-¿Estarás bien sin mí?- escucho decir a Lara; levanto la vista del celular mirándola un poco confundida. Estaba acostada en su cama mientras ella hacia las maletas para irse a París el día de mañana.
Por lo que me había dicho Adrien iba a recogerla y se quedaría en su departamento porque tenían un evento importante o algo parecido, la verdad dejé de prestarle atención cuando mencionó la palabra "moda" porque no me interesaba demasiado eso y sabía que si le preguntaba algo, no iba a parar.
-Estaré perfectamente- contesté picando enviar al mensaje que estaba escribiéndole a Juls.
Habían pasado 3 semanas de que se regresó cuando me llamo para decirme que habían solicitado transferirla nuevamente a Nueva York, al parecer tenían problemas con París y preferían traerla de vuelta porque era una de las mejores abogadas de la ciudad y era mejor aprovecharla trabajando que teniéndola sin hacer mucho en un lugar tan caro de Europa.
-¿Tu estarás bien sin mí?- le regresé la pregunta con una pequeña sonrisa a lo que ella me volteo los ojos y siguió empacando.
Cuando por fin terminó tenía tres maletas listas, como si se fuera a ir por un año y no perdí la oportunidad de burlarme de eso y de que iba a regresar embarazada o algo de ese estilo.
Su relación con Adrien después de que vino a la ciudad se había vuelto un poco más seria, aunque ella lo negara era difícil no verlo, había dejado de salir a tantas fiestas y nunca la escuche hablar de que había estado o besado a alguien random en esos lugares... cosa que hacía demasiado cuando salía.
Estaba feliz por mi amiga, creo que al fin las cosas para las dos estaban más que bien, y aunque ella no quisiera aceptarlo yo sabía que probablemente ella y Adrien formalizarían la relación en este viaje.
Me dejó la copia de sus llaves y me repitió varias veces que tenía que venir a que revisaran unos focos y a arreglar cosas en su terraza.
-Lo tengo ¿okay? Vendré y tu casa estará más que nueva cuando regreses. Tú solo céntrate en divertirte y mandarme fotos- ella sintió y me dio un gran abrazo. Besé su mejilla y salí de su casa para dirigirme a mi auto y conducir hasta la mía.
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Estaba moviendo las llaves de mi auto entre mis dedos de forma nerviosa y sosteniendo una rosa en la otra mano. Había estado parada en el mismo lugar desde hace 30 minutos, desde que el avión proveniente de París había aterrizado. Por el tiempo en que Juls tardaría en bajar y pasar por sus maletas y todo el proceso, yo calculaba que estaba a minutos de salir por la puerta de llegadas internacionales.
Me sentía un poco idiota con la flor en mi mano, no porque fuera malo o lo hiciera a fuerza, sino porque nunca me había considerado una persona un tanto romántica, pero creí que sería un bonito detalle... además sabía que a Juliana le encantaría.
4 minutos después vi a una mujer deslumbrante caminar hacia la puerta de cristal. Traía una maleta enorme en una mano y una mediana en la otra, su cabello lucia corto y un poco más claro. Ni siquiera había llegado hasta mí y ya me tenía con el pulso por los cielos... se veía increíble y seguro yo estaba parada con cara de idiota.
-Lo siento tanto, había muchísima gente en las bandas-la escuché decir y sonreí sin dejar de mirarla. Cuando acomodó sus maletas y miro bien hacia mí su sonrisa se hizo más grande que la mía, si era posible, al ver la flor. La acerque a ella para que la tomara y cuando la hizo se la llevo a su nariz para olerla.
-Te extrañe tanto-fue lo primero que salió de mis labios y no perdí tiempo en envolverla en mis brazos a lo que ella respondió.
Nos quedamos así unos segundos y cuando nos alejamos un poco no lo pensé más y bese sus labios suavemente.
-Hola- dijo ella como si esta fuera la forma correcta de saludarnos
-Hola- pase una de mis manos por su cabello haciéndolo hacia atrás y ella cerro los ojos, sabía que disfrutaba ese gesto pero la verdad es que estaba echándole un vistazo.
-Te queda bien-comenté sobre su cabello y se sonrojó un poco.
-¿Nos quedaremos aquí todo el día o?-pregunto riendo un poco y asentí alejándome para ayudarle con una de sus maletas. Tome su mano y caminamos hasta el estacionamiento donde estaba mi auto, metimos sus cosas en la cajuela y una vez dentro ella aprovecho para quitarse su enorme gabardina.
-Vi a Lara hace unos días- saco Juls a la conversación cuando ya estábamos en camino a mi departamento. La mire por unos segundos un poco curiosa pero no dije nada para que continuara.
-Me invitó a comer... quiero decir, me cae muy bien pero de alguna manera pensé que solo nos veíamos por ti, pero fue muy agradable. Nos pusimos un poco al día y después fue por ella Adrien. ¿Van a casarse o algo así?- no pude evitar reírme por lo último aunque sé que ella lo preguntaba enserio y no de broma. Juliana casi siempre que veía a Lara estaba con Adrien y supongo pensaba que eran algo.
-No creo que casarse cariño, pero tal vez formalicen de una vez por todas su relación-
-Tendremos citas dobles entonces-dijo ella y sonreí tomando su mano con la mía libre y besándola.
Llegamos a mi edificio minutos después y le ayudé a desempacar sus cosas, aunque ella repetía una y otra vez que no me preocupara que no iba a ser definitivo, eso era lo único que quería, pero no iba a decírselo... no quería que pensara que quería acelerar las cosas y asustarla.
-¿Vino?-dije sosteniendo dos copas en mi mano y ofreciéndole una de ellas. Respiro profundamente y la tomo, como si lo necesitara demasiado.
Nos acostamos en mi cama ya con la mayoría de su ropa acomodada, la música que había puesto desde que llegamos sonaba apenas y por primera vez desde que llegó estábamos tranquilas y solas.
-¿Tu lo harías?- pregunto de repente y me asusté pensando en que probablemente había estado hablando y yo no le puse atención.
-¿El qué?- pregunté para saber a qué se refería
-Casarte- dijo, trayendo de vuelta el tema de Lara pero ahora hacia mi...o nosotras.
-Recuerdo que antes decías que no se te hacía necesario, que un papel no te daba seguridad de nada-
-Sí, lo haría- la corté para que dejara de pensar en mi yo de hace algunos años, porque había cambiado demasiado en este año y un par de meses que incluso a mí me sorprendía.
-No sé, creo que obviamente me encantarían los preparativos, buscar un lugar y la gran boda... pero lo haría más por el día a día ¿sabes? Compartir un lugar, llegar y darte un masaje porque tus clientes te estresan, comer juntas...-
-¿Y quién te dijo que yo quería casarme?-dijo con una media sonrisa y abrí mi boca exageradamente como si hubiera dicho algo atroz.
-Podrías quedarte con la mitad de mi dinero si nos divorciamos-
-Perfecto, entonces si- dijo ya provocando una risa en ambas.
El hecho de que pudiéramos hablar de cosas así sin sentir que alguna de las dos va alejarse en cualquier momento me hacía ver lo maduras que éramos y lo bien que estábamos tanto con nosotras como con la relación.
Yo solo sabía una cosa y era que quería pasar el resto de mi vida con Juliana y no volvería a perder esa oportunidad.
Nota del autor: Pues tal vez haga dos capitulos más, aunque sea pequeños para no hacerlos sufrir. :)