Por años ha habido dos clanes de Exorcistas que han tenido el deber de erradicar y proteger a las personas de los espectros que acechan la costa cercana.
Pero una disputa hizo que ambos clanes se separaran, el clan Minamoto pensaba que lo mejor era...
En una habitación de estilo japonés se encontraba el protagonista de esta historia sentado en un tocador, detrás suyo estaba su asistente Yashiro Nene colocándole un tocado de unas camelias en su cabeza.
- ¡Listo! Quedaste perfecto Amane-chan – Elogio la albina al observar al chico.
El omega vestía un kimono de color azul oscuro con un estampado de estrellas y un obi de color blanco. No había usado maquillaje excepto algo de brillo labial.
Estaba más que segura que su amigo se robaría todas las miradas en el festival de verano.
- Tu tampoco estas mal Yashiro – Dijo el omega al ver que su amiga vestía igualmente un kimono, pero blanco con estampado de flores con un obi escarlata.
- Muchas gracias ahora mejor nos apuramos – Sugirió Yashiro ya que no quería llegar tarde al festival.
El festival se encontraba cerca de la mansión solo tenían que caminar para llegar.
En la entrada de la mansión se toparon con Tsukasa, Sakura y Natsuhiko esperándolos vestidos con kimonos respectivamente.
- ¡Amane! – Grito Tsukasa en lo que corría para abrazar a su gemelo.
Los tres veían la escena acostumbrados.
- Mejor nos apuramos o no veremos los fuegos artificiales – Dijo Nanamine con su típica voz monótona.
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Al llegar al festival todos hicieron lo que acordaron o a regañadientes en el caso de Tsukasa. Sakura junto con los alfas se separaron dejando a los omegas solos.
Todo por una buena razón.
- Ne Amane-chan – Susurro Yashiro captando su atención. – Estas nervioso por tu cita con Minamoto-senpai –
Exacto. No habían venido al festival por sus amigos si no como una cita de parte del otro exorcista.
Los demás vinieron como chaperones. O para su hermano para vigilar que el alfa no hiciese nada indebido a su dulce Amane.
- N-no lo estoy – Dijo el omega a pesar que lo estaba.
- Si tú lo dices – Respondió burlona la albina sabiendo que mentía.
Se quedaron en las puertas del santuario esperando al rubio mientras practicaban sobre la escuela.
Estuvieron ahí unos minutos cuando los dos hakujoudai reaccionaron ante una presencia. Al voltear se dieron cuenta que se trataba del Minamoto.
El alfa usaba un yukata blanco con una faja negra, aunque simple no quitaba el hecho de su atractivo.
- Espero no haberte hecho esperar – Dijo Teru acercándose a las dos omegas presentes.
- Acabamos de llegar Minamoto-senpai – Dijo Yashiro al alfa. – ¡Bueno nos vemos luego! –
- Espera Yashiro... - Intento gritar Amane pero la albina ya se había ido del lugar.
- Vamos a dar un paseo Yugi-san – Dijo Teru a la vez que le ofrecía una mano al pelinegro.
Amane le correspondió el gesto provocando que el rubio le sonriera gentilmente.
Luego ambos se dirigieron al festival para su cita.
