Bad Guy

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Hey yo, aquí con dos nuevos capítulos.


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Los días que pasaron para que llegara el viernes de la fiestas fueron cruciales para Tony, quien estaba preparando todo lo necesario. Incluso estando sentado en la mesa del comedor del colegio, almorzando con sus amigos su plan seguía en marcha.

De pronto vio como los objetivos entraron en su vista, se lamió los labios pensando en su siguiente paso; se dirigieron hacía la cantina para comprar sus almuerzos. Vio su oportunidad cuando la pelinegra detrás de los dos le guiñó el ojo.

Tomó frasco que contenía lubricante de su bolsillo y se levantó de su lugar ignorando las preguntas de sus amigos caminó hasta donde estaban sus violadores.

En un rápido movimiento le paso el lubricante a la pelinegra, se puso al lado de Justin para hablar con él; cosa que de inmediato distrajo a ambos jóvenes, estaba hablando sobre llegar a un acuerdo de paz entre ellos, para dejar toda mierda atrás. Cosa que Tony no haría jamás pero tenía que distraer a esos dos de alguna forma, mientras la pelinegra volcaba el contenido en los platos de los dos. La cocinera los miraba y estaba apunto de decir algo, pero la chica ya había terminado su labor, cada uno recibió la mitad del contenido.

-¿Pueden irse ya? - la pelinegra alzó la voz. - que tengo hambre.

Los otros dos se hicieron a un lado, llevando su plato correspondiente, la cocinera les iba avisar pero Tony le pasó tres billetes de cien dólares haciendo la señal de silencio. La señora procedió a darle la comida a la mujer, para disimular un poco, Tony se compró un jugo de naranja y pasó un poco de dinero a la pelinegra quien le sonrió.

Erica se fue de allí, dejando a la señora con el plato a media altura.

El castaño tomó el almuerzo llevándolo hasta su mesa, se sentó nuevamente con sus amigos que lo miraban con sorpresa.

-¿Qué carajos, Tony? - preguntó Tiberius.

-¿Qué? sólo estaba hablando con la cocinera. - se dispuso a comer el almuerzo de la chica.

-¿Por qué hablaste con Hammer? - preguntó su hermana en un susurro.

-Ya lo verás cariño. - le guiñó el ojo.

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Tony tenía una piruleta entre sus labios, miraba con cierta atención al profesor mientras explicaba sus clases. El sabor fuerte de la fresa se esparcía por sus papilas gustativas, le encantaba; aunque su cabeza estaba en otra cosa, mirando el reloj con ansiedad.

Su teléfono sonó y levantó la mano para pedir permiso para salir.

-¿Puedo contestar? mi mamá me llama. -

El profesor le concedió el permiso, con una mirada victoriosa salió de la sala de clase, caminando de forma elegante hasta llegar a la puerta del baño de hombres más cercano. Contestó la llamada diciendo que cierren todos los baños disponibles, el entró trancando la puerta con una silla que estratégicamente había puesto ahí antes de que salieran en el almuerzo. Puso su espalda por la puerta ayudando a la silla.

Entonces espero y, exactamente, luego de cinco minutos la chica de hace rato le hizo una videollamada. Su cámara estaba apuntando a la puerta del baño donde él estaba.

Una sonrisa siniestra se formó en sus labios cuando vio que ambos hombres salían corriendo de la sala de clases, cubriéndose las partes traseras, tenían prisa por algo y Tony aguanto la risa cuando los gritos de los hombres rogando para entrar se escucharon. Empujaban con fuerza, pero gracias a él y a la silla la puerta no se abriría hasta que él saliera.

Teenage DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora