Capítulo 27~El don de los Park

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Sábado 10:06h

Siento como si mis pestañas estuvieran perfectamente pegadas unas con otras, la fila superior a la inferior. Sé que el vecino que me acabo de encontrar en la puerta de la escalera ha debido asustarse por mi gran bostezo y mis gestos abruptos a forzar mi rostro para despertarse, pero aún así hemos pronunciado el típico "buenas" educado a modo de saludo y despedida que se realiza con desconocidos en estas circunstancias.

Subo las escaleras dando pequeños trotes y cuando llego a su piso me paro frente a esta vieja puerta descolorida y marchitada por los años bastante conocida para mí. Llamo al timbre con el codo y espero a que él me abra luciendo tan enérgico como sonaban sus audios desesperados pidiendo ayuda. Y, aunque con el nerviosismo en sus pies, su cuerpo parece tan o más cansado que el mío. Lleva sus típicos pantalones negros, una camiseta de manga larga granate y el pelo deshecho; en su nuca caen varios mechones de pelo ondulados al igual que por su frente.

Me encantaría abrazarlo por lo agotado que refleja estar, pero la risa me conquista y me invade al ver la cantidad inhumana e indispuesta de purpurina de todas las gamas de colores que hay por su pelo, cara, ropa y manos.

-¿Te ha vomitado un unicornio encima o has hecho la croqueta alrededor del hemisferio del arcoíris? -Sus ojos claros, escondidos tras sus viejas y enormes gafas de vista, me fulminan como si con ellos pudieran hacerme algún tipo de daño.

-Me he follado con un hada... -Habla con parsimonia haciéndose a un lado para dejarme pasar al cargar esta enorme caja rellena de puros y cigarrillos. -O una Drag Queen. -Añade cuando cierra la puerta y se mira en el espejo de la pequeña entrada de su viejo apartamento con J-Hope y Hyuna. -No sabría decirte. -Lo miro y sonrió, él se planta de puntillas al ir tan solo en calcetines para alcanzar mis labios y darnos un corto beso a modo de saludo. La normalidad y claridad con la que se siente esto me hace reaccionar cohibido. Con Jimin todo siempre ha sido muy brusco y dramático.

-¿Cómo ha ido el trabajo? -Él me rodea y me indica que lo siga hacia su cuarto señalándolo con su cabeza. -¿Cuándo terminas las prácticas? ¿Vas a aprobar?

-¿Dudas de mis capacidades como enfermero? -Me rebate parándose en mitad del pasillo, frente al baño e intencionadamente le doy un golpe en su espalda con la caja que cargo pesadamente.

-No he dicho eso. -Me defiendo, él retoma el paso. -No saques las cosas de contexto.

-Estoy estresado y por ende susceptible, ¿vale? -Ataca y se defiende, realmente asusta lo que puede influenciar tal cosa en las personas. -Las circunstancias no ayudan a mi estado bipolar. -Entramos a su habitación; su organización es la misma, los muebles son los mismos, la colcha es la misma, los cojines también y el tornado que ha pasado en el suelo a los pies de la cama es sofocante a la par de gracioso. Pintura derramada, recortes de papel, su portátil con música dejado de cualquier forma, purpurina brillando bajo los rayos de sol que entran por la ventana, fotos por todas partes, globos hinchados y a medio hinchar, rotuladores, barras de pegamento abiertas y gastadas...

-Eres un desastre. -Vuelvo a reír llamando su atención, me sonríe contagiado por mi risa como sé que solo los enamorados pueden hacer.

-Es el agobio. -Se justifica. -¿Por qué? Dime porqué. -Me demanda dramatizando a propósito poniendo sus manos sobre las mías que siguen sujetando la caja con los puros y cigarrillos como presentes y las fotos de Suga y Tae que aún hacían falta imprimir para los detalles.

-¿Por qué, qué? -Le pregunto mirando de nuevo el suelo inútilmente buscando un hueco para dejar la razón de que mis brazos empiecen a adormecerse.

-¿Qué clase de personas organizan su boda para dentro de un año y la adelantan para dentro de tres semanas porque una pareja ha cancelado su boda y queda bacante su fecha en el río Han? -Su acento japonés destaca notablemente al hablar rápido y con las facciones de ojos descolocados, fuera de sí. -No puedo hacer todo esto para la fecha; iba relajado, con tiempo y... -Sigue hablando y sus manos van apretando cada vez más y más las mías así que hago lo único que se me ocurre en este momento, inclino mi cuello hasta golpear con mi frente su cabeza con un golpe seco. Mi frente duele ahora, pero al menos he conseguido que se detenga. - ¿Qué haces? -Se descuadra y queda desorientado hasta que se aleja de mí un paso hacia atrás.

Loser's (KookMin) Adaptación propiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora