Entonces comprendo que no habrá nada mejor, nada más después de esto, porque esto para mi es todo, y me gusta tanto esta sensación de ser libre una vez más. Sé que el tiempo nos deja a la mitad de un ocaso, de un beso, y que miraré atrás anhelando volver a caminar para perderme una vez más conmigo mismo por simple gusto, y sé que nada bastaría para devolverme a ese minuto de paz.
No saben cuantas veces me imagine regresar a casa y encontrar devuelta mi alma al entrar en mi habitación, donde resguardaba mi vida en un baúl de recuerdos impregnados en las paredes, donde guarde la fatiga y cansancio existencial que me atormento durante años, pero también escondidos bajo la cama estaban empolvados mis sueños, sentimientos y metas, mis ganas de vivir.
Tenía la necesidad de estar ahí, en mi habitación, en mi lugar íntimo, para recargar energía y fuerza; para superar este caos llamado vida. Envés de estar ahí dónde quería encontrarme estaba en una ambulancia camino a un lugar tenebroso, a la gente le gusta llamarlo hospital.
En el transcurso de este viaje mamá y papá le iban contando nuestra historia a los paramédicos, mientras yo iba acostado en la camilla imaginándome la comida de mamá recién hecha.
Los paramédicos hicieron una última parada en un Oxxo donde compraron unas cocas, para después llegar a San Juan del Río.
Llegamos al hospital (Imss) de San Juan del Río, los paramédicos me bajaron de la ambulancia y me llevaron a el área de urgencias para aspirarme las secreciones que había acumulado durante el viaje, mientras esperábamos la valoración del doctor. Era un día sábado no había mucho movimiento y al parecer no había doctor, tocaba quedarme en urgencias con mamá.
Ya había asimilado que no saldría de ese lugar hasta el lunes o eso es lo que yo creía, de tanto pensarlo entre en desesperación y ansiedad, no podía de dejar de tomar agua, me sentía muy sediento que por más que tomaba agua no saciaba mi sed. Yo gritaba que tenía sed sin emitir ningún sonido y me movía con frustración que llegó un momento que desesperé a mamá y se enojo conmigo al igual que las enfermeras.
Pero aún así yo estaba un poco feliz, y como no estarlo si ya estaba más cerca de mi casa, ya estaba en mi ciudad; el lugar donde crecí, mi lugar favorito de todo el mundo.
Se hizo tarde y ya en la noche me pasaron a piso, tenía la creencia que ya todo estaba bien conmigo, el camillero me metió a una habitación que en la puerta tenía la palabra "aislado". El camillero se retiró de la habitación y me quedé solo; no entendía el porque estaba en esa habitación totalmente aislado de los demás pacientes.
Después de un rato entró Mama; con un tapabocas y una bata azul al igual que en el otro hospital; yo le pregunté que cuál era el motivo por el que la obligaban a ponerse eso, Ella me entendió y me explicó que era indicaciones que estaban escritas en mi expediente clínico, por qué había contraído neumonía en México.
—Lo que me faltaba joder —Exclamé con frustración sin emitir algún sonido.
Realmente lo que necesitaba en ese momento era ver a personas en una situación similar a la mía, para no sentirme mal, pero sucedió todo lo contrario;
Me quedé aislado, deprimido y un montón de pensamientos absurdos que se me vinieron a la cabeza en ese momento, que me quedé dormido con lágrimas en los ojos.
Cuando me desperté me percaté que Mamá se había quedado conmigo en la habitación en el piso frío. Entonces entendí que mamá tenía superpoderes, fuerzas sobrenaturales; no había conocido tal mujer como mi madre.
—¡Gracias mami! —Dije susurrando sin que ella me escuchara.
Por la mañana entró papá; mi mamá se retiró de la habitación para ir a casa a descansar, me le quedé viendo a los ojos a mi padre, ya que por la noche papá había llegado a casa; después de casi 10 años que no había estado en ella, El no había conocido la casa y me intrigaba la curiosidad por preguntarle que sensación sintió volver a casa después de mucho tiempo.
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El arte de vivir en una silla de ruedas
Teen FictionTodo esto duele; el pobre y brutal sentimiento de no poder servir, el simple hecho de no poder alcanzar un estante, no poder abrazarla, te va destruyendo poco a poco y mierda duele mucho. Hoy al estar escribiendo de repente mi cabeza simplemente per...