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tsukishima miraba fijamente la luna, parecía estar guiándose por ella.

—¿a dónde nos dirigimos?—preguntó kuroo después de un rato imaginando todo lo que podría suceder a partir de ese momento.

—en realidad sé de alguien que podría ayudarte—su voz sonaba como un susurro y podría jurar que el demonio no mentía, tal vez por cómo observaba a la luna o por cómo lo dijo.aunque luego de yaku esperaba cualquier cosa de ese bosque.—me lo dijo la luna.

entre lo de la luna y que kuroo no podía parar de pensar en lo que sucedió antes, pues por mucho que no quisiera indagar en la vida del demonio...ah, ¿a quién queremos engañar? kuroo era un experto en tomar malas decisiones y esa no iba a ser la excepción.

—¿quién es akiteru?—primer fallo de tetsurou.

el demonio dejó de caminar, de golpe, en seco y sin despegar la mirada del cielo.

—¿tú sabes quien es?—murmuró.

—no, por eso te pregunto, porque lo llamabas en sueños y me gustaría saber quién es para...¡para poder ayudarte si puedo!—segundo fallo.

y es que lo que kuroo no sabía es que hablaba de algo que había pasado hace mucho tiempo, que el demonio recordaba eso claramente aunque fingiese que no y que tampoco podría ayudarle, por más que quisiera.

—akiteru es- —antes de que terminase su frase bajo su cabeza y se echó a un lado, lo único que pudo ver fue la forma de una silueta pasando rápidamente al lado de kei.

cuando se dio cuenta, tenía en frente a un joven con el uniforme de cazador de demonios junto a una serpiente que rodeaba su cuello, este le regaló una sonrisa torcida antes de girarse y poner su arma mirando hacia el demonio.

—hasta que por fin te encuentro.

rui; kurootsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora