Tag... You're It

🍦A🍦

Salían de otra reunión con la ONU, sin México. Los latinos cada vez estaban más apagados, ya era raro escucharlos decir sus modismos o verlos pelearse por tonterías como antes. Ahora peleaban a muerte entre ellos. Y no se diga de España, estaba devastado. No hablaba con nadie y su mirada parecía perdida todo el tiempo, toda clase de torturas le podrían estar pasando a su querido hijo y nadie hacia nada.

USA se había unido a la investigación, se encontraba volviendo a hacer una revisión de su territorio para comprobar que no era culpable. Alguien lo derribó contra el suelo de un golpe, provocando que el impacto rompiera sus gafas de sol.

—Сука блять! Ты идиот, который держит его в плену! (¡Perra de mierda! ¡Tú eres el idiota que lo mantiene cautivo!) —Rusia le dio un golpe en la mejilla—. Почему, блядь, ты это сделал?! (¡¿Por qué mierda lo hiciste?!)

—What are you talking about, bitch?! Stupid little shit! (¡¿De qué me hablas, perra?! ¡Estúpido pedazo de mierda!)

—Я говорю о Мексике! (¡Estoy hablando de México!)

—But I don't fucking kidnapped Mexico (Pero yo no secuestre a México, maldita sea)

USA se levantó del suelo y le dio un golpe en la cara al eslavo. Ambos siguieron golpeándose, llamando la atención de varios países que intentaban separarlos. Ucrania y Canadá fueron los que se ganaron algunos golpes intentando separar a sus hermanos. Finalmente, llegó la ONU extendiendo sus enormes alas blancas de ángel.

—¡¿Qué carajos está pasando aquí?! —la mujer estaba furiosa.

—He started the fight! (¡Él inicio la pelea!)

—Он похитил Мексику! (¡Él secuestró a México!)

—Muy bien, suficiente. Los dos vienen a mi oficina —dio media vuelta dando a entender que debían seguirla—. No puedo creerlo, son países. ¡Países! Deben actuar como tal, no como unos gorilas luchando por una hembra...

Los murmullos de la ONU eran más audibles de lo que ella pretendía que fueran, pero lograron humillar a las dos potencias, quienes la venían siguiendo desde atrás. Rusia mataba a USA con la mirada, mientras este parecía algo nervioso.

—Сука (Perra) —le susurró al norteamericano.

(...)

El estómago de México rugia con hambre. Llevaba algunas horas sin comer, pues su secuestrador no había vuelto de la reunión con la ONU. Se sentía débil, al punto de casi perder el conocimiento. Sentía que ya había llegado su final, tal vez así terminaría, como un triste país que moriría abusado en un sótano metros debajo de la tierra. Moriría y una versión nueva de su país nacería en su territorio, y todos olvidarán su existencia.

—¡Oye! ¡Wey! ¡Tengo hambre! —trataba de ser escuchado.

Se retorcía de dolor sobre la cama sujetando su delgado abdomen con sus brazos. El hambre lo estaba matando, él nunca se olvidaba de darle de comer desde el día que pareció arrepentirse de sus actos.

—¡Si no bajas yo mismo iré para arriba! —gritó a todo pulmón, sin recibir respuesta—. ¿Estás bien? ¿Por qué no contestas?

Nuevamente, silencio. Logró sentarse sobre la cama, adolorido. Se levantó, pero sus piernas ya no soportaban su propio peso, había pasado mucho tiempo desde la última vez que había caminado. Estaba muy débil, no podía dejar de sujetarse de la cabecera de la cama para no caer. Se encontró con el hacha de Canadá sobre la pared, aquello le ayudaría a cortar sus cadenas e ir por comida.

Intentó caminar, pero cayó al suelo. Comenzó a arrastrarse hacia la pared, pero en un punto las cadenas de sus manos le impidieron avanzar más. No lo logró, ni siquiera estaba cerca, pero sus piernas. Cambió la posición de su cuerpo, boca arriba y con los pies tocando la pared, se estiró un poco para alcanzar el hacha. Logró tocar el mango con el pulgar de su pie, y empujó con fuerza, la hizo caer. El hacha le aplastó el abdomen con la parte que no es filoza y le hizo vomitar fluidos gástricos. Sus alas de águila salieron involuntariamente en señal de defensa por el repentino golpe.

México estaba inmovilizado, con sus cuatro extremidades extendidas sobre el piso, sus muñecas atadas con grilletes por detrás de su cabeza y un par de alas que eran inútiles en ese momento. Pará colmo, su abdomen estaba siendo amenazado por una filosa hacha, si se movía, podía lastimarse. Comenzó a llorar de desesperación, era inútil, ni siquiera podía ayudarse a escapar.

—Soy un idiota, si tan sólo él estuviera aquí, me habría dado de comer y no estaría atrapado en esta tonta situación —se lamentaba entre lloriqueos—. Si me ve así me va a matar.

Era bastante obvio que parecía que había intentado escapar. Las muñecas comenzaban a dolerle al tenerlas estiradas de esa forma, sus piernas permanecieron inmóviles para no lastimarse con el hacha. Sus alas estaban ligeramente dobladas. No había nada que pudiera hacer ahora.

—Por favor, vuelve... Realmente te necesito ahora...

Síndrome de Estocolmo: 85%

(...)

—Cariño —ONU abrió la puerta de la oficina de FBI luego de tocar antes de entrar—. USA y Rusia están en la detención.

—¿Qué ocurrió?

—Una pelea, Rusia piensa que USA podría ser el sospechoso. No saldrán de ahí hasta que alguno de los dos hable.

—De acuerdo, yo me encargo.

—Ah, y... USA nos envió un nuevo análisis de su territorio.

—Dejalo sobre mi escritorio, lo revisaré luego. Debo analisar el comportamiento de ambos.