Bienvenido al Roehampton

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Hola de nuevo ¿Emocionados? 

Pues aquí comienza nuevamente esta historia de Teen Idle, ahora llamado Teenage Dream, pero si quieren sigánle llamando Teen idle.

Espero que os guste..

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Cuando el castaño descendió del roll-royce color negro que fue lo único que trajeron de Estados Unidos, además de sus ropas, se quedó impresionado ante la ostentosa fachada del edificio. Como un castillo salido de las fantasías de niños soñando con ser reyes o reinas, el jardín era extenso, como una hectárea de pasto verde, árboles grandes y arbustos largos. Las banquetas blancas eran hermosas.

Su padre llamó su atención y él arrastró su maleta para ingresar al palacio, le recibieron con una sonrisa suave, saludos cordiales. Una hermosa señora los saludó cuando apareció por el pasillo al lado suyo, se llevó a su padre para hablar de forma privada y él se sentó en una de las tantas sillas de espera. Una plancheta con hoja apareció en su vista, era un formulario que debía de llenar.

-Mientras tu papá habla con la directora ¿te parece bien llenar esta lista? - un joven le habló como si tuviera ocho años, hizo un mohín de disgusto pero asintió.

Luego de eso el joven se retiró nuevamente, y él se dispuso a completar la lista, con atención marcaba a cada pregunta que se le hacía, rellenando los espacios con sí o con no. Cuando terminó se levantó, entregó a la recepcionista el papel. Preguntó si podía salir al jardín, quería verlo, sentirlo en su piel la brisa que le tentaba, ella dijo que sí, que avisará a su padre cuando termine la reunión con la directora.

Ya afuera, Tony se permitió gemir con gusto, se sentó en una de las banquetas y cerró los ojos cuando la fría brisa recorrió su rostro con un dulce toque haciendo que sus mejillas se tiñeran en rosa.

-¿Te gusta? - la voz de su tía le hizo abrir sus ojos, Peggy se sentó a su lado.

-Sí, es muy bonito. - dijo con un susurro.

-Que envidia.- Sharon se apareció por detrás. - quisiera quedarme para siempre aquí.

-Lo que dijo Sharon, por dos. - repitió el joven.

Margaret sonrió.

-Pero tenemos asuntos pendientes en América, sólo estamos aquí hasta que mejoren.-

-¿Yo también? - preguntó curiosa la rubia.

-Si, cariño. -

-Pero no fui yo la que se cortó el brazo. - frunció el ceño, no quería quedarse internada.

-Ish.. -susurro Tony al entender la referencia.

-¿Segura que no quieres quedarte, cariño? Podemos traer tus cosas luego. - Peggy tomó la mano de su sobrina.

-No quiero, bueno, al menos, no internarme. - Sharon desplegó el papel que tenía. - aquí dice que tienen terapias sin necesidad de internación, en caso de Tony es con internación por qué intentó suicidarse.

-Veo que Sharon sigue enojada. - se escuchó una voz detrás de ellos.

Howard había terminado de hablar con la directora y ésta venía detrás con algunos papeles. Hablaron con Sharon por unos minutos, al final no pudieron convencer a la chica de quedarse pero si llegaron al acuerdo de que tendría que venir cada dos días para sus terapias, también la invitaron a realizar terapias grupales junto con Tony.

Al final la mujer habló con él, como si una persona estuviera hablando con un animal salvaje en calma, le pareció divertido, pero entendía que el comportamiento de la mujer se debía a que algunos de los pacientes ahí no estaban en sus cabales completos.

La mujer le explicó que su padre le había dicho todo, sobre su madre, sobre todo. Se enojó al principio, aunque si era por él no le hubiera dicho nada a nadie, así que terminó agradeciendo a su padre por contar su vida, ya que él ni muerto lo diría. Lo que dificultará el tratamiento.

Con unas últimas palabras la mujer los guió de vuelta al palacio, les mostró cada lugar del hospital y al final del recorrido le dio a conocer lo que sería su habitación. Era hermosa, tenía lo necesario, dos asistentes de seguridad lo revisaron a cabo y rabo, para buscar algún objeto que atente contra su vida; la directora le comentó que era la habitación que más se ajustaba a sus necesidades. Vio que el baño tenía puerta con seguro y eso le gustó.

Luego de revisar al joven junto con las pertenencias en la maleta, lo dejaron nuevamente como estaba y se despidieron, agradeciendo la cooperación del castaño. La mujer le comentó que el historial recibido estaba siendo consultado y analizado por los profesionales en el recinto, así que para mañana ya estará recibiendo su itinerario y los profesionales a cargo de su tratamiento. El joven le agradeció.

-Bienvenido al Roehampton, Tony, espero que tu estadía sea buena. - con eso la mujer se retiró para darle privacidad a la familia.

El castaño se sentó en la cama para probarla, su padre curioseo por toda la habitación, Sharon se lanzó a la cama y ambos comenzaron a dar pequeños saltos, Margaret los regañó por que podrían lastimarse y ellos sonrieron como pequeños niños.

-Siempre pensé que los hospitales mentales eran terroríficos. - todos rieron ante la afirmación de Howard. - es verdad.

-¿Te quedaste con lo de American Horror Story? - preguntó Tony, su padre asintió.

-Es un hermoso lugar. - dijo Peggy.

-Y la cama es muy cómoda. - afirmó Sharon.

Luego de mucho tiempo, hablando de otros temas, se despidieron del joven. Que recibió más abrazos que nunca, y muy fuertes; Sharon le prometió estar en contacto con él cuando no viniera a las terapias, con cierta vergüenza admitió haber mandado al carajo su teléfono, su padre se palmeó la frente pero le dijo que le traería uno nuevo.

Se fueron de allí y Tony se quedó parado mirando fijamente la puerta.

Lentamente fue arrodillándose en el suelo. Cansado. Aturdido. Destrozado.

Unas cuantas lágrimas después y el joven volvió a ponerse de pie para comenzar a guardar sus ropas en el armario. Muy lentamente fue colocando algunos libros sobre el escritorio y luego abrió la cortina de la ventana grande que estaba frente al escritorio.

Se quedó maravillado por el paisaje que le había tocado desde su habitación, se quedó contemplando como bobo, se dio cuenta de que por más que pudiera abrir la ventana, una reja le impedía pasar al jardín.

Aish, Tony, claro que va a haber una reja o si no los pacientes podían escaparse muy fácilmente.

Se rió ante su propio pensamiento y continuó instalándose hasta que sus ropas quedaron bien ordenadas en el armario, su portátil bien puesto sobre el escritorio junto con algunos libros. El baño ya estaba equipado con jabones, esos de coco que tanto le gustaban, shampoo, acondicionador, muchas toallas y papel higiénico. Sólo tuvo que colocar su cepillo dental en el porta cepillo junto con la crema dental.

Ya instalado, se recostó en su cama mirando la ventana, se levantó para cerrarla pero dejando las cortinas grisáceas abiertas. Sabía que era hora de la merienda, pero él estaba demasiado cansado para sentir hambre. Había tenido muchos sentimientos chocando entre sí durante tanto tiempo y ahora sólo quería cerrar los ojos por un rato, si el miedo constante de encontrar a su madre o podría ser peor... se dijo a sí mismo antes de quedarse dormido por el cansancio.


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El prólogo vendría siendo este, con Tony ingresando al hospital psiquiátrico.

Teenage DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora