Loser's (KookMin) Adaptación propia

Capítulo 2~Jamás serán cenizas

Jueves 19:07h

Hoy está siendo uno de los días más agotadores y decepcionantes de mi vida. El saco desecho y cochambroso del gimnasio volvía a recibir los golpes de furia que mi cuerpo necesitaba descargar hasta que NamJoon, Jisoo y Wooyoung habían llegado, por desgracia para ellos. Pues las peleas que estamos realizando cuerpo a cuerpo no hacen más que reanimar mi rabia.

La fortuna es que he conseguido distraerme de los pensamientos autodestructivos que me nublan por completo desde la noche anterior. Ver su rostro pálido, su cabello ahora negro natural enmarcando su rostro, sus ojos gatunos y oscuros, sus mejillas sonrojadas como siempre fueron, el frío pero delicado roce de sus dedos en mi muñeca me parecían un espectro de los deseos que no podía lograr.

Tantas veces he rezado, suplicado, por tenerlo cerca que ahora que sé que está aquí me hundo en mi propia miseria. Había conseguido opacar el dolor, sacar un clavo ardiendo con otro bien helado, pero como todos sabemos el fuego que Jimin provocó en mí jamás llegará a ser cenizas.

-Podrías intentar no sé... no matarme. -Ofrece NamJoon levantando su brazo para que le ayude a ponerse en pie. Una sonrisa amarga es mi única respuesta.

- ¿Qué te pasa hoy? ¿Es por lo del trabajo? -Pregunta Wooyoung antes de golpear con su codo en reversa la cabeza de Jisoo que pega un grito frustrada.

-En parte. -Enlazo mi mano con la de Nam y tiro de él para ponerlo en pie.

- ¿Qué ha pasado al final? -Cuestiona de nuevo Wooyoung siendo ahora él quien recibe un golpe en sus costillas. Jisoo sonríe con suficiencia.

-Hoy tan solo he ido a firmar la suspensión de patrullas callejeras, mañana iré a ver en qué puesto me colocan. -Sus caras reflejan la decepción al comprender mi tristeza. -Esperemos que sean buenas noticias.

-Que no te pongan a hacer papeleo. -Concuerda Nam. -Pero si no es solo eso lo que te pasa entonces, ¿qué es? -El silencio se hace presente dejando que escuchemos la música de fondo de los altavoces, los gritos de motivación del entrenador y los golpes secos que más de uno proporciona a un saco. Finalmente tras un quejido por parte de Jisoo, que termina en el suelo, ella misma habla levantándose forzosamente del tatami.

-Es por Minnie, ¿me equivoco? -Woo y Nam nos miran a ambos intercambiando sus miradas, parecen acabar de ser conscientes de la razón de mi actitud agresiva.

- ¿Tú sabías que él vendría? -Le pregunto directamente a la pelirroja colocando mis manos cubiertas por los guantes en mis caderas.

-Sí, Jennie y él siguen en contacto a pesar de los años pasados. -Mi mirada busca el suelo antes de formular la siguiente pregunta.

- ¿Y sabes por qué está aquí? ¿Por qué ha decidido venir ahora? ¿Cuánto tiempo piensa quedarse? -Jisoo relame sus labios y su mirada se vuelve tierna, me quiere mentir, pero sabe que es completamente inútil conmigo. -No me lo puedes decir. -Asiento repetidas veces para mí mismo. Su mirada cambia a una perdida a mi espalda.

- ¡Chicos! -Es la voz de HyunJin, otro de mis amigos Bangtan con los que sigo en contacto y dueño del gimnasio. Me giro sobre mis talones para verlo. Automáticamente quedo bloqueado bajo la tensión creciente en mis músculos. -Supongo que lo recordaréis. Él es Jimin, el primo de J-Hope y desde hoy vendrá a este gimnasio.

Una de mis preguntas hace escasos segundos formulada queda resuelta en su mayor magnitud, Jimin piensa quedarse bastante tiempo. O al menos el suficiente como para apuntarse a un gimnasio.

Lo miro de frente, sin querer apartar mi mirada de la suya que busca la mía desesperado. Cuando nuestro contacto visual se rompe, al él saludar a mis amigos y HyunJin comenzar a explicar que nosotros somos, como él nos llama, las estrellas de su gimnasio, algo en el centro de mi pecho comienza a arder desenfrenadamente. Son sus piernas suaves a la vista y blancas, de reflejo brillante bajo los pantalones de chándal cortos y su pelo recogido tras una gorra negra lo que me hace sentir de nuevo que no he pasado ni un minuto de mi vida sin él. El Jimin que percibo ahora mismo con escasos mechones de su cabello desordenados, sin nada de maquillaje y con una sonrisa sincera es el Park Jimin que hace años atrás se habría despertado conmigo en una cama.