Estoy segura de que estoy dormida, aunque escucho algunos ruidos fuera de mi habitación es más el sueño que tengo que las ganas de levantarme a ver qué pasa así que vuelvo a caer.
Eso hasta que los sonidos se vuelven murmullos más cerca de mí y a punto de abrir los ojos, lo primero que siento es una consistencia pegajosa en toda mi cara. Aturdida por lo que está pasando despierto por completo y dos carcajadas fuertes cubren toda mi habitación así como el merengue cubre mi rostro entero.
-¿Qué demonios?- pregunto entre enfurecida quitándome esa cosa blanca de mi rostro y saboreando un poco, notando no el merengue si no crema batida.
-Ten límpiate con esto- Escucho a Lara y tomo el papel que me extiende para quitar esa cosa de mi rostro, tardo un poco pero logro hacer un buen trabajo y ahora si veo a las dos chicas tiradas en el piso muertas de la risa.
-Si me hubieran dicho que así iba a pasar mi cumpleaños, mejor me iba con Natalia- Lara y Juliana parecen no tomarme el más mínimo de atención y tengo que esperar hasta que dejan de reírse como desquiciadas.
-Vamos, solo estará en todas las redes este video, pero no pasará nada- dice Lara levantándose y ayudando a Juliana para después ambas, acercarse hasta mí, subiendo a la cama y ayudándome a limpiarme mejor la cara.
-Espero que sepas que si haces eso voy a matarte- respondo intentando parecer molesta, aunque me da un poco de gracias también. Verlas como si fueran las mejores amigas y metiéndose conmigo en mi cumpleaños.
Juliana había llegado hace tres días y Lara me había arrastrado hasta el aeropuerto para recibirla, porque según ella, no iba a poder estar este día porque tenía que viajar a Londres, algo que se canceló justo ayer.
Habíamos pasado esas 72 horas casi como muéganos; Juliana se estaba quedando en mi departamento, porque sabía lo caro que era rentar una habitación en Manhattan y según Lara no podía recibirla porque estaba haciendo remodelaciones en su casa.
Había tenido suerte, porque Natalia se había ido a una pequeña gira con el grupo. Nos escribíamos diario y me preguntaba cómo iban las cosas con mis dos locas amigas, es obvio que no le diría que Juliana era mi ex novia y menos cuando ella sabía que se estaba quedando conmigo.
La verdad, todo había sido bastante normal, los primeros días que tuve que ir a trabajar Lara se iba a pasear con Juliana y parecía que ahora eran mejores amigas que yo con Lara. No me molestaba, me encantaba ver que Juls se sentía bien y cómoda a nuestro alrededor y para la cena o íbamos a algún restaurante o terminábamos comprando cualquier cosa para llevarla a mi departamento.
-Bueno gruñona, ya que has terminado de bañarte y cambiarte vamos a la primera parada- miro a Lara parloteando, inclinándome para ponerme bien mis botines negros. No tenía idea de lo que hablaba, ¿primera parada de qué?
-La verdad ha sido mi idea- escucho decir a Juliana mientras caminamos por las calles un poco vacías, tal vez porque es Sábado y las 8 de la mañana. Nos dirigimos a Central Park. Lara lleva una canasta enorme como las de las películas, con comida dentro y yo traigo un coctel espumoso sin alcohol, porque no está permitido.
Sonrió mirándola por unos segundos, como si fuera a reclamarle por venir a este lugar; no estaba acostumbrada aunque lo tenía a escasos metros, pero tampoco me desagradaba la idea.
-Está bien, no voy a matarte... pero espero que me lo recompenses con un buen regalo- ella abre la boca sorprendida de que le pida algo material supongo.
-¿No es suficiente con que volara hasta aquí por ti?
-Vamos, tu misma me lo dijiste, no fue solo por mí... Por cierto, ¿Cómo están tus padres?- intento hacer una plática más normal, además me había dicho que después iría a Nueva Jersey con ellos.