-Dios mío - Dijo Jimin con su vista completamente perdida
-Debo ir - Dije intentando alejarme, lo cual me fue imposible
-Hey, T/N son la 1: 45 am. No te dejarán entrar, duerme y mañana vamos juntos - Dijo mirando su celular para comprobar la hora
-Pero...-Miraba la puerta principal de la casa
-Pero nada, ve a la cama, duerme y mañana a primera hora ve -
-Bien- Dije con un desánimo subiendo nuevamente las escaleras de madera
Una parte de mi sabía que no aguantaría hasta el día siguiente, que mis pensamientos iban a invadirme esta noche como es de costumbre, que recordaría los mejores y peores momentos y así fue, en un instante el sol estaba en el cielo iluminando cada rincón de la mitad del planeta tierra y yo no me había dado cuenta, no había pegado el ojo en toda la noche...
Me bañé en tiempo récord, me lavé mis dientes, peiné mi cabello y me puse esas hermosas prendas de ropa.
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Sin alimentarme o avisar de mi salida, me fue al Hospital en el carro de Jimin.
En menos de 7 minutos ya estaba en el estacionamiento del Hospital, aunque al bajarme del auto pensé en todas las leyes de tránsito y señales de alto que me había omitido.
Corrí hacia las puertas del hospital y estas se abrieron con el sensor de movimiento, una vez frente al mostrador hablé con la secretaria
-Hola, emm ya puedo entrar a ver a mi novio? - Dije demasiado alterada para mi gusto
-Disculpe, pero falta 1 hora para el horario de visitas de la mañana. Puede ir a la cafetería mientras tanto o volver en 1 hora -
-Estuvo en coma 3 meses! - Alcé la voz
-Señorita, le recomiendo que aguarde 1 hora, se tranquilice o seguridad la tendrá que sacar del establecimiento. -
-Bien- A paso rápido camine varios metros hacia la maldita cafetería
Me senté en unas de las mesas y esperé a ser atendida, pero después de unos minutos mi paciencia se me estaba acabando
-Buenos días, que desea? - Dijo una joven acercándose a mi mesa
-Que el servicio sea mas bueno y ver a Jungkook, pero no me lo puedes dar - Dije de una manera Hipócrita - Un licuado de fresa y tostados de Jamón y queso gracias -
La mesera, muda por mis palabras, se alejó de la mesa. Mientras que por otro lado yo revisaba redes sociales con la esperanza de que el tiempo comenzara a pasar mucho más rápido y así fue, en un instante, 30 minutos habían pasado velozmente.
