Némesis

Capítulo 9 - Conexión

La noche vino más rápido de lo previsto y nos vimos obligados a permanecer con aquellos soldados a los cuáles apenas acabábamos de conocer. Antes de ir con ellos avisé a Kev de que tuviese cuidado, ya que nunca me he fiado de nadie y menos de unas personas armadas hasta las trancas.

Estos tenían una organización impecable. A la hora de acampar se establecieron turnos y antes de instalar su campamento detrás de una de las casas, Kate se encargó de asegurar el perímetro y si en algún caso había algún muerto, Derek, el otro chico, disparaba a la cabeza. Siempre lo hacía a la cabeza.

Cuando todos estaban durmiendo, yo no podía pegar ojo y no hacía nada más que dar vueltas y vueltas a lo que había pasado el día anterior.

Pensaba que aquella cosa iba a matarnos. Kate asestó un disparo limpio en su cabeza y este, en lugar de morir como cualquier animal salvaje o cualquier ser humano, se levantó de nuevo y lanzó un chillido desgarrador que casi parecía humano. Después de eso se perdió entre las casas, a pesar de que Kate le persiguiese.

Oí la tos de alguien despertándome de mis pensamientos. Probablemente de quien estuviese haciendo guardia en la noche. Miré y a lo lejos pude ver a Derek.

Me aseguré que Kevin dormía en uno de los cómodos sacos de dormir que nos dió Kate y este estaba en una posición que si no fuera porque no sabía dónde estaba el móvil, le podía haber sacado una foto. Su pierna derecha estaba mas arriba que la izquierda, la cuál permanecía recta, y este se encontraba boca abajo.

Sonreí contemplando lo mono que se veía hoy y siempre y me levanté dirigiendose al lugar de dónde provino la tos, casi le doy un susto de muerte porque cuando toqué su hombro me apuntó asustado. Él como excusa dijo que nunca se sabe quién te puede atacar y que hay que estar alerta a todo. Sinceramente, estaba ignorando todas las batallitas que me estaba contando después de eso, porque estaba centrado en los ojos tan azules que este poseía. Eran demasiado claros, casi tanto que parecían blancos.

-¿Me estás oyendo? -Repitió por segunda vez el contrario. Estaba chasqueando los dedos enfrente de mi cara con una sonrisa. Creo que se había dado cuenta de que estaba centrado en sus ojos y pareció ignorar aquello.

-Si. ¿Qué decías? -Este soltó una risa silenciosa y hizo un movimiento con la mano indiferente.

-¿Qué hay de tí? ¿Qué hacías antes de todo esto? -Sacó de repente una caja de cervezas. -Encontré esto dentro de aquella casa, casi me muerde una de esas cosas. -Me ofreció y yo acepté encantado, miré la hora de mi reloj y ya casi iban a ser las 5:00 AM.

-Había terminado preparatoria, se suponía que este año iba a la universidad. -Dije cabizbajo, ya que todo eso probablemente no volvería. Derek pareció sentir empatía y apoyó su mano en mi hombro palmeando levemente. Pareció que la pregunta generó un ambiente incómodo y decidí sacar otro tema, uno que me llamó la atención y que en un futuro hasta podría ser útil para mi supervivencia en este nuevo mundo, si es que esto es global, claro.

Le pregunté por qué justamente disparaba al cráneo de los muertos y este me miró como si fuera algo obvio y me indicó que me viniese con él. Soltamos las cervezas y cruzamos por dos o tres callejuelas. Me ordenó que me quedase quieto.

-Lo ves ¿no? -Susurró Derek y señaló a un muerto que parecía estar comiendo a otro humano. Asentí y este me enseñó cómo apuntaba con su arma. -Estas cosas no mueren si les disparas en cualquier parte del cuerpo. -Colocó su dedo cerca del gatillo y miro por la mirilla de su rifle.

-¿Cómo lo sabes? -Esta pregunta hizo que el contrario dejase de apuntar y bajase el arma. Su rostro parecía haber cambiado.

-Créeme, lo sé muy bien -Dijo disparando. La bala chocando contra el cráneo del muerto sonó débil casi inaudible, por lo que entendí que su rifle tenía un silenciador. La razón por la que lo sabía era porque básicamente he estado desde los 14 años jugando a COD y conozco bien el tema. Kevin siempre me decía que no sabía cómo podía soportar jugar a esos juegos tan sangrientos y yo solo contestaba: ¿Cómo tú puedes soportar leer esos libros tan aburridos? Siempre acabamos con una pelea tonta y riendo.