4.-Una amiga, un correo y un concierto.

444 31 6
                                    

14 de junio.

Un año... Un maldito año desde que sucedió. 

Logro quedarme dormida por lo que creo que son segundos porque fui interrumpida por una pesadilla o no sé si era una realidad... Lo sentí y viví de nuevo. 

Los recuerdos son como una tormenta sin fin, no paran, se multiplican, se plantan en mi mente y absolutamente todo lo que veo me recuerda a ese día... Ese día en que perdí... 

Las palabras de mi papá dos días después de lo sucedido vuelven a mi mente y me atormentan "Cuando naciste supimos que ibas a ser difícil, Julianne. Creciste y todo fue tan normal, como debía de ser, pero ahora... Estos últimos meses... Tienes toda la culpa. Por ti la perdimos... Por ti... se acabó"

¿Por qué tuvo que ser así... tan de pronto? ¿Por qué por culpa de lo que había sucedido tres años atrás tuvo que repetirse? ¿Por qué sólo pensé en mi? 

Las lágrimas volvieron a salir y el dolor de cabeza era cada vez más insoportable, había logrado evitar estos sentimientos tan fuertes los últimos días pero hoy... Me siento tan mal, tan responsable, tan culpable... 

Pareciera que el recuerdo fuese una ola y yo una orilla... Me sobrepasa y no existe manera de evitarlo.

Me escondí de nuevo bajo mi sábana e intenté ahogar mis sollozos. 

Poco después sonó el timbre. 

Como pude me levanté y sin siquiera mirarme en un espejo me dirigí a la puerta. 

—Hola. —dijo Sandra— Para... ¿Qué pasa, Ju? 

No pude responder y las lágrimas volvieron a escaparse, ¿Acaso eran eternas? 

—Ven.

Se acercó y me abrazó.—Odio verte así. 

—Es... Complicado. —susurré.

—No puede ser tan difícil... Estás destruyéndote. 

Yo la destruí...

—Créeme que lo es. Y no soy capaz de hablarlo, es algo tan... mío. 

Las lágrimas no paraban... Y ya no soportaba más. 

—Ven, vamos a pasar. —me habló como si fuese una niña. 

Llegamos al sofá y nos sentamos. 

—Eso te está consumiendo. —continuó— Yo sé que detrás de esa mirada nostálgica y esas lágrimas que te cubren hay una persona hermosa. Y tienes que encontrar alguna manera de que salga a la luz. Te lo mereces, haya pasado lo que haya pasado. 

—Crees tanto en mi... —susurré. 

—Para eso estamos las amigas, ¿No? Además tienes que arreglarte. 

—Ummm, ¿Por qué? 

—¿Olvidaste el concierto? Me dijiste que me acompañarías. 

El concierto...

—Lo había olvidado. 

—Me acompañarás ¿No? 

—Sí, claro. —susurré. 

—Entonces arréglate. 

*** 

Llegamos al sitio donde iba a ser un concierto, era un lugar enorme, no tengo idea de cómo se llama. 

—Estamos en el Palacio de Deportes, aquí siempre son los grandes conciertos. —respondió mi pregunta no formulada y sonrió. 

Y yo aún no sabía quién era Pablo Alborán. 

Los últimos días el trabajo me consumió totalmente —y lo agradezco— cada vez que llegaba a casa decía que lo iba a buscar pero terminaba durmiéndome. 

Estábamos esperando para entrar y había muchísima gente, debe ser famoso en verdad. Y me sentí culpable por no saber quién era. 

Despegué la vista del piso y miré alrededor, muchísimas pancartas y esas cosas... A lo lejos había una inmensa que decía en letras grandes GIRA TANTO 2013. Con una foto de él.

¡¿Él?! 

Miré de nuevo la imagen pensando que era una equivocación, pero no... Era el chico que conseguí en la calle. 

—San... Ese de la pancarta grande de allá ¿Es Pablo Alborán? —pregunté. 

—Sí. ¿A qué es guapo? —suspiró. 

—No es eso. 

—Entonces, ¿Qué? 

—Yo lo conozco.

—¿De qué hablas, Ju? 

—Sí... ¿Recuerdas el día que me dijiste para venir? —asintió— Luego de irte salí a tomar aire y había mucha gente, nos tropezamos y me acompañó de vuelta. 

—¿Estás segura? 

—Claro que estoy segura. 

No podría olvidar sus ojos aunque quisiera. 

—¿Por qué no me habías contado? 

—No tuve oportunidad. —susurré. 

—Bueno ya que lo conoces, es guapo, ¿no? 

—Me gusta su sonrisa. 

—¡Tonta! Es perfecto. 

—Si tú dices.

En ese momento vibró mi teléfono y vi que era un correo electrónico... De John. 

Lo abrí sin saber qué esperar. 

Hola, Julia. 

Hoy se cumple un año... Y sé cómo estás, ojalá no te hayas quedado encerrada, de verdad lo deseo. Este día es complicado, estoy seguro de que a ti también te pasa. Ver cualquier cosa y recordar... Recordar y sentir que estás viviendo ese día. 

Pero por algo pasó y si nos está enseñando algo que sea como deba ser. 

Desde que me desperté he pensado mucho en ti. ¿Cómo estás? ¿Te sigue gustando Madrid? ¿Qué tal tu amiga? Y lo más importante, ¿No has conocido a nadie? 

Espero que puedas responder pronto. Te quiero. 

John. 

Ha sido todo lo que no me esperaba y no sé cómo reaccionar, ¿Está tratando de recuperar el tiempo que perdimos? 

Mientras contesto su correo Sandra jala de mí porque ya empiezan a abrir las puertas y quiere entrar rápido. 

***

Se apagan las luces y desde mi distancia —que creo que no es tanta— puedo ver como los músicos arreglan los últimos detalles, supongo que el show ya está por comenzar. 

—Prométeme que mantendrás tu mente abierta y disfrutarás. —me dijo San. 

—Lo prometo. Gracias por convencerme a venir. 

—Lo haría mil y un veces. —y me abrazó. 

De repente empieza una melodía que me parece contagiosa y los gritos acompañados de aplausos se intensifican. 

Y allí apareció él. 

Sentí una electricidad que recorrió mi columna y suspiré. 

Aún desde aquí podía ver sus ojos brillar. 

*** 

Hola!! 

Se supone que iba a subirlo el viernes pero tuve problemas con mi Internet y apenas hace dos horas pude solucionarlo.

// 

En este capítulo y en el anterior hay una pista de por lo que pasó Julianne. O más bien a quién le pasó. 

¿Alguna idea? 

Nos vemos el marteeeeeeeeeeees. 

Feliz casi navidad!

Polos Opuestos [Pablo Alborán]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora