Por años ha habido dos clanes de Exorcistas que han tenido el deber de erradicar y proteger a las personas de los espectros que acechan la costa cercana.
Pero una disputa hizo que ambos clanes se separaran, el clan Minamoto pensaba que lo mejor era...
En toda la ciudad resonaba los rayos que avecinaban junto con la tormenta.
En algún lugar oscuro se proyectaba una sombra cortando trozos de carne manchando la tabla de cortar con sangre.
Una vez que termino de cortar se dirigió a una olla burbujeante a revolver su contenido.
Todo era visto por dos personas que temblaban del miedo.
- Es nuestro fin – Susurro un pelinegro a la otra persona que rezaba a algún dios por un milagro.
El sonido de pasos los alerto de repente.
Al alzar la mirada vieron a la persona responsable de su miedo enfrente de ellos con un plato lleno de una sustancia viscosa.
- KYAAAAAAA!! -
No hace falta que el grito resonó por todo el lugar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El timbre anuncio la hora del almuerzo para todos los alumnos, quienes rápidamente fueron a comer junto con sus amigos.
Todos excepto un pelinegro.
El cual caminaba con paso apresurado a la sala del comité estudiantil, en otra ocasión había hecho lo imposible para alejarse del lugar después de fuese colgado por una hora por su prometido.
Pero tenía una misión que cumplir y no podía darse para atrás.
Tan pronto como llego toco la puerta esperando un pase para entrar, el cual no llego. Espero por varios segundos ante de repetir la acción.
- Soy Yugi, ¿puedo pasar? – Pregunto el omega tocando nuevamente la puerta.
Desde el otro lado se escuchó unos murmullos antes que una voz conocida le dejara entrar.
Al abrir la puerta se encontró con Aoi-senpai de nuevo colgado en el techo, sintiendo pena por el otro por lo que decidió ayudarlo.
- Muchas gracias Yugi-san – Agradeció el alfa al omega, a diferencia del Minamoto este no le había dejado caer de cabeza.
Hablando del Minamoto.
- Aoi-senpai ¿sabes en donde se encuentra Teru-san – Pregunto Amane al notar que el alfa no se encontraba en la sala.
- El presidente se encuentra hablando con un maestro – Respondió Akane rascándose la cabeza en lo que pensaba que queria el omega con el alfa que le colgó de cabeza no hace unos días.
- Ya veo – Dijo cabizbajo el menor en lo que observaba el bento que había hecho para el Minamoto.
Aunque no quería en un principio hacerle uno, Yashiro insistió en que debía de hacerlo incluso cuando no sabía cocinar.
- Me hablaban – Dijo una voz detrás suya. Volteando levemente su cabeza noto que era Teru quien le sonreía gentilmente.
Hablando del diablo.
El mayor solo veía determinadamente a su prometido, todo parecía estar en orden de no ser por las venditas que cubrían sus dedos.
¿Acaso era molestado nuevamente?
Antes que preguntara por sus heridas un bento fue colocado en su pecho de manera brusca. El responsable era Amane el cual estaba sonrojado.
- M-más te vale c-comerlo – Tartamudeo el omega para luego salir de prisa del aula.
Teru estaba atontado ante lo sucedido, a pesar que en el pasado le habían obsequiado bentos esta es la primera vez que su corazón latía en recibir uno.
Decidiendo probar la comida destapo la tapa del bento llevándose una sorpresa.
Toda la comida tenia temática de Halloween.
Akane fue el único testigo de cómo el Minamoto comió el bento con una sonrisa aun con sus quejas de que estaba salado o quemado en algunas partes.
