.
—Bueno, de todas maneras, no tengo animales en casa, además de mi familia—ya no sé si estaba bromeando o solamente eran verdad sus palabras.
Estuve pensando un rato, quizá pueda traer a ambas perritas y una la cuida Senna, tampoco creo que la mate.
Estuve en clases, tomando apuntes y tratando de acostumbrar mi mano y escritura. El profesor al final de la clase revisa mis apuntes y los corrige para que pueda entender mejor y no ande perdido o que al final no entienda. He estado muy agradecido con los maestros de la escuela, ellos comprenden que siendo extranjero me cuesta un poco más, pero me dicen que esto normalmente no ocurre en la universidad o en algunos países.
Recuerdo a mi hermana decir algo similar en casa, que el país vecino es peor tratando a los extranjeros, que teníamos suerte de vivir en estos lados, quizás haga más frío la mayoría del año, pero no nos impedía avanzar como familia.
—¿Trajiste esos dulces rellenos?—preguntó Senna al ver sacar mi almuerzo.
Yo asentí sonriente, entregándole uno en una servilleta de género. A él le brillaron los ojos al ver el postre acercarse. Lo puso a un lado de su comida y comenzó a comer calmado. Yo estaba por hacer lo mismo hasta que sentí como alguien se apoyaba en mis hombros. Al alzar mi cabeza hacia arriba, vi la sonrisa sutil de Chris.
—Provecho—deseó, luego miró a Senna sentado a mi lado dejando esa sonrisa suya—, a ti igual—dijo pero sin mucho ánimo.
—Gracias—reí nervioso, lo que menos quería es que se mataran.
Senna ni siquiera le respondió.
—¿Ya almorzaste?—pregunté mientras él se sentaba a mi otro lado.
Él se rió nervioso y se puso rojo.
—Me lo comí antes—murmuró avergonzado.
Escuché la risa de Senna tratando de ser controlada.
Traté de no hacer ninguna mueca ni nada para que no se sienta mal.
—¿Quieres un poco de mi almuerzo?—pregunté extendiendo un poco mi comida hacia él.
Chris negó sonriendo.
—No tengo hambre, gracias—se levantó y tomó su bolso que estaba en el suelo a su lado—. Ahora iré a entrenar un poco, te veo en la salida—antes de que yo dijese algo, se acercó a mí y besó rápidamente mi frente para luego salir trotando hacia el patio de la escuela.
No es necesario remarcar que mi rostro estaba sobrecalentado y estaba sin palabras. No estaba acostumbrado a nada de eso, menos de amistades. Sobé mi frente con delicadeza, justo donde había besado él antes.
—¿Estás bien?—preguntó Senna mientras me miraba con una ceja elevada.
Me puse nervioso al instante. Tal vez no debería darle tanta importancia a esos actos de su parte.
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Deja de quererlo |Omegaverse| #2
FantastikUn Beta que siempre quiere ser mejor que cualquier otro Alfa, así es Chris. Está harto de esforzarse por alguien que solo lo ve como un amigo. A veces los destinados no se dan cuenta del lazo aunque lo tengan de frente.